Jueza apelará decisión de la Corte que negó proceso disciplinario contra magistrado por supuesto acoso

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La Corte Plena recibió y deberá tramitar un recurso de reconsideración y nulidad concomitante, luego de que ese mismo órgano se negó a abrir un expediente disciplinario contra el magistrado la Sala II, Luis Porfirio Sánchez, por supuestas agresiones sexuales ocurridas en el año 2000, que denunció una jueza.
Silvia Arce Meneses denunció públicamente en agosto del 2024, que supuestamente el alto juez la acosó sexualmente 25 años atrás. En aquel entonces, ella era jueza interina y Sánchez estaba en propiedad, razón por la cual presuntamente el acto quedó impune en su momento.
Arce es actualmente jueza de Trabajo. En esa misma línea también trascendió que Sánchez se habría negado a darle a una defensora pública su derecho a la lactancia.
Los hechos se dieron a conocer el año pasado en medio del proceso de reelección del magistrado, la cual debe ser aprobada por la Asamblea Legislativa.
Aunque varias fracciones anunciaron que no respaldarían a Porfirio Sánchez por lo denunciado, esto no le impidió seguir en el cargo, porque en la votación sí recibió apoyo para mantenerse 8 años más. 
El magistrado negó en agosto los señalamientos de la jueza, sostuvo que nunca ha acosado ni abusado sexualmente de ninguna persona y además aseveró de que nunca se ha presentado una denuncia ni queja de esa naturaleza en su contra.
Cuestionó además que estos señalamientos surjan justamente ahora cuando los diputados discuten su reelección y se comprometió a renunciar a su inmunidad para que se tramitase una denuncia judicial.
Luis Porfirio Sánchez Rodríguez también interpuso una denuncia penal por el supuesto delito de difamación en contra de la jueza Silvia Arce Meneses.

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Más recientemente, 17 magistrados de la Corte Suprema de Justicia tomaron el acuerdo de no abrir un expediente disciplinario en contra de Luis Porfirio Sánchez por los hechos denunciados, al declarar improcedente un proceso administrativo de este tipo, porque vencieron los plazos de 8 años para interponer denuncia y para llevar a cabo una causa.
Consecuentemente, la Corte Plena archivó el expediente el pasado 17 de diciembre, según consta en el acuerdo N.º 957-2024, del cual crhoy.com tiene copia. Solo dos magistrados votaron a favor de iniciar el procedimiento disciplinario.
Tras conocer la decisión, la jueza Silvia Arce presentó un recurso de reconsideración y nulidad, dado que considera que la Corte Plena no puede simplemente determinar que los hechos denunciados están prescritos. El recurso del cual crhoy.com también tiene copia, señala:
El instituto jurídico de la prescripción en vía disciplinaria, por definición no contempla su declaración de oficio. Hasta es renunciable. El denunciado proclamó y reiteró en diferentes oportunidades, durante el proceso de reelección, que renunciaría a tal, así como a la inmunidad. (…)
En concordancia con lo manifestado ante la comunidad nacional por el empleado Sánchez Rodríguez, solicito que en estas diligencias se le interpele por escrito, si renuncia a la prescripción para que se investigue la acusación de acoso sexual, así como que se deje constancia tanto de la gestión del órgano investigador en tal sentido como de la respuesta que él emita.
 

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La denuncia
La denuncia interpuesta por la jueza Silvia Arce incluye una descripción detallada de los hechos, los cuales ella autorizó a revelar públicamente.
Al parecer, ambos trabajan juntos cuando ocurrieron las presuntas agresiones sexuales, momento en el que ocurrió el principal episodio ocurrido en agosto del año 2000. A continuación un extracto de la acusación contra el Luis Porfirio Sánchez.
No recuerdo si fue en la mañana o en la tarde, cuando entró a la oficina Porfirio Sánchez Rodríguez. Dijo que venía a despedirse porque yo iba a estar mucho tiempo fuera. Yo lo saludé, me quedé sentada en el sillón y continué revisando expedientes.
Él caminaba por la oficina, me decía: “Qué dichosos” “Dónde van a ir”  “¿Qué dice el Macho, está contento?” (mi entonces esposo era rubio). Yo le contestaba leyendo expedientes, escribiendo notas y engrapándolas. 
En un momento, me percaté que el denunciado ya no caminaba y lo oí como jadeando. Lo volví a ver, estaba hacia mi derecha cerca de uno de los sillones de uso individual y de la puerta del baño.
Primero le vi la cara, jadeaba y tenía los ojos entrecerrados. Después observé que se estaba masturbando.
Sentí que me hacía para atrás, aún sentada en el sillón, como si alguien me hubiera empujado. Luego todo se puso blanco, como un segundo.
Después sentí temor, porque el personal técnico entraba y salía de las oficinas de jueces en cualquier momento, a llevar o traer expedientes físicos. Recuerdo que pensé que si entraban y lo veían, él iba a decir que era culpa mía, que él era pariente de un magistrado, que yo era interina …
Me fui a la puerta de la oficina, en la que me apoyé poniendo la cara hacia la derecha, para no verlo. Oí el agua del grifo del lavatorio del baño. Creo que también escuché el desagüe del agua del inodoro, aunque no lo recuerdo con precisión.
Él salió del baño secándose las manos. Me dijo que deseaba que nos fuera muy bien en el viaje y salió de la oficina como si nada hubiera pasado. No le conté a nadie lo que había pasado. Me culpabilicé.
El denunciado con mucha frecuencia tenía expresiones soeces o vulgaridades sobre los cuerpos o la vestimenta de otras funcionarias judiciales (¡Qué tetas las de esa vieja!, o ¡Vio el culo de la jueza de pensiones!), y a mí me vivía haciendo comentario sobre mis piernas.
Ante la consulta de crhoy.com, el Departamento de Prensa del Poder Judicial confirmó que la Corte tiene pendiente de resolver un recurso de reconsideración y nulidad sobre este caso, pero no brindaron más detalles al tratarse de un proceso disciplinario privado.

Source
José Adelio Murillo

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