Abigail Salguero es el vivo ejemplo de la valentía y el coraje que muchas mujeres tienen, trabajado arduamente para cumplir sus sueños.
Ella es una indígena bribri-cabécar que lucha cada día por convertirse en una gran violinista profesional.
Con 27 años, Salguero ya destaca en la Orquesta del Conservatorio de Artes y Música del Caribe Sur del Sistema Nacional de Educación Musical (SINEM). Para continuar con sus estudios, actualmente trabaja como traductora del idioma cabécar en su comunidad.
La experiencia de pertenecer al SINEM fue más de lo que esperaba, ha sido muy bonito. El SINEM ha sido como una familia, me ha ayudado a desarrollarme como música y como persona. Uno aprende mucha disciplina. Más que pertenecer a una orquesta, siento que pertenezco a una familia, indicó Salguero.
Desde muy pequeña anhelaba tocar el violín. Cuando veía en la televisión a las grandes orquestas, sus ojos brillaban, pues siempre sintió una gran atracción por la música.
Sin embargo, debido a su situación económica, ese sueño parecía lejano. Aun así, no se dio por vencida: a los 12 años dejó de estudiar para trabajar vendiendo comida y ahorrar lo necesario para comprarse el violín que tanto deseaba.
Cuando cumplí 15 años, vendí tamales para completar el dinero que me faltaba y así comprarme mi primer violín. Mis papás me ayudaron un poco, mencionó Salguero.
Además, trabajaba para ayudar a sus hermanos a costear sus estudios. Logró culminar el colegio a los 21 años, pero ya no continuó con su educación formal.
Cuando finalmente tuvo su violín, sus padres no dudaron en buscar un lugar donde pudiera aprender música. Así fue como encontró el SINEM de Limón, al que pertenece desde los 15 años. Con el paso del tiempo, se ha destacado en diversas presentaciones en el país e incluso tuvo la oportunidad de representar a Costa Rica en México junto a la orquesta.
Aunque Salguero realiza lo que más ama, el sueño de culminar sus estudios sigue presente. Con mucho esfuerzo, intenta ingresar a la Universidad de Costa Rica (UCR) para estudiar música.
Me encantaría poder entrar a la UCR a estudiar música, pero aún tengo que realizar el examen, explicó la violinista.
Salguero ha demostrado valentía para llegar tan lejos y no se rinde. A pesar de vivir en una zona alejada, donde las oportunidades son escasas, sigue destacándose sin permitir que nadie apague su brillo.
Además, enfatiza que las mujeres nunca deben permitir que las subestimen ni que les digan que no pueden cumplir sus sueños. Aunque tuvo que pausar sus estudios durante algunos años, no permite que su meta quede en el olvido.
Mujeres, no se dejen subestimar por nada ni por nadie. Sigan luchando por sus sueños y metas. La vida es difícil para nosotras, especialmente para quienes venimos de contextos de pobreza, pero todo es posible cuando uno acepta la ayuda de los demás, expresó la joven de 27 años.
A pesar de los desafíos, Salguero agradece a quienes la apoyan, comprando sus servicios de traducción o adquiriendo productos en la tienda que tiene junto a su familia.
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Source
Camila Castro