
Publicado: junio 5, 2025
El técnico argentino José Giacone ofreció una versión diferente sobre su fugaz etapa al mando del Deportivo Saprissa, club al que dirigió en una campaña corta y sin títulos, marcada por la eliminación en la Copa Centroamericana y un rendimiento discreto en el Torneo Nacional.
En una entrevista concedida al programa Tiempo Extra, transmitido por Extra Radio, Giacone aseguró que no tuvo control total sobre la confección del plantel, y que muchos de los refuerzos que llegaron al equipo no pasaron por su filtro técnico.
Solo recomendó a un jugador: Gerson Torres
Según Giacone, el único fichaje que realmente solicitó fue el del volante costarricense Gerson Torres, a quien consideraba fundamental para su idea de juego. “Fue el único futbolista que recomendé y que llegó por iniciativa mía”, expresó.
Del resto del plantel, señaló que solo fue “consultado” superficialmente. Nombres como Marvin Loría y Acuña ya estaban en negociaciones, mientras que el arribo de los extranjeros Sabin Merino y Nicolás Delgadillo lo tomó por sorpresa.
Adaptación y presión: el reto de los extranjeros
Giacone también aprovechó para defender a los jugadores extranjeros que no cumplieron con las expectativas. A su juicio, el entorno y el tiempo de adaptación son claves en el rendimiento, algo que no se respetó en Saprissa.
“Un extranjero necesita al menos seis meses para acoplarse. Pero en Saprissa no hay tiempo. Se espera que el jugador llegue, rinda y la rompa de inmediato. Vi entrenar a Sabin, vi a Nicolás, y son buenos futbolistas, pero no siempre encajan en lo que el técnico busca”, sostuvo.
“Debí ser más firme”: Giacone acepta parte de la responsabilidad
El actual técnico del Diriangén de Nicaragua también hizo una autocrítica sobre su rol en la conformación del equipo. Reconoció que debió oponerse a ciertas incorporaciones, especialmente las de jugadores que llegaban sin ritmo competitivo.
“Quizá debí decir que no. Pude haber tomado la decisión de irme, pero opté por aceptar el reto y trabajar con lo que tenía. Sin embargo, contratar futbolistas que vienen sin jugar siempre es un riesgo. La falta de ritmo suele desembocar en bajo rendimiento o lesiones”, concluyó.
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