Cada mañana, con la esperanza como ingrediente principal, Ashley Pérez y Cristal Fernández se preparan para un nuevo día de ventas. Con solo 18 años, estas jóvenes emprendedoras han encontrado en la venta de empanadas y refrescos la manera de pagar sus estudios universitarios.
Desde el inicio del curso lectivo 2025, ambas jóvenes han estado afuera del Colegio Académico de Londres, en Quepos, ofreciendo sus productos a estudiantes y transeúntes.
Bajo el sol ardiente, la determinación de estas jóvenes no se desvanece. Para ellas, cada producto que venden es un paso más cerca de su sueño de obtener un título universitario.
Nosotras empezamos primero con una tienda virtual en octubre de 2024 y ahí con las ventas que hicimos obtuvimos ganancias, pero en noviembre se abrió temporada y entramos a trabajar en una tienda física acá en Quepos. Por el tiempo no pudimos seguir con la tienda virtual porque estábamos con el trabajo, entonces le pusimos pausa.
Cuando comenzó este año ya nosotras no trabajábamos para la tienda porque solo contrataban hasta diciembre y ya había pasado la temporada alta, entonces analizamos si seguíamos con la tienda virtual que hicimos o si hacíamos otra cosa, fue ahí donde usamos las ganancias de la tienda que teníamos para emprender con la venta de empanadas, explicaron las jóvenes a crhoy.com.
Según contaron las jóvenes, Quepos es una zona donde las oportunidades laborales son escasas, y la mayoría de las opciones es en turismo, donde deben tener un buen dominio del inglés.
Ambas estudiantes recientemente egresaron del colegio y al ver las pocas oportunidades laborales que ofrece la zona donde viven, buscaron la forma de generar ellas mismas sus ingresos y así costear con esos recursos los estudios.
Las jóvenes son estudiantes de Laboratorio Químico Clínico en el Instituto de Ciencias de la Salud (Incisa) el cual se encuentra dentro de las instalaciones de la Universidad de Ciencias Médicas (Ucimed) en San José.
Nosotras emprendimos porque ocupamos dinero para pagar la universidad y los gastos de traslado a San José. Los martes y sábados recibimos clases y nos toca viajar todas las semanas a San José, desde Quepos, entonces son los gastos del bus, nuestra alimentación y para pagar el cuatrimestre.
El primer cuatri lo pagamos con el dinero que nos pagaron en la tienda durante noviembre y diciembre, entonces con eso pudimos pagar la U, pero ahora, para el cuatrimestre de este año, lo pagaremos con lo que ganemos de la venta afuera del cole, explicó Cristal.
Dar el primer paso requirió más que solo invertir en ingredientes y preparar la comida; significó vencer el miedo y la vergüenza.
El primer día no nos queríamos ni bajar del carro. Somos súper vergonzosas, y al ver que había otros vendedores, temimos que nos dijeran algo. Pero la mamá de Ashley y el novio nos motivó: “Si no se van a tirar al agua, no van a poder nadar” y tenía razón. Llevábamos 40 empanadas y no podíamos regresar con todo eso a casa, recuerda Cristal.
Estas jóvenes cuentan con una familia que las apoya en todo este proceso. Los papás de una de las emprendedoras (Cristal) les ayuda haciendo las empanadas, y ellas se encargan de hacer los helados y gelatinas para vender.
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“No solo venden productos, buscan inspirar a otros jóvenes”
El puestito de ventas es mucho más que un negocio; es una mesa llena de sueños y oportunidades.
Según cuentan Cristal y Ashley, en las afueras del colegio venden: empanadas (pollo, carne que es la que más se vende y queso), venden gaseosas, gelatinas, apretados (helados), arepas, tortas del chavo y demás productos.
Ashley y Cristal no solo buscan costear sus estudios universitarios con este emprendimiento, sino también demostrarles a otros jóvenes que con esfuerzo y determinación es posible salir adelante.
Cada empanada, cada helado vendido es un recordatorio de que no hay obstáculos demasiados grandes, cuando la voluntad es más fuerte.
Yo incentivo a los jóvenes a seguir adelante por sus sueños o sus recursos. La vergüenza y el miedo siempre va a estar, pero, aunque cueste, hay que pensar en nuestro futuro y salir adelante con la ayuda de Dios, porque él es el único que nos da ayuda, también los incentivo a luchar y ser personas de bien, empáticos hacia los demás y ser personas rectas y luchar por lo que queremos, expuso Cristal como su mensaje a la juventud.
Por su parte, Ashley también quiso brindarle un mensaje final a los jóvenes de la zona, para que siempre crean en sus sueños.
Les diría que confíen en Dios porque él tiene el control de todo y que si tienen un emprendimiento en mente sigan adelante y luchen por sus sueños y los anhelos de su corazón, agregó.
Ambas jóvenes se encuentran todos los días vendiendo sus productos en las afueras del colegio, por lo que no dude en pasar y probar las deliciosas empanadas que preparan.
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Source
Rachell Matamoros