Mujeres enfrentan menor acceso a empleos en Ciencia y Tecnología

Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, momento para hacer un repaso sobre la situación de brecha de género en el campo de la tecnología.
Al respecto, el Programa Estado de la Nación (PEN) señala que “los obstáculos para que más mujeres se formen en Ciencia y Tecnología privan a Costa Rica de talento calificado que ya de por sí es escaso, lo que pone en riesgo las posibilidades de mejorar la competitividad del país de manera sostenible.
Además, limita oportunidades de empleo de las mujeres, particularmente en un contexto de alta demanda de habilidades científico-tecnológicas, esenciales para la reactivación económica y la transformación productiva”.
Sobre el asunto, el estudio Formación Femenina en CyT: un tema de desarrollo, equidad y competitividad, brinda un panorama de la situación actual del mercado laboral y académico de la mujer en campo tecnológico.
El trabajo de investigación que fue elaborado por Esteban Durán Monge, Alejandra Chavarría y María Santos, se publicó en febrero pasado por el PEN.
En cuanto a los desafíos, el estudio señala que los hombres tienen mayor acceso a empleos en Ciencia y Tecnología (CyT), con una participación del 61,4% en el año 2023, mientras que las mujeres representaban el 38,6%.
Además, añade que aunque los egresos en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) crecen, la participación femenina sigue siendo baja: en 2023, solo el 32,0% de los graduados en esas áreas fueron mujeres.

“Se trata de una cifra inferior a la tasa promedio de participación laboral femenina en general (40,4%). La brecha se amplía en ingenierías y ocupaciones de mayor demanda.
En estas áreas la participación femenina es aún más baja, las mujeres representan apenas el 18,1% y 16,9% de las personas ocupadas respectivamente. Esto se refleja en diferencias, entre hombres y mujeres, que alcanzan hasta 66,2 puntos porcentuales (p.p.)”, señala el trabajo acerca la diferencia que se mantiene en el campo laboral.
En cuanto al porcentaje de egresos en TICs y carreras más demandadas por sectores más dinámicos por sexo entre 2014-2023, aunque se gradúan más mujeres a nivel técnico (58,7%), participan menos en especialidades con mejores oportunidades laborales.
De hecho solo el 15,6% de las mujeres se gradúan de especialidades de mayor demanda (carreras en TICs y más requeridas por sectores más dinámicos) versus 30,7% en el caso de los hombres.
Fuente: PEN
En tanto, carreras ingenierieles de alta demanda -como Ingeniería Industrial; Ingeniería en Información y Comunicación; Eléctrica y Electrónica- muestran amplias brechas en las que las mujeres tienen menos participación.
En cuanto a campos específicos, el reporte señala que la brecha de género en TICs se extiende a todas las áreas, pero varía según la especialización.
Por ejemplo, en desarrollo y análisis de software tiene la mayor participación femenina, con un 37,4%. Mientras, que en electrónica y automatización, la participación de las mujeres es considerablemente menor, ya que alcanza el 23,3%.

En términos generales, la investigación concluye que la brecha de género en áreas TICs se amplía a través del tiempo, ya que en el 2000, 3 de cada 10 graduadas eran mujeres, para el 2023 fueron solo 2 de cada 10.

Políticas públicas
El análisis también recomienda una serie de acciones para articular políticas sociales, educativas y laborales para el impulso de mujeres en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
“Para lograr un avance en la equidad de género en áreas STEM, es crucial articular políticas sociales, educativas y laborales que apoyen a las mujeres en todas las etapas de su ciclo de vida. Desde la niñez, fomentando vocaciones científicas y tecnológicas, hasta su formación técnica y profesional, y finalmente, su inserción en el mercado laboral.
Solo mediante un enfoque de este tipo, que aborde cada fase de su desarrollo, se podrá reducir la brecha de género y asegurar que las mujeres no solo accedan a estas áreas, sino que se mantengan y avancen en ellas”, indica el documento.
También incluye algunos ejemplos de políticas para el impulso de mujeres en STEM:

Fomentar vocaciones científicas y tecnológicas en mujeres a nivel técnico y profesional, especialmente en competencias digitales e ingenieriles, que abran mayores oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Fortalecer programas de recalificación y certificación que mejoren sus probabilidades de empleabilidad, adaptándose a las demandas del mercado laboral.
Atender las redes de apoyo para facilitar el cuidado de niñas, niños, personas mayores y enfermas, apoyando la conciliación de la vida laboral y personal.
Abordar la discriminación en el mercado laboral para reducir las brechas de ingresos y desempleo, garantizando un entorno laboral más inclusivo para las mujeres.

Expertas opinan
Para ahondar en el tema, CR Hoy consultó a dos expertas en tema de género.
María Amalia Penabad, académica del Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional (UNA), explica que para hacerle frente a los desafíos en materia de política pública que mejore la participación de mujeres en carreras STEM, es indispensable retomar que estas disparidades parten de un sistema histórico de desigualdad que se transmite de forma cultural a través de la socialización de las personas, pero que también se recrudece dependiendo de las características y contextos que dan identidad a estas mujeres, dónde aspectos como la condición económica, étnica o el estatus migratorio entre otros, inciden en los espacios en los que se desenvuelven.
Para ella, esto puede conducir a que los cambios tomen más tiempo en darse o sean más complejos de mantener.
María Amalia Penabad
“Esto lo podemos observar marcadamente en aquellas barreras que enfrentan las mujeres día con día para insertarse, permanecer y posteriormente ejercer profesiones STEM.
El avance de estos últimos años es importante, pero todavía insuficiente para mover la balanza hacia una mayor participación de mujeres o incluso para mantener los cambios ya logrados”, considera Penabad Camacho.
Sobre las políticas públicas específicas indica que se requieren para que más mujeres se integren a carreras STEM, manifiesta que instancias como el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) mediante la Política Nacional PICTTI, han impulsado acciones estratégicas para contrarrestar este escenario de disparidad, pero no han logrado la efectividad deseada.
Otras políticas ya existentes que son clave para el cambio son la PIEG 2018-2030 y el PLANOVI 2017-2032 justamente porque atienden la situación de transformación cultural para eliminar formas de discriminación y violencia que son medulares para dar permanencia a los cambios requeridos.
Los ejes donde considero se puede incidir mediante políticas son aquellas principalmente vinculadas a la educación y el trabajo:

En la educación básica pública, establecer estrategias para mitigar las carencias que presenta el estudiantado en competencias clave como la formación en matemáticas (incentivar y cultivar el interés por este tipo de materias) y la lectoescritura, las cuales son determinantes en la adopción de competencias digitales y también en el eventual ingreso al sistema universitario (retomando hallazgos del Estado de la Educación, 2023).
Fortalecer la capacitación docente para fomentar el desarrollo de competencias STEM y la innovación en la formación con apoyos tecnológicos.
Garantizar el acceso a recursos tecnológicos, energéticos y de conectividad a toda la población estudiantil como elemento que garantiza su derecho a la educación principalmente reconociendo las diferencias de acceso en todo el territorio nacional lo que vulnera las posibilidades de estas mujeres de participar.
Promover acciones afirmativas en el ingreso a carreras STEM para mujeres, que les garantice una cantidad proporcional de cupos. Esto dependerá de las adecuaciones que hagan las universidades para fortalecer este aspecto
Identificar necesidades relacionadas a la responsabilidad de los cuidados pero también atendiendo a esa diversidad de mujeres que requieren formarse, para ofrecer alternativas en el marco de su formación universitaria que les permita continuar estudiando.
La alianza entre universidades y sector público-privado será clave, no solo para ofrecer todo el conocimiento que las universidades generan en materia científico-tecnológica, sino también para favorecer espacios de inserción laboral y práctica profesional en empresas reconociendo la necesidad de cambios culturales que reconozcan a las mujeres.
Creación de ambientes seguros para la el desempeño de estas mujeres tanto a nivel universitario como en los entornos laborales.
La importancia de implementar políticas laborales para el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, considerando que son las mujeres quienes asumen mayores labores de cuidados.
Desarrollo de programas de incentivo y crecimiento profesional para mujeres en el sector STEM que mejore su participación en estos campos de conocimiento.
Un reto a nivel de política pública, mejorar la trazabilidad de la información sobre la participación de mujeres en carreras STEM para profundizar en los cambios específicos que pueden impulsarse.
Otro reto clave es el aumento de la inversión para la participación de mujeres en STEM.
Incentivar el financiamiento de proyectos y emprendimientos de mujeres que estén o puedan vincularse al sector STEM.
El incremento de la participación de mujeres en espacios de toma de decisión es clave para que puedan colocar situaciones propias de su vivencia cotidiana-contextualizada y que se vinculan al ejercicio de profesiones STEM.
Incrementar la investigación que permita comprender la transformación de las brechas de género, las violencias basadas en género que enfrentan, la disparidad salarial o de ingreso al mercado laboral.
Impulsar acciones específicas para la inserción de mujeres en profesiones tecnológicas de alta demanda.María Amalia Penabad

Acerca de cómo vislumbra se puede hacer frente al desafío de la carencia de profesionales, considera que se puede potenciar -y ya se viene impulsando- a través de la formación interdisciplinaria, en la cual se articulan varias especialidades para dotar de herramientas y competencias que permitan a toda futura profesional a ofrecer capacidades propias del STEM en diversos campos de conocimiento.
Lo anterior de la mano con un incremento en espacios para la matrícula de mujeres en carreras que involucren componentes STEM.
En su criterio, los mismos planes de estudio son sometidos a la actualización permanente para responder a las necesidades país en innovación. Y la posibilidad de integrar la visión social, humanitaria es un valor agregado para el propio desarrollo de la ciencia y las tecnologías.
“Nuevamente, también retomo que la vinculación entre sector laboral y educativo es clave para esto, ya que nos permite insertar profesionales con perfiles específicos y con competencias STEM en diferentes sectores y que a su vez las empresas establezcan alianzas para la captación de profesionales con las competencias requeridas”, agrega la especialista.
Finalmente brindó una serie de consejos y sugerencias para que cada vez más mujeres se integren a estudiar carreras tecnológicas.
“Como parte de las reflexiones que venimos trabajando en la UNA considero importante el trabajar en la autopercepción y reforzamiento positivo de las mujeres hacia el quehacer STEM, de la mano con el acompañamiento y fortalecimiento de sus habilidades.
El trabajo en equipo de mujeres con otras mujeres es muy importante para reducir las brechas. En el caso de las niñas se identifica que el poder tener un modelo de referencia (es decir otra mujer que ya se desempeñe en áreas STEM) es una motivación efectiva”, aconseja María Amalia Penabad.
El mensaje que da en el caso de estudiantes que estén cerca de insertarse en las universidades o que ya participen de la educación superior, es que se puede fortalecer su participación en pasantías y formaciones complementarias que les permitan una mayor especialización.
Y para las mujeres que están cerca de profesionalizarse o ya ejercen competencias STEM, la vinculación y apoyo entre mujeres es un elemento que las impulsa en su crecimiento y fortalecimiento profesional.
“Tanto el Estado como el sector privado debe articular sus esfuerzos en incrementar la participación de las mujeres en áreas STEM con la reflexión de las desigualdades que operan en la dinámica social y que se convierten en barreras para la participación de estas mujeres.
El trabajo debe darse desde múltiples aristas y para promover un cambio permanente, primero deben atenderse las desigualdades que condicionan esta participación”, concluyó.
Por su parte, Silvia Jiménez, investigadora del Instituto de Estudios de la Mujer de la UNA, se refiere a las políticas públicas específicas se requieren para integrar más mujeres a carreras STEM.
“El país cuenta con la Política Nacional para la Igualdad entre mujeres y hombres en la formación, el empleo y el disfrute de los productos de la ciencia, la tecnología, las telecomunicaciones y la innovación (2018-2027), a cargo del MICITT.
Este es un instrumento importante porque propone ejes y acciones estratégicas en materia de atracción de las mujeres a áreas científicas y tecnológicas desde la primera infancia y en los diferentes niveles de formación, así como en el empleo. Lo anterior requiere de más investigaciones sobre las barreras que enfrentan las mujeres en estas áreas, campañas de información para la eliminación de estereotipos de género, acciones afirmativas en instituciones educativas y empresas a favor de la igualdad de género, y la consolidación de redes que articule acciones y actores que abordan el tema”, detalla Jiménez Mata.
Silvia Jiménez Mata
De paso indica que se requiere además seguimiento y evaluación de la implementación de esta política, con miras a garantizar el avance en la materia.
Acerca de cómo afrontar las brechas, responde que según el Informe Hacia la sociedad de la información y el conocimiento 2023, desarrollado por el Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) de la Universidad de Costa Rica (UCR), se concluye que los principales factores de vulnerabilidad a la brecha digital son el vivir en zona rural, tener un menor nivel educativo y pertenecer a hogares con menores ingresos.
“Por lo anterior, se requiere de políticas públicas que articulen acciones que incidan en las diversas dimensiones que reproducen condiciones de vulnerabilidad y agudizan las brechas digitales y de género.
Desde las diferentes instituciones, por ejemplo en las universidades, se debe fortalecer las políticas internas que garanticen que estudiantes provenientes de zonas rurales y de hogares en condición de pobreza, accedan a la educación superior y se puedan formar a nivel profesional en las áreas de ciencia y tecnología”, resalta la académica universitaria.
Acerca de cómo incentivar a que más estudiantes se integren a carreras STEM, los datos del Estado de la Educación 2023 ponen en evidencia el descenso en el número de estudiantes que logran obtener un título universitario en relación con el número de estudiantes que ingresan, tendencia que es más marcada en carreras STEM.
Lo anterior requiere fortalecer el seguimiento académico y apoyos institucionales desde las carreras, tomando en consideración los factores económicos y familiares que inciden en el éxito académico y que retrasan la graduación de futuros profesionales.
Silvia Jiménez concluyó con una serie de recomendaciones para que cada vez más mujeres se integren a estudiar carreras en tecnología.
“Se requiere abordar el tema en forma sistemática e intencionada desde los primeros años de formación, lo cual requiere que el personal docente y administrativo esté capacitado en la promoción de una educación libre de estereotipos de género, que promueva que las personas desarrollen sus habilidades e intereses en los diferentes campos de conocimiento.
Es importante que se visibilice a nivel social la participación de las mujeres en carreras STEM y sus aportes, dado que constituyen modelos a seguir para las futuras generaciones”, dijo.

Source
Erick Murillo

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