El poder (geopolítico) de la Inteligencia Artificial / CRHoy.com / Noticias 24/7 / Periódico Digital

A finales de 2022 comenzó una nueva era de la computación. Más allá de la masificación de la IA generativa, esta empezó a transformarse claramente en un instrumento de poder para quienes la controlan. Ya no estamos en la era de la información, sino en la era de la ilustración digital, un tiempo en el que, a través de un chat, las personas tienen acceso a todo el conocimiento de la civilización humana. Es la era del humano aumentado y de lo “sintético”. ¿Será que quienes tengan el control de esta tecnología —sean personas, empresas o estados— tendrán el control de la civilización?
A sólo unos días de que la administración Trump asumiera el poder, se declaró el proyecto “Stargate”, una iniciativa estatal del gobierno de Estados Unidos para apoyar la inversión multimillonaria en infraestructura destinada al desarrollo comercial de la IA. Microsoft perdió la exclusividad que tenía, permitiendo que OpenAI colabore con empresas como Oracle, Amazon, HP y Dell. Gran parte de esa inversión se destinará a infraestructura en computación, particularmente a NVIDIA, para el desarrollo de computadoras más potentes capaces de alojar modelos de lenguaje grandes. El respaldo estatal marca una clara señal de que ya se comprende que quien controle la IA tendrá el control del mundo, lo que potencialmente apunta a desarrollos cerrados y, sospecho, puramente comerciales, con exclusividad o primacía para Estados Unidos.
Pocos días después del anuncio, aparece DeepSeek. DeepSeek es una startup china de inteligencia artificial que, de la noche a la mañana, ha revolucionado el mundo tecnológico. DeepSeek funciona de manera similar a ChatGPT y, en muchos aspectos, incluso lo supera. Fundada en 2023, esta empresa, con una fracción de los recursos económicos y capacidad computacional, ha logrado alcanzar el mismo nivel de razonamiento que ChatGPT. Este lanzamiento no sólo representa un nuevo producto, sino que también pone en perspectiva el impacto geopolítico de esta nueva era de inteligencia artificial.
La era de la IA está apenas comenzando…
Desarrollos open source
Hace unos años, los modelos de lenguaje comenzaron a avanzar a pasos agigantados, como si estuvieran aprendiendo un nuevo idioma. Todo inició con modelos estadísticos simples, de capacidades limitadas, como se muestra en este artículo que escribí sobre un generador de texto basado en una cadena de Markov. Estos modelos no eran convincentes. Luego, surgieron modelos con redes neuronales simples que apenas lograban generar texto coherente, hasta que apareció un modelo llamado Transformer, cuya publicación abierta cambió las cosas.
Posteriormente, OpenAI lanzó GPT (Generative Pre-trained Transformer), un modelo que ya era capaz de escribir contenido bastante decente. Sin embargo, la verdadera magia comenzó con GPT-2, este modelo era tan avanzado que parecía tener algo de “creatividad”. Lo interesante es que OpenAI decidió hacerlo accesible al público, como si dijera, “Miren lo que podemos lograr juntos”. Esto permitió que toda la comunidad, desde investigadores hasta entusiastas, explorara la tecnología y la llevara aún más lejos.
El nombre “OpenAI” reflejaba precisamente esta visión de desarrollos abiertos, pensados para acelerar la creación de sistemas inteligentes de otro nivel. Esa apertura fue clave para llegar al punto en el que estamos ahora. Sin embargo, OpenAI dejó de ser abierta, y todo indica que continuará cerrándose, orientándose hacia la preservación de una supremacía geopolítica y comercial.
Ahí es donde entra DeepSeek, que es 100% abierto. Todos los detalles del modelo y su entrenamiento están publicados. Si te animás a crear tu propio modelo a partir de su código fuente, lo primero es pasar por su repositorio en GitHub. Ahí vas a encontrar las instrucciones para clonar el repositorio y configurar el entorno de desarrollo. Eso sí, asegúrate de tener una máquina con buena potencia y los paquetes necesarios instalados.
Una vez que esté todo listo, podés entrenar el modelo con tus propios datos o ajustarlo según lo que necesités. Y si te quedás atascado, hay una comunidad de desarrolladores siempre dispuesta a ayudar. Esa es la esencia del desarrollo abierto.
Desarrollos abiertos exitosos hay muchos.  Uno de los más conocidos es el sistema operativo Linux, que se ha convertido en la base de innumerables sistemas en todo el mundo. Otro caso es el sistema operativo móvil Android, que domina el mercado de smartphones y se basa en el modelo de código abierto. Estos desarrollos han demostrado cómo la colaboración abierta puede producir software de alta calidad que compite con soluciones propietarias.
Yo, personalmente, a través de la universidad donde trabajo, hemos hecho desarrollos abiertos y tenemos ejemplos claros de cómo eso estimula una comunidad que hace que las cosas crezcan mucho más rápido. El año pasado, gracias a un proyecto con la Contraloría General de la República y con apoyo de fondos del GIZ, desarrollamos tecnologías de cámaras que se conectan a internet y usan inteligencia artificial para reconocer objetos y maquinaria en obras públicas. Todo lo publicamos abiertamente en internet, desde los códigos y diseños hasta el modelo de IA con sus datos de entrenamiento.  Gracias a eso, el LANAMME de la UCR pudo usar esta tecnología para sus propias investigaciones y, además, tiene la intención de mejorarla. Y lo mejor es que también quieren publicarla de forma abierta. Así es como funciona el Open Source.
El desarrollo de los modelos de lenguaje grandes, en mi opinión, debería ser abierto. Eso permitiría ampliar la cantidad de actores que participan en su creación y aceleraría su evolución. Incluso en desarrollos abiertos, hay más que suficientes oportunidades comerciales más allá del código.
La geopolítica de la IA
La inteligencia artificial generativa está emergiendo como un factor clave en la geopolítica global, con desarrollos recientes que destacan la competencia entre Estados Unidos y China en este ámbito.
La iniciativa Stargate de Estados Unidos, pretende que se inviertan 500.000 millones de dólares destinada a construir una infraestructura avanzada de IA en los próximos cuatro años. Este proyecto busca establecer una ventaja competitiva comercial, mediante la creación de centros de datos y suministros de energía, en colaboración con empresas como SoftBank, Microsoft y Oracle.
Por otro lado, la startup china DeepSeek ha desarrollado un modelo de IA de código abierto llamado DeepSeek-R1, que supera a competidores líderes en varios parámetros. Lo notable es que este modelo fue desarrollado en sólo dos meses con un presupuesto inferior a 6 millones de dólares, en contraste con los gastos anuales de 5.000 millones de dólares de OpenAI. Este avance sugiere un cambio hacia desarrollos de IA más eficientes en términos de capital, y como lo dije antes completamente abiertos y gratis, y me sospecho que se mantendrá así, hasta dominar el uso de IA. Estos desarrollos han provocado reacciones en los mercados financieros, por ejemplo, las acciones de Nvidia cayeron debido a preocupaciones de que DeepSeek pueda amenazar la dominancia de Estados Unidos en el sector de IA.
Por supuesto, una de las preocupaciones es la censura que China podría imponer. Basta con probar y preguntarle a DeepSeek sobre temas sensibles para ese país, como la masacre de Tiananmen Square, y van a ver que no responde. Ah, pero pídanle a Google Gemini una crítica sobre algún partido político de Costa Rica, y van a notar lo mismo.

Ya no es la guerra de la información, es la guerra por la superioridad en inteligencia artificial, la lucha por las “propiedades” digitales. Y hay que tomar en cuenta que Estados Unidos en realidad no es dueño de esa IA, lo es una empresa. No es tan simple como que el estado tome decisiones sobre quién controla esta tecnología, porque el estado no la posee. Eso le da un poder político y mundial extraordinario a estas empresas, más allá de lo que antes pudieran tener (ver tecnofeudalismo).
¿Qué debemos hacer en Costa Rica?
Chile está avanzando en el desarrollo de un modelo de lenguaje grande propio, adaptado a las particularidades lingüísticas y culturales de la región. El Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile está trabajando en un proyecto llamado “LLM Latino”, cuyo objetivo es crear un modelo de lenguaje diseñado por y para los latinoamericanos. Aunque cuentan con menos capacidad de computación en comparación con otros modelos internacionales, la meta es desarrollar una herramienta que refleje las particularidades de los hispanohablantes en América Latina. Ahora, con la posibilidad de usar los códigos de DeepSeek, que además son computacionalmente más eficientes, creo que esto abrirá aún más posibilidades para el desarrollo de esta iniciativa en Chile.
Nosotros en Costa Rica tenemos toda la capacidad para trabajar en estos proyectos también. Necesitamos una iniciativa como la de Chile, pero que sea una colaboración entre universidades públicas y privadas, empresas e instituciones públicas. El objetivo sería apropiarnos de modelos como el de DeepSeek y otros, adaptándolos a nuestras necesidades.
¿Qué es lo que falta? No es el talento, es el financiamiento y la estructuración de un modelo de investigación mucho más amplio. No puede recaer sólo en las universidades públicas. Las universidades privadas también deberían estructurar facultades de alto nivel con este propósito, y sería clave incentivar posibles emprendimientos que aporten a este ecosistema.
A modo de conclusión: La IA un derecho fundamental de los humanos
Lo he dicho en muchas entrevistas y lo seguiré diciendo: pienso que la IA debería declararse un derecho humano universal. ¿Por qué? Porque quienes tengan acceso a esta tecnología van a tener ventajas considerables, no sólo como profesionales, sino también en su formación y desarrollo personal.
Además, hay que recordar que el conocimiento integrado en estos sistemas de IA representa el esfuerzo de todas las personas en el mundo que, de alguna manera, han publicado algo, aunque sea pequeño, en internet. Estos modelos no funcionan si se entrenan só
lo con cuerpos de conocimiento limitados; funcionan porque han sido entrenados con prácticamente todo. Por eso, cada uno de nosotros y nosotras debería tener siempre la posibilidad, de alguna forma, de acceder a esta tecnología.
Director Escuela de Sistemas Inteligentes Universidad Cenfotec
[email protected]

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Agencia

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