Un grupo de médicos llevó a un paciente con cáncer a las Cataratas del Iguazú para que pueda cumplir su sueño | NCR Noticias


En medio de la lucha diaria por su salud, Valmiro Aparecido da Silva tenía un anhelo que no lo dejaba en paz: ver con sus propios ojos la majestuosidad de las Cataratas del Iguazú. A sus 58 años y con un diagnóstico de cáncer avanzado, parecía una meta imposible… hasta que un grupo de médicos decidió convertir su sueño en una realidad.

Desde el Hospital Ministro Costa Cavalcanti (HMCC), en Brasil, el equipo de cuidados paliativos unió esfuerzos con una empresa de transporte sanitario para llevar a Valmiro hasta el parque nacional ubicado en Foz de Iguazú. Allí, fue el primer visitante del día, acompañado por sus hermanas y un grupo de profesionales que no solo lo cuidan físicamente, sino también emocionalmente.


La escena fue conmovedora: Valmiro, acostado en su camilla médica, fue ubicado en un punto estratégico del mirador. Desde allí, contempló por primera vez las cataratas que tanto había visto en televisión. “Es mucho más hermoso de lo que imaginé”, expresó conmovido.

Lo más impactante es que Valmiro es vecino de Foz de Iguazú, pero nunca había tenido la posibilidad de visitar este destino turístico de clase mundial. El gesto del hospital marcó un precedente: es la primera vez que un paciente del HMCC es trasladado al parque con este fin.

La doctora Ana Paula Romanini, parte del equipo que hizo posible el traslado, resaltó la importancia de estas experiencias en la vida de los pacientes. “Son acciones simples pero con un impacto emocional enorme. Les dan fuerzas para seguir adelante, incluso en medio del dolor”, explicó.

Este tipo de iniciativas nos recuerdan que los cuidados paliativos no solo alivian el dolor físico, sino que también tienen un enfoque humano profundo. No se trata solo de medicamentos o tratamientos, sino de dignidad, cariño y, en este caso, cumplir un sueño pendiente.

Mientras las cataratas rugían a lo lejos, Valmiro vivió uno de los momentos más significativos de su vida. Una prueba de que, cuando hay voluntad y empatía, la medicina también puede regalar esperanza.



[og_img

Source

Show More
Back to top button