Daños en cultivos de arroz. (Cortesía).
La tormenta tropical Sara, que azotó al país en noviembre anterior, dio un duro golpe a los cultivos de arroz, café, palma aceitera, hortalizas, frutas y plantas ornamentales. Pero también provocó un severo impacto en la producción lechera y ganadera.
Así se desprende de las cifras más actualizadas que recientemente comunicó la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) al presidente de la República, Rodrigo Chaves, y a los ministros de la Presidencia, Hacienda, Agricultura y Ganadería, Economía, Industria y Comercio, y Comercio Exterior, Laura Fernández, Nogui Acosta, Víctor Carvajal, Francisco Gamboa y Manuel Tovar, respectivamente.
Según reportes actualizados a diciembre, los daños en las distintas actividades productivas se estiman preliminarmente en $100 millones.
“Siendo los cultivos más afectados: arroz, café, caña de azúcar, hortalizas, frutas, palma aceitera, plantas, flores y follajes, y la producción pecuaria de carne y leche”, mencionó Oscar Arias Moreira en un oficio dirigido a Chaves el 18 de diciembre anterior.
De acuerdo con los datos de la CNAA, el sector cafetalero reporta una caída de frutos en zonas de maduración temprana, con una pérdida estimada de 277.145 fanegas, lo que equivale, en términos económicos, a más de $45 millones.
En el sector arrocero se calculan más de 1.000 hectáreas dañadas, cuya pérdida económica se estima en $2.700.000,00.
La Cámara también advirtió que la recuperación de las plantaciones de palma aceitera, a causa de las inundaciones, tomará más de dos años.
“Las hortalizas por tener periodos vegetativos más cortos harán sentir su efecto en los precios y en el abastecimiento en las próximas semanas y meses, y claro está, los ciudadanos tendrán que pagar un precio mayor para consumir estos alimentos, impactando la economía doméstica de las familias”, señaló Arias Moreira.
Imagen con fines ilustrativos. (CRH).
Mientras, el sector lechero estima el impacto asociado en un 5% de la producción nacional. No obstante, las fincas en las zonas con mayores afectaciones han reportado reducciones en su producción que oscilan entre un 20% y un 30%.
Según la CNAA, esta reducción en la producción lechera tiene un valor de mercado de ¢65 millones al día, recursos que no están siendo percibidos por los productores y esto afecta significativamente su flujo de efectivo y capacidad de pago. Además, su recuperación es lenta y costosa.
En el caso de la actividad ganadera, los productores han informado de daños de gran magnitud, específicamente en los cantones de Santa Cruz, Carillo y Nicoya, en Guanacaste, en donde se reporta mortalidad y animales enfermos. Las pasturas se encuentran deterioradas, lo que causa la pérdida significativa de peso en los animales y provoca un faltante de alimento para ellos.
En esos cantones, también se produjeron serias afectaciones en el cultivo de caña de azúcar, con estimaciones de pérdida de áreas de cultivo de aproximadamente 800 hectáreas.
Urgen acciones
Imagen con fines ilustrativos. (CRH).
Los productores urgen al Poder Ejecutivo que adopte acciones para mitigar los daños en plantaciones y fincas, y establecer las bases para la recuperación de las actividades agropecuarias, principalmente para aquellos que están altamente endeudados.
Algunas de las medidas que reclaman son las siguientes:
Canalización de recursos económicos para la atención de la emergencia mediante el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD). Estos recursos deben tener propósitos y objetivos específicos, mediante un Macro Programa de Recuperación Productiva y Alivio Financiero, diseñado para brindar condiciones adecuadas, en relación con la actividad económica, el ciclo productivo y la afectación productiva.
Atención al puerto de Caldera. El colapso de esa terminal portuaria está provocando un incremento en los costos de los importadores de granos utilizados para la alimentación humana (como el arroz) y de animales (maíz). “Esto, aunado a las consecuencias de la tormenta Sara, hará que muchos de los productos agropecuarios sufran un incremento en sus precios y peligros de desabastecimiento, generando inflación y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria del país”, sostuvo la CNAA. También piden reactivar la siembra y producción de arroz y frijoles para garantizar el abastecimiento de estos alimentos esenciales en la dieta de los costarricenses.
Migrantes y cosechas. La CNAA recordó a Chaves que se está a las puertas de la cosecha de café, del melón, de los frutales (cítricos), de la zafra de caña de azúcar, de la corta de plantas, flores y follajes. Según registros históricos, se requiere de 20 a 25 mil cosecheros en este periodo, por lo que es imprescindible atender la urgente demanda de la mano de obra recolectora en fincas para evitar más perdidas. “Nos preocupa la reciente reforma a la Ley No 761 Ley General de Migración y Extranjería y del Código Penal de la República de Nicaragua, la cual fue aprobada el pasado 28 de noviembre por la Asamblea Nacional de Nicaragua. Esta decisión podría tener un impacto negativo en nuestro sector, debido a que actualmente hay personas migrantes laborando y otras que desean venir y al hacerlo enfrentarían multas o incluso penas de cárcel en caso de ingresar a nuestro país, por lo que muy respetuosamente solicitamos interponer sus buenos oficios para que la Cancillería de la Republica converse con la embajada de Nicaragua y que nos permita esclarecer este tema”.
Reunión con Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR). Demandan a Chaves que interceda para que los reciba el presidente de la entidad monetaria, Róger Madrigal, para sugerirle acciones frente a la caída del tipo de cambio.
Posición frente a la adhesión de Costa Rica a la Alianza del Pacífico. Estiman que la incorporación a ese bloque, sin garantizar el mantenimiento de las exclusiones y los aranceles negociados en los respectivos Tratados de Libre Comercio vigentes con México, Colombia, Chile y Perú, es un riesgo real y enorme para la existencia y el sostenimiento de la producción agropecuaria. “El peligro es real por cuanto las conversaciones serían sobre la definición de los plazos de desgravación y no sobre mantener las exclusiones logradas, todas las cuáles desaparecerían. Es decir, se trataría de una adhesión y no de una negociación plena”, manifestaron en la carta.
Los productores aseguraron que ante el crecimiento de la población mundial, el impacto de los eventos climáticos y geopolíticos a nivel global es crucial para que Costa Rica garantice una seguridad alimentaria básica que le permita a los ciudadanos, incluso en tiempos de crisis, garantizar la producción de alimentos.
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Alexánder Ramírez