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Wilson Zamora conocido como “Chino” es un esparzano de 60 años de edad. Él sufrió 2 accidentes en motocicleta que durante varios años lo tuvieron sin la posibilidad de laborar.
Fue durante esa época que Yorleny Quesada de 50 años, su esposa, se hizo cargo de las responsabilidades del hogar. Mediante trabajos en el campo y labores de limpieza, la familia salió adelante.
En la actualidad, el matrimonio ya tiene trabajos estables y han sacado adelante a sus 3 hijos: Génesis (29), Jose Armando (26) y Melany (17).
A pesar de los desafíos que la vida les ha planteado, estos vecinos de la zona de San Jerónimo han logrado apoyarse mutuamente como esposos, tanto en la salud como en la enfermedad.
“Estoy muy orgulloso de mi esposa y de mis hijos”, dijo Zamora.
Primer accidente
Este ocurrió el 28 de febrero del 2000, cuando don Wilson viajaba en una motocicleta. Él perdió el control y derrapó sobre una ruta de piedra.
Tras el accidente, todo el peso del motor cayó sobre su pierna derecha, lo que le causó una fractura expuesta de fémur, así como lesiones en la rodilla y costillas.
Según reveló, en el hospital no había espacio para operarlo pero no lo trasladaron hacia otro centro médico.
Los doctores le realizaron un lavado quirúrgico, debido a que tenía las heridas sucias tras caer en una pista de piedra.
El esparzano estuvo 1 año y 2 meses hospitalizado tras el suceso. Luego, empezó un proceso de 7 años donde entraba y salía constantemente de los centros médicos.
Incluso llegó a estar en 2 ocasiones en cuidados intensivos debido a que es alérgico a la penicilina.
Intervención quirúrgica y aceptación
A “Chino” le ofrecieron cortar un pedazo del fémur afectado, una situación que lo dejaría renco pero sin la necesidad de ir con tanta frecuencia a un hospital.
En la intervención le quitarían entre 5 a 7 centímetros porque tenía un cáncer que estaba en esa parte del hueso.
“Después de 11 intervenciones uno se cansa, en especial de la camilla, andadera, silla de ruedas”, explicó. Tras aceptar el proceso, en 2006 se sometió a la cirugía y todo salió bien.
Además, le brindaron un zapato especial para que pudiese compensar la altura con la cadera, “Gracias a Dios acá estoy, sigo luchando y trabajando”.
Don William comentó que lo más duro de la recuperación es admitir que uno ya no es el mismo.
“No soy el mismo que jugaba bola, bailaba o corría”, aclaró.
Pero tuvo que aceptarse a sí mismo para que otras personas también lo hicieran.
Segundo accidente
En febrero de 2010 ya se había recuperado y estaba trabajando, pero volvió a sufrir un accidente cuando viajaba en moto.
Un carro lo chocó y tuvo varias quebraduras en las costillas y la tibia, ahora en el lado izquierdo.
Afortunadamente, las heridas fueron menores en comparación con el incidente de hacía algunos años.
Papel de la esposa
Para “Chino” fueron tiempos muy difíciles cuando no pudo trabajar a causa de la lesión en el fémur. Debido a que él se encargaba de llevar los alimentos a su hogar.
También recibieron ayuda de la comunidad, como recolectas y pagos de servicios.
No obstante, el papel de doña Yorleny fue fundamental, pues decidió salir a “jornalear” en el campo. Todo con el objetivo de mantener económicamente su familia.
Ella realizó labores como cortar paso, darle de comer al ganado, limpiar corrales y otras cosas más.
“Mi esposa es una mujer valiente, yo nunca he visto una cosa igual” recalcó Zamora.
Actualmente el matrimonio se encuentra mejor, pero no ha sido fácil. De momentos ambos trabajan para seguir apoyando a sus hijos y lograr las metas que se proponen.
Consejo
“Aprendan a vivir todos los días. Cuando tengan la oportunidad de levantarse y abrir los ojos, hay que darle gracias a Dios. Estamos ante la luz de un nuevo día, donde todo vuelve a comenzar”, finalizó.
Source
Daniel Córdoba