El papa Francisco, hospitalizado desde hace 18 días por una doble neumonía, sufrió este lunes “dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda”, informó el Vaticano, precisando que permaneció consciente en todo momento.
Esta nueva crisis estuvo causada “por una importante acumulación de moco endobronquial y el consiguiente broncoespasmo“, por lo que los médicos le realizaron dos “broncoscopias” para aspirar las “abundantes secreciones”, precisó la Santa Sede.
El jesuita argentino de 88 años, que “permaneció alerta, orientado y cooperativo en todo momento”, reanudó en consecuencia “la ventilación mecánica no invasiva” y su “pronóstico sigue siendo reservado”, según este último parte médico.
El líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo se encuentra ingresado en el hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero por una bronquitis, que derivó en una doble neumonía.
El último parte médico, difundido por la Santa Sede el domingo por la noche, informó que su estado era “estable” 48 horas después de su anterior recaída el viernes, cuando ya sufrió una crisis respiratoria de “broncoespasmo”.
El broncoespasmo se produce cuando se contrae la musculatura que recubre los bronquios, provocando dificultades para respirar.
Esta hospitalización, la cuarta y más larga desde 2021, genera preocupación por los problemas previos que debilitaron la salud de Jorge Bergoglio en los últimos años: operaciones en el colon y el abdomen, y dificultades para caminar.
La situación ha reabierto además los interrogantes sobre su capacidad para desempeñar sus funciones, máxime cuando el derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de un problema grave que pueda afectar a su lucidez.
El pontífice, que en los últimos tiempos descartó la idea de renunciar, no ha hecho ninguna aparición pública desde su ingreso en el hospital. El domingo dio las “gracias” a los fieles por sus oraciones, en un mensaje escrito con motivo del Ángelus.