Un reciente informe posiciona a Costa Rica como el tercer país entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con el mayor porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, comúnmente conocidos como «ninis». Solo Turquía y Sudáfrica superan a la nación centroamericana en esta preocupante estadística.
Una radiografía de la población joven
Datos preocupantes del INEC
Según la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Costa Rica tiene aproximadamente 1,8 millones de personas fuera de la fuerza laboral. De esta cifra, el 32% corresponde a jóvenes de entre 15 y 32 años.
En términos absolutos, cerca de 1,735,000 personas no están disponibles para trabajar, un reflejo de la alta proporción de población económicamente inactiva que enfrenta el país.
¿Qué significa ser un «nini»?
El término «nini» hace referencia a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, un fenómeno que representa un gran desafío para el desarrollo social y económico de las naciones. En el caso de Costa Rica, esta problemática pone en evidencia fallas estructurales en el mercado laboral, el sistema educativo y el acceso a oportunidades equitativas.
Las raíces del problema
Educación y empleo: desafíos estructurales
Entre las causas principales que contribuyen al alto porcentaje de jóvenes «ninis» se encuentran:
- Acceso limitado a educación de calidad: Muchos jóvenes no logran concluir sus estudios debido a problemas económicos o sociales, lo que los excluye del mercado laboral formal.
- Desempleo juvenil: La falta de oportunidades laborales acordes con las habilidades y competencias de los jóvenes limita su participación económica.
- Barreras socioculturales: En algunos casos, las expectativas tradicionales restringen la participación femenina en el empleo formal, exacerbando el problema.
Consecuencias a largo plazo
Impacto en el desarrollo del país
El elevado porcentaje de jóvenes en esta condición afecta de manera directa el crecimiento económico de Costa Rica, incrementa las desigualdades y limita las oportunidades para las nuevas generaciones.
La falta de empleo y educación genera un círculo vicioso que puede perpetuar la pobreza y debilitar el tejido social. Los expertos advierten que si no se toman medidas contundentes, esta situación podría volverse insostenible para el país.
Soluciones posibles
Iniciativas para revertir la tendencia
Frente a este panorama, el Gobierno, las empresas privadas y la sociedad civil deben trabajar de manera conjunta en iniciativas que aborden este problema. Algunas estrategias incluyen:
- Fortalecer la educación técnica y vocacional: Ofrecer programas que preparen a los jóvenes para el mercado laboral actual.
- Promover incentivos para el empleo juvenil: Facilitar la contratación de jóvenes mediante beneficios fiscales o subsidios a las empresas.
- Fomentar programas de emprendimiento: Brindar acceso a recursos y formación para que los jóvenes puedan iniciar sus propios proyectos.
