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Este miércoles, Marc Anthony y Christian Nodal cerraron con broche de oro uno de los eventos grandes en Costa Rica y llenaron de despecho y salsa el recinto del Estadio Nacional.
Aunque muchos se quedaron sin ver el inicio del show por un caos vial que los retrasó en los accesos, poco a poco se fue llenando el estadio y empezó la fiesta, con dos de los artistas más grandes de Latinoamérica.
Primero fue el turno del mexicano, quien interpretó sus temas más icónicos, pero quedó debiendo en otros.
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Sin Ángela y con un mix de artistas
Primero se acomodaron sus músicos y a las 6:31 p.m. el cantautor salió al escenario diciendo “buenas noches Costa Rica”, con su pareja, Ángela Aguilar viéndolo en primera fila.
Con sombrero blanco cantó su tema “Adiós amor”, que se ha vuelto un himno.
Cuando llevaba 10 minutos en el escenario ya había interpretado 4 temas y la noche apenas iba calentando.
Luego dio inicio con “Pa’olvidarme de ella”, que lanzó con Piso 21.
Nodal incluyó canciones como “Botella tras botella”, y “La Mitad”, que tiene junto a Camilo. Fue precisamente en esa canción que cambió el final y viendo a su esposa, le dijo “nadie va a quererte la mitad de lo que yo te amo”.
En todo momento interactuó con el público y dejó que lo ayudaran en los coros.
También le preguntó a los ticos “¿qué van a hacer por el resto de sus vidas?” haciendo referencia al tema que dio inicio poco antes de las 7:00 p.m.
El intérprete del regional mexicano incluyó en la lista algunas canciones de Selena, Juan Gabriel y de los Enanitos Verdes.
Aunque se esperaba que Ángela Aguilar lo acompañara en su canción “Dime cómo quieres”, ella prefirió quedarse sentada junto a su hermano, a un lado del escenario.
Nodal dio gracias a sus fans por su apoyo, cerró sus shows de este año y dijo que se preparó mucho emocionalmente para dar lo mejor de él.
“Costa Rica siempre ha representado pura vida para mí, gracias por tanto amor”, expresó.
Le recordó a los fans que sería una noche para no olvidar y que él estaba calentando para dar espacio a Marc Anthony.
También preguntó dónde estaban todas las “sinvergüenzas”, para dar paso a su tema que lleva ese nombre.
“¡Qué bonito canta Costa Rica!”, manifestó al final de su canción.
“¿Las damas por acá son tóxicas? ¿Ya no? ¿Ya se les quitó?”, dijo segundos antes de arrancar con “Amor Tóxico”.
Nodal reconoció que no pudo hablar mucho, porque no tenía mucho tiempo de cantar, pues debía dar espacio a su padrino de bodas, el salsero neoyorquino.
Sus últimas interpretaciones fueron “De los besos que te di”, “Ya no somos ni seremos”, que el público ayudó a corear.
Finalmente, se despidió minutos antes de las 8:00 p.m., agradeciendo a sus seguidores.
Salsa, sabor y segundos eternos
Aunque estaba previsto para arrancar a las 8:00 p.m., Marc se hizo de rogar y salió a la tarima con media hora de retraso, haciendo evidente que su espectáculo sería de hora y media, igual que Nodal.
Lucía imponente, con jeans, saco negro, camisa cuello tortuga y lentes oscuros.
Con su inigualable voz empezó “Pa’llá voy” arrancando el concierto de su “Historia Tour”, donde daría una probadita de su catálogo musical.
Marc sabía que muchos de los presentes querían bailar y los complació con un repertorio variado, que incluyó desde “Valió la pena”, “Y hubo alguien”, hasta “Flor Pálida”.
Luego dejó que uno de sus músicos se lucieran con el piano para dar paso a “Tanto miedo”.
El único reproche es que entre una canción y la otra faltaba rapidez. Las luces se apagaban y él duraba un rato en retomar, haciendo que los segundos se sintieran eternos.
Una de las canciones más esperadas llegó a eso de las 9:15 p.m. y fue “Qué precio tiene el cielo”.
Se intentó despedir a las 9:36 p.m. cantando “Parecen viernes”, pero su público pedia “otra” y él volvió a complacer con “Tu amor me hace bien”.
Marc se quedó unos minutos observando a sus fans y disfrutando del juego de luces que hacían con sus celulares, para arrancar “Vivir mi vida”, el tema con el que ha cerrado sus últimos conciertos en el país. Poco después se despidió.
Fue una noche cargada de muchas emociones y donde la lluvia dio una tregua.
Source
Yaslin Cabezas
