Las cucarachas pueden resultar molestas en cualquier hogar, por más limpio que sea, especialmente cuando aparecen de improviso en la parte trasera de un electrodoméstico que está presente en prácticamente todas las casas del mundo: la nevera o refrigerador.
De acuerdo con el Centro Nacional de Información de Pesticidas de Estados Unidos (NPIC), a estos insectos les gusta esconderse entre hendiduras y grietas, detrás de refrigeradores y neveras, debajo de los fregaderos (lavaderos) o en lugares oscuros como cajones y gavetas.
Por la noche, salen a alimentarse, consumiendo una gran variedad de productos y sustancias que, en algunos casos, no son comestibles. Esto les permite sobrevivir incluso en las casas más limpias. El NPIC explicó que las cucarachas pueden sobrevivir en cualquier lugar donde encuentren agua, comida y refugio.
Qué hacer si aparecen cucarachas en la parte de atrás de mi refrigeradora
Si aparecen cucarachas en la parte trasera de una nevera, es importante actuar rápidamente para evitar que la infestación se extienda. Primero, desconecta la nevera y limpia a fondo la zona posterior y el área circundante, eliminando polvo, restos de comida y cualquier residuo que pueda atraer insectos.
Lava las superficies con agua caliente y detergente.
Inspecciona las paredes y la estructura de la nevera para identificar grietas o hendiduras y sella estos espacios con masilla o sellador para evitar que las cucarachas se escondan.
Puedes colocar trampas adhesivas cerca de la nevera para monitorear su presencia y reducir la población. Si decides usar insecticidas, selecciona productos específicos para cucarachas y sigue las instrucciones del fabricante, asegurándote de proteger los alimentos y las áreas de preparación.
Mantén la zona limpia y seca, evitando migajas, restos de comida y fugas de agua. Si el problema persiste, considera contactar a un servicio profesional de control de plagas para aplicar soluciones más efectivas.
Cómo limpiar una nevera
Limpiar una nevera de manera adecuada requiere seguir pasos que aseguren la eliminación de residuos, olores y bacterias. Una limpieza básica consiste en estos pasos:
Desconectar y vaciar: Apaga la nevera y desconéctala para trabajar de forma segura. Retira todos los alimentos y colócalos en un lugar fresco o en una hielera. Desecha los productos vencidos o en mal estado.
Retirar los componentes desmontables: Saca estantes, cajones y bandejas. Estos pueden lavarse por separado con agua tibia y jabón. Si están muy sucios, sumérgelos en agua con bicarbonato de sodio durante unos minutos antes de fregarlos.
Limpiar el interior: Usa una mezcla de agua tibia con bicarbonato de sodio o vinagre blanco para limpiar el interior de la nevera con un paño suave o una esponja. Presta atención a las esquinas y juntas de las puertas, donde suele acumularse suciedad.
Enjuagar y secar: Pasa un paño limpio y húmedo para retirar los residuos de jabón o vinagre. Luego, seca bien todas las superficies con un paño seco y limpio.
Limpiar el exterior: No olvides limpiar la parte externa de la nevera, incluidas las asas y las juntas de la puerta. Usa un limpiador suave para superficies y un paño húmedo.
Revisar el desagüe y el condensador: Inspecciona el tubo de drenaje de la nevera para asegurarte de que no esté obstruido. Limpia también la rejilla del condensador, si es accesible, para mejorar el rendimiento del electrodoméstico.
Reorganizar y enchufar: Vuelve a colocar los estantes, cajones y alimentos. Antes de enchufar la nevera, verifica que todo esté seco para evitar la formación de hielo o humedad.
Realizar esta limpieza profunda al menos cada tres meses o cuando la consideres necesaria, ya que ayuda a mantener este electrodoméstico en buen estado y a prolongar su vida útil por muchos años.
*Con información de Infobae.
