La última ofensiva de las fuerzas opositoras sirias contra el Ejército del presidente Bashar Al Asad y la población kurda en el noreste de Siria ha puesto fin a cuatro años de conflicto relativamente estático en la guerra civil siria.
¿Qué ocurrió hasta ahora?
El pasado miércoles 27 de noviembre, Hayat Tahrir al Sham, o HTS, una milicia islamista, lanzó una ofensiva sorpresa contra las fuerzas gubernamentales del presidente Bashar Al Asad.
El viernes, los rebeldes proturcos liderados por HTS consiguieron apoderarse de Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria, así como de decenas de pueblos de los alrededores. Según los informes, su próximo intento será tomar la ciudad de Hama.
Nanar Havach, analista para Siria del International Crisis Group, una organización independiente que trabaja para prevenir las guerras, declaró a DW que, “el domingo, llegaron a Hama fuertes refuerzos gubernamentales y empezaron a empujar a HTS hacia el norte, recuperando algunas ciudades y pueblos.”
Havach supone que una gran contraofensiva es inminente, y que la siguiente fase de una “guerra civil siria de alta intensidad se repetirá en las próximas semanas y meses.” Hama ya ha visto cambiar la trayectoria de la guerra civil antes, en 2015.
Después de que la población siria empezara a presionar por un cambio democrático en 2011, los grupos rebeldes tuvieron éxito inicialmente en su batalla contra las fuerzas gubernamentales.
Sin embargo, en 2015, las fuerzas de Asad pudieron detener la ofensiva en Hama, después de que los aliados de Siria, Rusia e Irán, intensificaran su apoyo militar.
En los años siguientes, los innumerables ataques aéreos contra los opositores de Asad han ayudado a las tropas del régimen a reconquistar la mayor parte del territorio que había perdido en un principio.
¿Quién está luchando?
La fuerza motriz de la actual ofensiva es el HTS proturco. El grupo fue etiquetado como organización terrorista extranjera por EE. UU. en 2018 y está afiliado a Al Qaeda, otro grupo terrorista.
HTS controla la región nororiental siria de Idlib, que se ha convertido en el último bastión opositor del país. Y alberga a unos 4 millones de refugiados sirios desplazados internamente, según Naciones Unidas.
Al parecer, sin embargo, los grupos dirigidos por HTS no sólo intentan recuperar el control de las zonas en manos de las fuerzas del presidente Asad.
Las facciones del opositor Ejército Nacional Sirio, o SNA, respaldadas por Turquía, han lanzado una operación paralela, denominada “Amanecer de la Libertad”, dirigida contra la mayoría kurda del noreste del país.
Turquía, que limita con Siria por el norte y se mantiene en gran medida en oposición al Gobierno de Damasco, ha atacado regularmente la región autónoma kurda, apuntando contra grupos que Ankara ha etiquetado de “terroristas”, como las Fuerzas Democráticas Sirias, o SDF.
¿Quién apoya a al Asad y por qué?
Para Moscú, apoyar a Asad promete varias ventajas, a pesar de la guerra de Rusia contra Ucrania. La alianza con Siria refuerza la influencia estratégica de Rusia en la región y proporciona oportunidades de entrenamiento para los militares y mercenarios rusos antes de su despliegue en Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró en una reciente rueda de prensa que Rusia, “por supuesto, seguirá apoyando a Bashar Al Asad”. Y añadió que Rusia elaboraría su “postura sobre lo que es necesario para estabilizar la situación.”
Es probable que el apoyo a Asad también haya facilitado el cierre de filas con Irán, que se ha convertido en un importante aliado para Rusia.
Para Irán, el régimen de Asad es un socio importante en el llamado “Eje de la Resistencia” de países y milicias que ven a Estados Unidos e Israel como su principal enemigo. Otros socios del “eje” son Hezbolá en el Líbano y los rebeldes hutíes de Yemen.
Al igual que el Kremlin, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, también ha asegurado a Asad que le proporcionaría todo el apoyo necesario para sofocar este último levantamiento.
Además, este lunes, el grupo opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, informó que unos 200 combatientes iraquíes bajo mando iraní habían entrado en Siria en camionetas para apoyar una contraofensiva del Ejército cerca de Alepo.
Aunque es imposible predecir cómo se desarrollará la situación actual en Siria, Nanar Havach, de Crisis Group, afirma que una cosa parece inevitable: “Desgraciadamente, los civiles se llevarán la peor parte de estos enfrentamientos.”