José Saavedra Díaz es un músico costarricense que toca contrabajo, desde hace 7 años a punta de rifas, trabajo extra y hasta de un préstamo bancario, siguió sus estudios en Estados Unidos. Gracias a eso vive de la música como profesor de contrabajo en 2 reconocidas universidades del estado de Texas, toca en 6 orquestas sinfónicas y está cerca culminar su doctorado.
José revivió los obstáculos que superó, que ahora los recuerda con mucho orgullo.
Su pasión por la música comenzó desde muy pequeño gracias a un piano.
Empecé con un programa de música estaba en tercer grado en la Escuela República Dominicana en San Francisco de Dos Ríos, ellos tenían un piano de pared y la primera clase fue cantar “El Torito” mientras el profesor tocaba el piano.
Terminó la clase, me fui al piano a tocar las teclas, traté de hacer un ritmo y me di cuenta de que no era fácil (risas), debía saber mucho y eso fue mi portillo para entrar en la música.
Tiempo después su abuelo Rigoberto Díaz (QEPD) le regaló un teclado musical y a punta de intuición se enganchó con los ritmos musicales, eso le permitió ingresar a la Escuela de Música Rosalía Madrigal en Zapote, al este de San José.
Su abuelo lo motivó a probar en la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional y a los 12 años obtuvo una beca para estudiar ahí y ahí tuvo su primera gran oportunidad de salir del país, pero su desenlace no fue el esperado.
Vi a muchas personas probar en el Interlochen y los profesores me animaron. El Interlochen es un programa juvenil que uno toca por 7 semanas en una orquesta en Michigan, Estados Unidos.
Fui a la audición y me aprobaron una beca de $7.000, solo debía pagar $1.000 para el programa y los boletos de viaje. Cómo no tenía el dinero para pagarlo, pedí ayuda a mi mamá, mi familia, al liceo, a la Sinfónica y todos me dijeron que no podían ayudarme.
Luego redacté una carta a una agencia que vende carros en Zapote para que me patrocinaran, me dijeron que no. Después fui a 2 bancos y tampoco me pudieron ayudar, que en ese momento solo apoyaban a deportistas y no tenían un programa para músicos, lamentablemente no accedí a la beca.
Esa espinita de conseguir otra beca lo motivó a buscar más oportunidades. Un año después fue contratado como profesor de contrabajo en el Sistema Nacional de Educación Musical (SINEM), en la sede de Frailes de Desamparados.
Más adelante ingresó a la Universidad de Costa Rica (UCR) como estudiante de música, obtuvo una beca y cuando concluía su bachillerato universitario, surgió su oportunidad de oro para seguir su carrera fuera de Costa Rica.
Conocí a Rumano Solano, dueño de la Luthería Internacional San Agustín, le compré un contrabajo y luego se convirtió en mi conexión a Estados Unidos.
Un día le hice un recital de contrabajo, le pregunté qué sigue para seguir creciendo, él me respondió que no le pagara una mensualidad del contrabajo, que ese dinero lo usara para comprar un boleto aéreo a Estados Unidos y fuera al Bradetich Foundation International Double Bass Solo Competition y ahí conocí a su presidente Jeff Bradetich, que luego se convirtió en mi profesor.
Hice rifas, trabajé en conciertos y muchas horas extra de trabajo para comprar los boletos, gracias a eso audicioné en varias universidades para sacar mi maestría. Al final accedí al University of North Texas, me dieron una beca casi completa, el resto lo pagué con un préstamo bancario para apoyarme el primer año, después encontré trabajo y acá seguimos 7 años después.
Desde ese entonces divide su tiempo como músico, estudiante universitario y profesor independiente. Hace 3 años lo contrató el Midwestern State University of Texas para que diera clases de contrabajo, en el 2024 también da lecciones en la Texas Woman’s University.
Toca su contrabajo en las orquestas sinfónicas de Amarillo, Arkansas, Texarkana, Northwest Arkansas, Las Colinas y Lewisville Lake.
Además, es artista residente en la zona de Wichita Falls, forma parte de organizaciones locales para orientar a jóvenes en centros educativos para que participen en las becas universitarias de música.
José da clases de contrabajo en la Texas Woman’s University.
Momento clave
Uno de los mejores momentos que ha vivido en Estados Unidos fue cuando a punta de ahorros, logró que su mamá Teresita Díaz viera uno de sus recitales en vivo.
Lo que más me ha dolido es dejar a mi mamá en Costa Rica, pero una de las cosas más gratificantes la viví en noviembre del 2024, cuando gracias a todo el trabajo que he hecho, logré que ella viera en vivo uno de mis recitales con la Amarillo Symphony Orchestra y conociera Estados Unidos, fue un logro traerla a ella para que viera mi realidad.
Ahorré para que ella sacara su pasaporte y visa de turista para entrar a Estados Unidos.
Ahora cursa su tercer año de doctorado en el University of North Texas, el cual marcaría un hito en la música sinfónica costarricense, por ser el primer tico que alcance ese nivel académico en contrabajo.
Por eso, aprovechó la conversación para compartir un consejo para inspirar a otras personas a que luchen por sus sueños.
Las barreras son mentales, nuestra capacidad de adaptarnos nos hace más fuertes. Si se me pone un obstáculo al frente, mi capacidad de poder descifrar cómo pasarlo me hará ser mejor persona y profesional para alcanzar esos sueños.
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Johan Rojas