Las fiestas de fin de año significan momentos de alegría, convivencia, pero también excesos en la alimentación. Esta época es conocida por sus tradicionales platillos ricos en grasas, azúcares y bajos en fibra, lo cual puede generar desajustes en la rutina alimenticia y afectar la salud digestiva.
Vivian Jiménez, nutricionista, recalcó la importancia de mantener hábitos saludables incluso durante las festividades.
La Navidad no debe ser sinónimo de restricciones ni excesos. Se trata de encontrar un balance, disfrutar de los alimentos típicos sin descuidar nuestra salud y escuchar las necesidades de nuestro cuerpo, mencionó la Dra. Jiménez.
De acuerdo con la nutricionista, muchas personas suelen ayunar o saltarse comidas antes de una cena festiva, lo cual genera descontrol en el apetito y facilita los excesos. Además, destacó que una ingesta desmedida de alimentos altos en calorías vacías, grasas y azúcares puede causar molestias digestivas como reflujo gastroesofágico, gastritis, colitis, gases o estreñimiento.
La especialista advirtió que estos malestares pueden convertirse en afecciones crónicas como el síndrome del intestino irritable o el hígado graso si no se cuida adecuadamente la salud digestiva.
Cada elección alimentaria tiene un impacto en nuestra salud. Es importante disfrutar, pero también ser conscientes de lo que consumimos, y mantener una alimentación variada y equilibrada durante el día”, explicó.
La Dra. Jiménez compartió recomendaciones para cuidar la salud y disfrutar de las festividades de manera consciente:
Establecer horarios regulares de comida: no saltarse comidas durante el día para evitar llegar con hambre a las cenas festivas.
Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra: incorporar frutas, vegetales, alimentos integrales y legumbres como frijoles, lentejas y garbanzos en el menú diario.
Mantenerse hidratado: beber agua constantemente, especialmente si se consumen bebidas alcohólicas. Colocar recipientes con agua en reuniones puede fomentar su consumo entre los invitados.
Porciones moderadas: servirse raciones pequeñas y disfrutar lentamente cada alimento para identificar las señales de saciedad.
Incluir actividad física: dedicar al menos 20 a 30 minutos al día para realizar ejercicios como caminar.
Elegir frutas adecuadas: priorizar frutas hidratantes como sandía, melón y piña. Para quienes padecen estreñimiento, se recomienda papaya, ciruela y nectarina, evitando manzana, pera y banano.
Promover ensaladas verdes: acompañar almuerzos y cenas con ensaladas para equilibrar las comidas.
Jiménez también enfatizó la conexión entre la alimentación y el bienestar emocional, debido a que la microbiota intestinal está directamente relacionada con las emociones.
Reflexionar sobre lo que consumimos, cómo tratamos a nuestro cuerpo y aprender a decir ‘no’ cuando no queremos algo, son pasos fundamentales para vivir un diciembre en paz, libre de ansiedad y culpabilidad, mencionó.
La nutricionista recomendó masticar bien los alimentos para favorecer la digestión y entender las señales de saciedad.
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Ambar Segura