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Este lunes, 5 personas fueron sentenciadas a un total de 138 años de cárcel por ordenar, planificar y llevar a cabo dos asesinatos en 2015 en Limón. Se condenaron tanto a los autores intelectuales que pagaron y contrataron el ataque, así como a los que ejecutaron a las víctimas.
Pese a la sentencia, todavía las autoridades no han podido traer a la justicia a todos los supuestos implicados en la muerte de Ademar Jiménez Gómez y Pablo Castro Barrantes.
Alejandro Arias Monge, alias “Diablo”, uno de los criminales más buscados por la policía costarricense al supuestamente liderar una banda de trasiego y venta de drogas, permanece en fuga desde hace 8 años justamente por estos crímenes.
El supuesto capo de Guápiles y la Zona Norte, fue declarado años atrás como rebelde por esta causa judicial y desde entonces el sujeto se ha mantenido en evasión, lo que le permitió presuntamente construir un imperio de narcotráfico y lavado de dinero.
Por ese caso, Arias fue detenido el 2 de agosto de 2015 junto con el resto de involucrados. Incluso, el -ahora- líder narco estuvo un año en prisión preventiva, hasta ser liberado por orden de un juez. Desde entonces, “Diablo” huye de los cuerpos policiales, mientras su poderío se ha expandido.
La policía judicial confirmó en junio del 2023, que estos crímenes son los hechos por los cuales que Alejandro Arias se mantiene originalmente en fuga, y pasó a convertirse como el hombre más buscado en Costa Rica, desde hace alrededor de 9 años.
Alias Diablo tomó notoriedad el 4 de setiembre de 2020, cuando trascendieron una serie de audios de WhatsApp en los que supuestamente ofrecía millonarias recompensas por asesinar a oficiales de la Fuerza Pública y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Se cree que ha logrado evadirse de retenes e intentos de captura.
Tras la consulta de crhoy.com, la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos confirmó que el juicio que culminó este lunes, corresponde a un nuevo proceso debido a que la causa judicial se separó.
Es decir, el juicio de hoy corresponde a un testimonio de piezas o expediente paralelo al principal, que deberá continuar su trámite. Consultamos sobre el avance en el resto de la causa y qué pasará con la acusación contra alias Diablo, pero la consulta está en trámite en el Ministerio Público.
Durante la misma lectura del fallo, el juez Rodrigo Salas señaló que parte de la evidencia no se puede destruir, porque Alejandro Arias Monge debe ser juzgado por estos dos asesinatos.
Por su parte, Wilberth Montenegro, uno de los abogados defensores de los sentenciados aseguró que el desarrollo del debate, casi no se mencionó a “Diablo” y su eventual participación en los hechos.
“De Alejandro no sabemos absolutamente nada de esto, doña Grecel y don Rigoberto están aquí meramente por un aspecto coyuntural, ellos no tienen nada que ver con Alejandro, el Diablo, como le dicen a esta persona”, indicó el jurista.
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Crímenes con los cuales se le vincula
De acuerdo con las autoridades, el primero de los crímenes con los cuales se vincula a alias Diablo es la muerte de Ademar Jiménez Gómez, en 2015.
Todo cuando él y varias personas más, orquestaron el robo de una cifra millonaria de dinero y una cantidad importante de droga, que pertenecía a Rigoberto Tenorio Calvo, quien más tarde mandó a asesinar al maleante principal.
En apariencia, los ladrones acudieron hasta la propiedad de Rigoberto Tenorio, en Palmitas de Cariari en Limón, donde agredieron a un peón de construcción y usando un arma de fuego, consiguieron robarse alrededor de ₡20 millones. Tras sustraer el dinero, huyeron del sitio.
A raíz de ese robo, Tenorio y su hija, Gercel Tenorio Pérez empezaron a planificar la venganza y contrataron a un grupo de sicarios para ejecutar a tres ladrones, Ademar Jiménez Gómez, así como otros dos de apellidos Chaves y Rodríguez.
Los imputados de apellido Tenorio, padre e hija víctimas del millonario atraco, le encargaron ejecutar los ladrones a Alejandro Arias Monge, así como otros sospechosos llamados Henry Alvarado Hernández, Roger Rodríguez Valverde y otro más de apellido Pérez (que como “Diablo” también permanece rebelde).
En enero del año 2015, Gercel Tenorio y su padre se pusieron en contacto con Henry Alvarado para que matara a los objetivos a cambio de un pago. En una reunión, la mujer le entregó un adelanto para realizar los homicidios.
Tras recibir parte de la recompensa, Alvarado se reunió con los otros gatilleros de apellidos Pérez y Rodríguez, para explicarles que Ademar Jiménez que a quien iban a matar, era una persona conocida y por eso planificaron los detalles de cómo cometerían el crimen.
De esta forma, los asesinos consiguieron una ametralladora AK-47 para acribillar a su víctima. Unos días después, la tarde del 22 de enero de 2015, ocurrió el asesinato en Pococí.
De acuerdo con la sentencia, los gatilleros se pusieron de acuerdo para cumplir con su encomienda y se aprovecharon de la amistad que tenían con Ademar Jiménez.
El presunto ladrón de los ₡20 millones habría sido recogido por el sospechoso Rodríguez en un taxi informal, en el sector de Tibacán. De allí lo trasladó hacia otra zona conocida como El Encanto, donde lo esperaban los demás asesinos.
Cuando Jiménez estaba con los demás imputados, los sicarios se habrían aprovechado de su vulnerabilidad para retenerlo, amordazarlo y amarrarlo de pies y manos, y mantenerlo así durante horas.
Ese mismo día, pero más tarde, cumpliendo con las órdenes de los Tenorio, movilizaron a la víctima secuestrada hasta el sector de Cariari, donde utilizaron el fusil AK-47 para dispararle en la cabeza y en la espalda, causando su muerte instantánea en venganza por el supuesto atraco millonario.
Una vez liquidado, le rociaron algún tipo de combustible y quemaron el cuerpo en un 95%, para evitar dejar rastros del crimen.
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Unas semanas después, en marzo del 2015, Alejandro Arias Monge alias “Diablo”, su sujeto apellido Pérez que se mantiene en fuga, dos gatilleros de apellidos Smith y Alvarado que ya murieron, Henry Alvarado Hernández y Roger Rodríguez, fueron contactados por un sujeto llamado Román Marchena Guzmán.
Al parecer, Román fue el intermediario contratado por otro hombre para planificar el asesinato de un comerciante dedicado a la instalación de vidrios en Matina de Limón.
Los siete sujetos habrían organizado un plan y se distribuyeron funciones para liquidar a la víctima de apellido Castro. La agrupación recibió un pago a cambio de matar a Pablo Castro Barrantes, el 30 de marzo del 2015.
Según la investigación, utilizaron a una mujer desconocida quien contactó al comerciante mediante una llamada telefónica para pedirle que se desplazara a realizar una medición e instalación de vidrios en Goly de Matina.
De esta forma, los asesinos emboscaron a Castro. Se movilizaron hasta el centro de Matina y ubicaron a la víctima, quien andaba en el carro acompañado por su sobrino de apellido Gutiérrez, para el encargo de vidrios.
Al visualizar el carro del comerciante, los sospechosos se aprovecharon de la vulnerabilidad para matarlo: dos hombres se acercaron de forma sorpresiva al vehículo y observaron que en el asiento del acompañante estaba el sobrino de Castro Barrantes, quien era menor de edad.
Sin importarles, les dispararon a ambos en múltiples ocasiones, impactando al vidriero en la cabeza y causando su muerte, mientras que el sobrino sobrevivió.
Según informaron los jueces, los sospechosos usaron la misma arma de fuego, determinado así gracias a pruebas científicas que hizo el Organismo de Investigación Judicial. Luego de los crímenes tuvieron una reunión en San Antonio de Belén, tras cumplir con ambos encargos.
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Condenados
Por estos hechos, Rigoberto Tenorio Calvo (79 años), Gercel Tenorio Pérez (hija de 38 años) y Henry Alvarado Hernández (sicario), fueron declarados coautores responsables del homicidio calificado de Ademar Jiménez Gómez.
A Tenorio y su hija les impusieron 25 años de cárcel a cada uno de ellos, mientras que a Alvarado deberá descontar 30 años de prisión por este caso.
Adicionalmente, Alvarado, Roger Rodríguez Valverde y Román Marchena Guzmán, fueron declarados coautores responsables de un delito de homicidio calificado en contra de Pablo Castro Barrantes, así como una tentativa de homicidio agravada contra otro hombre de apellido Gutiérrez.
Henry Alvarado fue condenado a 30 años de cárcel por el asesinato de Castro y 20 años por intentar matar a la otra víctima, que se reducen a 30 años en total. Al ser culpable también de la muerte de Ademar Jiménez, estará la pena máxima aprisionado: 50 años.
A Rodríguez le impusieron 28 años de prisión por homicidio más 20 por la tentativa, que se readecúan a 28 años en total. A Marchena lo sentenciaron a 10 años por los delitos cometidos.
Esta fue la segunda sentencia, en agosto del 2022 ya se había juzgado y condenado a varios de los imputados. Dentro del mismo caso, José Rafael Vargas Mora también fue sentenciado 25 años de prisión, tras ser considerado autor responsable del homicidio calificado, cometido en prejuicio de Pablo Castro Barrantes.
Todos los condenados deberán descontar un año de prisión preventiva mientras la sentencia queda en firme.
Source
José Adelio Murillo