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Tras el impulso que obtuvo con la elección de Donald Trump como presidente, el valor de Tesla viene en caída libre desde que el mandatario asumió el cargo y su propietario, Elon Musk, se convirtió en el símbolo de los recortes y la reestructuración de agencias gubernamentales en los Estados Unidos.
El consenso entre los analistas es claro: el papel político de Musk está afectando el negocio de Tesla, aunque no es el único factor que explica las multimillonarias pérdidas de las últimas semanas.
“La influencia personal del empresario no solo está dañando la imagen de la compañía, sino que también está generando un entorno más desafiante en mercados clave”, dijo Bloomberg en un análisis publicado sobre el tema.
La caída de Tesla alcanzó su punto más crítico el pasado lunes, cuando registró una debacle del 15% en la bolsa de Nueva York, la mayor en lo que va del año y la más pronunciada desde el 8 de setiembre de 2020.
Solo en febrero, las acciones de Tesla cayeron un 30%, acumulando una pérdida de más del 40% desde su máximo histórico, registrado a mediados de diciembre.
“Tesla se está convirtiendo en un símbolo político de Trump y eso es malo para la marca”, afirmó Dan Ives, analista financiero de Wedbush Securities, a la agencia AP.
La relación entre Musk, Trump y Tesla incluso ya volvió a las salas de exhibición de la compañía en blanco de protestas en los Estados Unidos y algunos propietarios de vehículos de la marca han colocado stickers en sus autos con la frase “Lo compré antes de que Elon se volviera loco”.
Para los analistas, este es un problema complejo, ya que el perfil del comprador de autos eléctricos de Tesla no parece coincidir con el de los seguidores más fieles de Trump.
“No hay duda de que la cercanía de Musk con la política, o el hecho de aparecer en televisión con una motosierra, no está ayudando a su imagen. Puede estar ganando más seguidores dentro de un grupo específico, pero no son ellos quienes compran Teslas ni invierten en su empresa. Así que tiene un problema”, explicó Peter Bardenfleth-Hansen, exdirector de Tesla para Europa, Medio Oriente y Asia, en una entrevista con la BBC.
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Fuerte competencia china
Otro factor que está afectando a Tesla es la caída en sus ventas en mercados clave, como Europa y China, donde su principal competidor, la automotriz china BYD, mantiene un crecimiento constante.
En Europa, las ventas de Tesla cayeron un 45% en enero en comparación con el mismo mes de 2024, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles. Esta baja contrasta con el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos en el viejo continente, que aumentó cerca de un 34% en el mismo periodo.
Por su parte en China, las entregas al por mayor de Tesla cayeron en febrero a su nivel más bajo en más de dos años y medio, con un desplome interanual del 49%, hasta alcanzar las 30.688 unidades, según datos preliminares de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China.
A nivel global, Tesla vendió 1,79 millones de vehículos eléctricos en 2024, una cifra inferior a la de 2023 y por debajo de las estimaciones de los analistas. BYD, por su parte, vendió 1,76 millones de vehículos 100% eléctricos y un total de 4,25 millones de unidades, sumando sus modelos híbridos.
Otros mercados importantes para Tesla, como Australia, también registran caídas.
Respuesta de Musk
Ante esta situación, Musk afirmó el martes que planea duplicar la producción de Tesla en Estados Unidos en los próximos dos años.
“Como parte de las grandes políticas del presidente Trump y su administración, y como un acto de fe en Estados Unidos, Tesla va a duplicar su producción en el país en los próximos dos años”, declaró Musk en un evento en la Casa Blanca junto al mandatario.
Por su parte, Trump expresó su respaldo al empresario durante el acto.
“Dije: ‘Elon, no me gusta lo que te está pasando, y Tesla es una gran empresa’. Nunca me ha pedido nada, y él ha construido una gran compañía. No debería ser penalizado por ser un patriota”, afirmó el presidente republicano, mientras posaba junto a Musk frente a un sedán rojo de Tesla en el pórtico sur de la Casa Blanca.
Sin embargo, a pesar de sus declaraciones de apoyo, las políticas de Trump hasta ahora han limitado la venta de autos eléctricos en EE. UU. Entre sus medidas destacan la revocación de una orden de 2021 del expresidente Joe Biden, que establecía que el 50% de las ventas de automóviles debían ser eléctricos para 2030, y la suspensión de fondos federales para la instalación de estaciones de carga.
Además, los aranceles promovidos por Trump podrían afectar a Tesla. Su director financiero, Vaibhav Taneja, advirtió en enero que las piezas importadas desde Canadá y México estarían sujetas a gravámenes, lo que impactaría la rentabilidad de la compañía.
Source
Gustavo Arias
