Joven de 17 años muere durante cirugía de muelas del juicio | NCR Noticias


Joven de 17 años murió tras someterse a una cirugía de cordales: tuvo una complicación con la anestesia

El dolor y la tristeza han embargado a la comunidad de Spokane, Washington, tras la trágica muerte de Erik Edge, un joven de 17 años, quien perdió la vida durante una cirugía de extracción de muelas del juicio el pasado 24 de junio. Este lamentable incidente ha levantado serias preocupaciones sobre las prácticas médicas y la gestión de la anestesia en procedimientos quirúrgicos rutinarios.

El trágico incidente


Erik Edge, estudiante de la Escuela Preparatoria Gonzaga, se encontraba en un procedimiento aparentemente sencillo en la clínica Liberty Oral and Facial Surgery. Su padre, Mark Edge, lo acompañó al consultorio esperando que fuera un procedimiento rutinario y sin complicaciones. Sin embargo, los acontecimientos tomaron un giro inesperado cuando, durante la cirugía, Erik experimentó una severa complicación relacionada con la anestesia.

Intentos por reanimarlo

Mientras Mark y su esposa, Sara Edge, esperaban fuera del consultorio, la situación se tornó dramática cuando se percataron de que paramédicos y bomberos ingresaron al lugar. Mark relató a The Spokesman-Review cómo los médicos y personal de emergencias intentaron reanimar a Erik mediante maniobras de reanimación cardiopulmonar durante varios minutos, sin éxito. El joven fue trasladado rápidamente a un hospital cercano, pero falleció debido a complicaciones respiratorias derivadas de una reacción adversa a la anestesia.

Familiares presentan demanda

La familia Edge presentó una demanda por negligencia médica el lunes siguiente al incidente, apuntando a una posible mala praxis en la atención recibida por Erik. De acuerdo con los documentos legales, el cirujano oral y maxilofacial, Dr. Bryan McClelland, habría actuado simultáneamente como cirujano y anestesiólogo durante la intervención. Los demandantes argumentan que esta doble función podría haber sido la causa de la demora en detectar las complicaciones respiratorias del joven.

Desafíos en la gestión de la anestesia

Según el abogado de la familia, George Ahrend, McClelland tardó «varios minutos» en reconocer que Erik no estaba respirando adecuadamente, lo cual agravó la situación. Además, el testimonio de Mark Edge destacó cómo el cirujano insistió repetidamente en la cantidad de medicación administrada durante el procedimiento, lo que podría indicar una falta de atención a la estabilidad del paciente. A esto se suma el reporte de que el cirujano llevó consigo las pertenencias personales de Erik al hospital, incluyendo su billetera, lo cual sugiere una gestión inapropiada del manejo postoperatorio.

Reflexión sobre la seguridad médica

Este trágico incidente ha desencadenado una conversación crítica sobre las prácticas médicas y la seguridad de los pacientes durante procedimientos quirúrgicos. Las complicaciones con la anestesia son eventos potencialmente evitables que requieren una atención cuidadosa y especializada. Este caso subraya la importancia de la supervisión adecuada y la especialización en procedimientos que involucren anestesia general, especialmente cuando el cirujano actúa como único responsable de ambas tareas.

La comunidad médica y los defensores de los derechos de los pacientes deben tomar este caso como un recordatorio de la importancia de estándares rigurosos en la práctica quirúrgica y la gestión de la anestesia. Los padres de Erik esperan que su dolor y la pérdida de su hijo sean un catalizador para cambios en las regulaciones médicas y en las prácticas de los profesionales de la salud.


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