La memoria como herramienta contra la desinformación / CRHoy.com / Noticias 24/7 / Periódico Digital

“Vuestro pilar es vuestra memoria, que es vuestro instinto”.
Escuché esta frase durante la cobertura que un medio de comunicación le hizo al evento que conmemoraba los 80 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz. La frase quedó resonando en mi cabeza y me llevó a reflexionar que, si bien nace en un contexto de dolor que marcó la historia del mundo, cobra especial relevancia en el presente y en la construcción del futuro.
Este 2025, Costa Rica entra en un momento decisivo para definir su rumbo: económico, laboral, social, educativo, etc. Esta contienda electoral estará marcada por discursos cuidadosamente diseñados para persuadirnos y moldear nuestra percepción. Será un desfile de promesas bien empaquetadas, donde cada candidato intentará vendernos soluciones a los problemas del país.
Sin embargo, como en cada proceso electoral, no solo estarán en juego las propuestas y los debates legítimos, sino también la manipulación, la distorsión de la realidad y la desinformación. Lamentablemente, seremos testigos (o víctimas) de una pasarela de noticias falsas que llenarán las redes sociales.
Estas plataformas nos acercan, acortan las distancias, nos muestran verdad o… la verdad que otros quieren hacernos creer. Usadas correctamente pueden aportar muchísimo en la construcción de ideas, propuestas o soluciones. Sin embargo, también se han convertido en el medio perfecto para crear confusión, para persuadir desde el engaño; para crear debates desde el anonimato, que lejos de aportar al diálogo democrático alimentan la desinformación.
Es aquí donde ese pilar entra en juego: la memoria. Un filósofo estadounidense dijo algo así: “Quienes olvidan su historia están condenados a repetirla.” Que no nos pase. Usemos nuestra memoria como herramienta contra la desinformación. No olvidemos las estrategias de manipulación ya conocidas que han sido protagonistas en las campañas electorales que han tenido lugar tanto dentro como fuera de nuestras fronteras:
Hemos visto cómo la inteligencia artificial se ha convertido en un arma poderosa en la construcción de narrativas falsas para impulsar estrategias de desinformación que buscan alterar la percepción pública, o la creación de perfiles falsos donde el fenómeno de la “mano izquierda” toma la batuta con la única misión de desprestigiar operando bajo la sombra. Este tipo de estrategias se enfocan en atacar a los contrincantes de manera indirecta, amplificando sus errores, tergiversando su pasado y manipulando su imagen pública.
Ante esta realidad, la memoria histórica y el pensamiento crítico deben convertirse en nuestras principales defensas. Tenemos y debemos actuar con responsabilidad. Debemos hacerlo por nuestros hijos, porque el mundo que les heredaremos dependerá de la calidad de la información con la que construyamos nuestras decisiones hoy.
Debemos hacerlo por nuestro futuro como profesionales, porque en una sociedad donde reina la desinformación, nuestro talento y esfuerzo quedan en segundo plano. Si permitimos que las mentiras definan el rumbo del país, las oportunidades laborales y de desarrollo no dependerán de la capacidad ni del esfuerzo, sino de narrativas construidas para favorecer intereses particulares.
Debemos hacerlo por la educación, porque cada noticia falsa que circula sin filtro es una lección equivocada que se queda en la mente de quienes están aprendiendo a comprender el mundo. Debemos hacerlo para mejorar la seguridad en nuestras calles, porque las noticias falsas también siembran miedo, división y desconfianza. Debemos hacerlo por la democracia, porque votar con información errónea es como caminar con los ojos vendados: nos arriesgamos a tropezar y caer en rumbos que no elegimos realmente.
Miremos por un momento a quienes tenemos a nuestro alrededor y que son importantes para nosotros; porque cuando le ponemos cara al desempleo, a la pobreza, a la desigualdad; cuando le ponemos cara a la violencia de género, a la niñez y la adolescencia entonces esos problemas que los asechan dejan de ser algo que pasa para convertirse en algo que nos pasa a todos.
Definamos el futuro de los nuestros ejerciendo un voto responsable en 2026, después de haber manejado con igual responsabilidad la información a la que estaremos expuestos y los comentarios que dejaremos en estos canales de comunicación. Que nuestra memoria venga en nuestra ayuda cuando estemos expuestos a esas estrategias de manipulación y podamos reconocerlas.
Que nuestra memoria nos sirva para filtrar esas noticias y evitar replicarlas. Que tengamos la sabiduría para cuestionarnos ¿de dónde viene la información y cuál es su propósito? No nos convirtamos en amplificadores de noticias falsas, ni seamos el eco de aquellos populistas que lo único que buscan es que el pueblo repita sin pensar cada discurso solo para hacer ruido y llamar la atención, porque lo cierto es que no tienen nada más que aportar.
En tiempos de discursos polarizados, la memoria colectiva es nuestra mejor defensa. Solo recordando el pasado y cuestionando el presente podremos construir un futuro basado en la verdad y no en la manipulación.
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