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José Giovanni Segura Angulo, alias “Narizón”, el supuesto narcotraficante de Pérez Zeledón que, según el Ministerio Público, conformó un imperio de al menos $17 millones gracias al blanqueo de dinero ilícito, lograba mover cifras millonarias a través de los bancos del país, al eludir los controles antilavado.
Una de las entidades por donde pasó más dinero es el Banco de Costa Rica (BCR), gracias, en gran parte, a un funcionario de apellidos Granados Ulloa, quien asesoró al cabecilla, sus abogados y contadores sobre cómo justificar el origen de los fondos e inmiscuirlos como transacciones formales y legales.
En el BCR, a nombre de Segura y mediante terceros, José Giovanni Segura logró mover al menos ₡8.586 millones en cuestión de unos pocos años. Así lo revela la acusación de la Fiscalía Adjunta de Legitimación de Capitales, de la cual CR Hoy tiene una copia escrita.
En el documento, que resume la amplia investigación del Ministerio Público y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), se detalla que, en una primera cuenta, consiguió mover al menos ₡809.209.820. Esto ocurrió a partir del 26 de febrero de 2019, cuando la abrió.
Durante 2019, logró ingresar casi ₡159 millones, y en 2020 fueron más de ₡195 millones. Para 2021 alcanzó casi ₡384 millones guardados en el banco estatal, y durante los primeros dos meses de 2020, ingresó cerca de ₡71 millones a su cuenta y a las de sus testaferros.
En una segunda cuenta, la banda consiguió depositar hasta ₡1.356.779.238, desde el 7 de junio de 2019, cuando Segura abrió una cuenta en colones con la supuesta finalidad de ser utilizada en sus comercios para brindar el servicio de red financiera de pagos y trámites.
La fortuna, al parecer, tenía mezclado dinero ilícito con los fondos producto de los servicios que brindaba en sus comercios. Durante 2019, ingresaron a esa cuenta más de ₡313 millones, y en cuestión de un año, en plena pandemia, la cifra se duplicó a ₡632 millones inmiscuidos en el BCR.
Durante 2021, fueron al menos ₡346 millones adicionales que entraron, y durante los primeros meses de 2022, poco antes de los allanamientos, ingresaron ₡65 millones. El 56 % de estos recursos ingresaron a la cuenta como “Transferec BANCOBCR”, mientras que otro 39 % se introdujeron como “depósitos”.
Una vez bancarizado el dinero en esta cuenta, el cabecilla Segura Angulo dispuso de al menos 8.765 transacciones en las cuales egresó ₡1.348 millones, bajo la descripción de “ND DEPOSITO TUCAN CC”.
Pese a que esta segunda cuenta supuestamente se utilizaba para los servicios “Tucán”, a las empresas de servicios públicos y privados solo se les pagaron ₡136 millones, pese a reportar egresos por ₡1.163 millones. El resto fueron depósitos a personas que no han sido identificadas.
Estas cuentas en el Banco de Costa Rica mostraron un alto volumen de transferencias y depósitos que, a su vez, movían grandes cantidades de dinero. Por ejemplo, en la segunda cuenta de “Narizón”, se encontraron 154 transacciones iguales o superiores al millón de colones, que sumaron un total de ₡414 millones.
Una serie de sospechosos, quienes también enfrentan juicio por presuntamente funcionar como testaferros del aparente narcotraficante, realizaron la mayoría de las transacciones por hasta ₡98 millones en una sola operación.
Los sujetos son de apellidos Núñez Jiménez, Mena Mora, Rabih Said, Solís Cordero, Pizarro Piñar (detenido en Panamá por transporte de cocaína), Araya Fernández, Araya Fernández y Taiseer, así como el mismo José Giovanni Segura Angulo.
Cuando el Juzgado Penal de Pérez Zeledón ordenó congelar las cuentas producto de los allanamientos en febrero de 2022, en el BCR solo quedaban ₡19 millones. Estos fondos fueron trasladados a las cuentas del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) para su custodia.
En el caso “Fénix”, destapado por las autoridades en 2022 y que actualmente se encuentra en etapa de juicio, están señalados testaferros, frenteadores, funcionarios bancarios, contadores, notarios y varios cómplices. Son un total de 25 imputados que, en apariencia, se dedicaron a esta actividad ilegal al menos desde 2016 y que eran liderados por José Giovanni Segura Angulo, también sospechoso de narcotráfico, que está a la espera de afrontar un juicio por esos hechos desde 2014.
De acuerdo con la acusación del Ministerio Público, presentada ante el Tribunal el pasado viernes, este cabecilla consiguió utilizar dineros provenientes del trasiego de drogas para inmiscuirlos en comercios ya existentes o bien para conformar empresas con el fin de blanquear los fondos. Esto se realizó mediante la inyección de capital o mezclando ganancias ilícitas con el dinero generado en comercios como lubricentros, restaurantes, llanteras, verdulerías y hasta una gran finca ganadera denominada “Hacienda Fénix”.
La legitimación de capitales habría estado en curso desde al menos 2015, sin poder determinarse una fecha exacta. Luego tuvo un fuerte repunte en 2018, pero tomó mucha mayor fuerza durante el periodo de pandemia mundial, cuando la mayoría de los establecimientos reportaron un incremento de las pérdidas económicas.
El grupo de familiares, colaboradores y el mismo cabecilla Segura Angulo habría ampliado la gama de actividades criminales que, justo en medio de la crisis financiera de ese año, experimentaron una aceleración en sus ingresos, los cuales venían desarrollando desde años atrás.
Según la Fiscalía Adjunta de Legitimación de Capitales, José Giovanni Segura utilizaba personas para encubrir que él adquiría los comercios o ponía a terceras personas, presuntamente, a realizar depósitos, transferencias y pagos, con el fin de encubrir su enorme crecimiento patrimonial y así evitar el riesgo de que se descubriera el origen ilegal del dinero.
Esposa del cabecilla
La esposa de José Giovanni Segura, una mujer de apellidos Chacón Vargas, tenía una cuenta abierta en el BCR desde el año 2001. Ante la entidad financiera, había declarado que su actividad comercial era el transporte de carga de pescado, con ingresos mensuales de unos $3.000.
Sin embargo, entre 2017 y hasta febrero de 2022, ingresó más de ₡135 millones, principalmente por 447 transferencias en el mismo BCR, equivalentes al 75 % del total de sus créditos, con detalles que aluden a la actividad económica de venta de frutas y verduras.
Una vez ingresado el dinero en dicha cuenta, Chacón Vargas dispuso de él principalmente por transferencias SINPE y traspasos de dinero dentro del mismo banco.
Cuando el Juzgado Penal de Pérez Zeledón ordenó congelar las cuentas producto de los allanamientos en febrero de 2022, en el BCR solo quedaban unos ₡2,5 millones. Estos fondos fueron trasladados a las cuentas del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) para su custodia.
Consultorías Eskeygra
Una de las sociedades jurídicas que, en apariencia, era utilizada por la banda es la sociedad Consultorías Eskeygra S.A., la cual también registra millonarios movimientos en cuentas bancarias del BCR. El cabecilla José Giovanni Segura era uno de los autorizados, junto a su pareja.
En ella, los sospechosos ingresaron ₡31 millones, que entraron principalmente por depósitos, transferencias y ventas con tarjetas. Allí se realizaron transacciones por montos cercanos a los ₡5 millones.
Luego retiraron la suma de ₡30,4 millones por transferencias, cheques y SINPE móvil, de las cuales se destacan dos transferencias realizadas a la sociedad Inversiones Ghaida Halabi S.A. por un monto total de ₡2,4 millones y seis transferencias realizadas a las cuentas personales del mismo José Giovanni Segura Angulo por un total de ₡21,3 millones.
En otra cuenta de esta sociedad, abierta en febrero de 2020, pero en dólares, tanto el cabecilla como su esposa estaban autorizados. Allí recibieron $41.735, poco más de ₡21 millones al tipo de cambio actual, principalmente por depósitos o transferencias.
Una vez bancarizado el dinero, retiraron de esa cuenta $34.567, principalmente por transferencias del mismo BCR, y de ellas se destacaron tres dirigidas a la sociedad Inversiones Ghaida Halabi S.A. por un monto total de USD $9.600.
Cuando las autoridades intervinieron, el remanente era mucho menor y pasó a custodia del ICD.
De acuerdo con la Fiscalía, los sospechosos utilizaron las cuentas amparadas al “comercio” para ingresar y mover dineros propiedad de “Narizón”, sin que se pueda rastrear su origen, lo cual es congruente con el hecho de que sus movimientos superan tres veces lo declarado en ventas ante el Ministerio de Hacienda.
Inversiones Ghaida Halabi
La sociedad Inversiones Ghaida Halabi S.A. es la empresa con cuyo nombre se resguardó la mayor cantidad de las ganancias ilegales, según la Fiscalía. Esta tenía una cuenta en el BCR, donde alias “Narizón” estaba autorizado, así como otro acusado de apellido El Halabi y su hermano, copropietario del negocio Hamdan Rawad El Halabi.
En esta consiguieron inyectar la estratosférica suma de ₡4.780.671.980, desde su apertura el 13 de mayo de 2017, hasta la intervención policial. Entraban principalmente como depósitos, ventas con tarjetas y transferencias.
Posteriormente, extrajeron de las cuentas ₡4.767 millones, emitiendo cheques, haciendo transferencias, retiros en efectivo y notas de débito. Los 65 cheques tuvieron una gran cantidad de beneficiarios que recibieron más de mil millones de colones.
En otra cuenta en dólares, ingresaron $2.106.413 entre depósitos y transferencias, desde enero de 2018 hasta febrero de 2022. Al tipo de cambio actual, esto equivale a ₡1.061 millones en divisa nacional.
Posteriormente, cuando ya el dinero estaba en la cuenta, debitaron $2.104.241 millones mediante otras transacciones, como la emisión de cheques y SINPE.
En esta cuenta en específico, entraron grandes cantidades de dinero en efectivo mediante las ventanillas y cajas en sucursales. Sospechosos como el de apellidos El Halabi llegaron a depositar hasta $386 mil dólares en efectivo, cerca de ₡200 millones al tipo de cambio actual, en varias transacciones.
Esterillos Estates Anagalide 156
Otra de las empresas que, según el Ministerio Público, era utilizada para escabullir dineros del narcotráfico era Costa Esterillos Estates Anagalide 156 S.A. Con asesoría del funcionario del BCR Granados Ulloa, los imputados abrieron una cuenta en la entidad en septiembre de 2021.
El presunto testaferro fue David Núñez Jiménez, y para la apertura reportaron como actividad comercial la ganadería, con un ingreso mensual de $21.000. En los pocos meses, desde que se abrió hasta la intervención judicial en febrero de 2022, ingresaron la suma de casi ₡392 millones.
Casi todo ingresó mediante transferencias electrónicas, producto de la supuesta venta de ganado, que, según el esquema de lavado instaurado, fue adquirido con dinero producto del narcotráfico y el blanqueo de recursos.
Una vez ingresado el dinero en la cuenta, dispusieron de él principalmente mediante transferencias hacia cuentas del mismo Banco de Costa Rica, lo que al parecer permitía el disfrute de las ganancias legitimadas.
Cuando el Juzgado Penal de Pérez Zeledón ordenó congelar las cuentas producto de los allanamientos en febrero de 2022, en el BCR solo quedaban unos ₡45,5 millones y $3 mil. Estos fondos fueron trasladados a las cuentas del ICD para su custodia.
La acusación detalla una larga lista de movimientos millonarios entre las cuentas de los imputados y sus sociedades, utilizando al Banco de Costa Rica como una de las principales entidades para operaciones por hasta ₡500 millones, tanto a cuentas nacionales como internacionales.
Los informes policiales demostraron decenas de transferencias internacionales por montos de cientos de millones de colones, en su mayoría a empresas con nombres alusivos a la venta de accesorios y llantas para vehículos.
De acuerdo con la investigación, los imputados tenían un esquema de transacciones bancarias en las cuales pasaban el dinero entre diferentes cuentas y testaferros. También llamó la atención que nunca se logró comprobar el capital semilla de una fortuna que creció rápidamente, según la Fiscalía.
Otros sospechosos y supuestos aliados de “Narizón” mantenían múltiples cuentas en varios bancos, entre ellos el BCR, como parte de la estrategia o plan común de utilizarlas para mezclar ingresos provenientes de actividades comerciales normales con los dineros de origen ilícito provenientes del narcotráfico y la legitimación de capitales, señala la acusación.
Source
José Adelio Murillo