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Una trágica historia conmociona a la comunidad. Nadia Peraza Espinoza, cuyo cuerpo fue identificado por sus tatuajes en una refrigeradora y un cafetal, dejó a una pequeña de dos años y ocho meses que no deja de llamar a su madre cada vez que ve su foto.
Familia Agradecida con el PANI
Juan Cortés y Marilyn Espinoza, padrastro y madre de Nadia, han estado cuidando a la pequeña desde febrero, después de que el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) les otorgara la custodia. “No sabemos quién alertó sobre los problemas domésticos de Nadia, pero agradecemos tener a la pequeñita en casa”, expresó Cortés.
Identificación Dolorosa
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó la identidad de Nadia a través de dos tatuajes, aunque aún falta la prueba de ADN, que podría tardar unos tres meses. «Ha sido una situación muy difícil para todos nosotros», comentó Cortés.
Un Consejo No Escuchado
Juan Cortés recordó que sabían de las discusiones entre Nadia y su pareja, pero nunca imaginaron un desenlace tan trágico. «Siempre le decíamos que se concentrara en su hija y sus estudios, pero uno puede aconsejar, el corazón es el que decide», lamentó Cortés.
Un Amor Marcado por el Destino
Desde los 14 años, Nadia compartía con su padrastro su amor por el dibujo. Hace unos cuatro años, conoció al hombre sospechoso de su muerte, un encuentro facilitado por vínculos laborales familiares. «No creo que él tenga problemas mentales, como dice su abogado, pero todo queda en manos de las autoridades», afirmó Cortés.
Una Familia Que Lucha por Seguir Adelante
Pese a la tragedia, Juan y Marilyn se esfuerzan por darle lo mejor a la pequeña que quedó huérfana. «Cada vez que ve la foto de su mamá, la llama. Es un dolor inmenso, pero seguimos adelante por ella», concluyó Cortés.
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Redacción
