
Publicado: junio 10, 2025
Greta Thunberg es deportada tras intento de romper el bloqueo en Gaza: un acto de protesta que reabre heridas geopolíticas
Una travesía con tintes simbólicos terminó en deportación. La activista sueca Greta Thunberg fue enviada de regreso a Europa por las autoridades israelíes tras participar en una misión humanitaria que buscaba desafiar el bloqueo naval impuesto sobre la Franja de Gaza. El hecho, aunque esperado por algunos sectores, ha provocado un nuevo pulso entre el activismo internacional y el gobierno israelí.
Thunberg, junto a otras once personas de diversas nacionalidades, se encontraba a bordo del Madleen, un yate operado por la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), con el propósito de entregar ayuda humanitaria y llamar la atención sobre la crisis que vive la población gazatí. Sin embargo, la embarcación fue interceptada por las fuerzas navales de Israel en aguas del Mediterráneo antes de llegar a su destino.
La activista climática fue deportada rápidamente. Según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Thunberg partió la mañana del martes desde Tel Aviv en un vuelo rumbo a Francia, desde donde luego se esperaba su regreso a Suecia. La imagen de la joven sentada en el avión fue publicada por las autoridades israelíes en redes sociales, en lo que algunos analistas consideran una estrategia para quitarle peso político a su gesto de protesta.
Una acción simbólica en medio de una guerra prolongada
El Madleen transportaba una carga modesta: leche, medicamentos y alimentos, con el propósito de visibilizar la emergencia humanitaria en Gaza. Desde la perspectiva israelí, sin embargo, el viaje no era más que una “provocación mediática”, como lo describió su cancillería, y sostienen que existen canales autorizados para el envío de ayuda que no implican, según ellos, “viajes para tomarse selfies”.
Las tensiones se intensifican mientras continúa la ofensiva israelí en Gaza, iniciada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó más de 1.200 muertos y cientos de rehenes. La respuesta militar ha sido feroz: según cifras del Ministerio de Salud gazatí, más de 54.000 personas han muerto desde entonces. Aunque Israel ha permitido recientemente la entrada de ayuda en cantidades controladas, grupos humanitarios denuncian que esta sigue siendo insuficiente y manipulada con fines políticos.
Francia reacciona: cinco activistas se resisten a ser deportados
El gobierno francés confirmó que cinco de sus seis ciudadanos que viajaban en la misma embarcación se negaron a firmar las órdenes de deportación emitidas por Israel. Entre ellos se encuentra la eurodiputada Rima Hassan y el periodista de Al Jazeera Omar Faiad. Las autoridades israelíes anunciaron que quienes se opongan a la expulsión serán llevados ante un tribunal local que podría autorizar una deportación forzosa o incluso ordenar su traslado a una prisión en Ramle, al este de Tel Aviv.
La situación también involucra ciudadanos de Alemania, Brasil, Turquía, Países Bajos y España, y ha puesto nuevamente el foco sobre la legalidad del bloqueo marítimo israelí. La FFC argumenta que se trata de una medida contraria al derecho internacional, y acusa a Israel de emplear la fuerza de forma desproporcionada para impedir gestos pacíficos de solidaridad.
Antecedentes y ecos de 2010
Este tipo de misiones no es nuevo. En 2010, un operativo israelí contra la flotilla Mavi Marmara terminó con la muerte de diez activistas turcos, generando una crisis diplomática que aún deja secuelas. A partir de entonces, cualquier intento de romper el bloqueo marítimo sobre Gaza se encuentra con una respuesta contundente por parte de Tel Aviv, que insiste en que el cerco busca impedir el tráfico de armas hacia grupos como Hamás.
La diferencia hoy es la presencia de figuras como Greta Thunberg, cuyo activismo goza de proyección global. Su involucramiento ha dado nueva visibilidad a una causa que suele quedar relegada entre las noticias de guerra. Aunque deportada, su mensaje —y el de quienes la acompañaban— ya circula por todo el mundo.
Costa Rica y el espejo internacional
Este episodio puede parecer lejano, pero plantea interrogantes también para sociedades como la costarricense. ¿Cómo posicionarnos ante los dilemas de derechos humanos a escala global? ¿Qué valor le damos a la protesta pacífica frente a la maquinaria estatal? Son preguntas vigentes para un país que se precia de su vocación por la paz, pero que no puede desentenderse de lo que ocurre fuera de sus fronteras.
Mientras tanto, Thunberg ya está de regreso en Europa. Pero la polémica apenas comienza.
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