¿Qué pasa en la vida de las mujeres cuando superan la barrera de los 40 años? Cambios a nivel fisiológico, que se han estigmatizado en la sociedad históricamente, son el punto focal del monólogo ¡Con estrógenos, por favor!, que se presentó esta semana en la Universidad Nacional (UNA).
La encargada de narrar una historia ataviada de verdades, que muchas veces no se cuentan, es la actriz y dramaturga costarricense Raquel Hernández. El evento se enmarcó en la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y fue organizada por el Instituto de Estudios de la Mujer (IEM).
El público, en su gran mayoría femenino, iba asintiendo con respecto a las vivencias que Hernández relataba. Algunas de ellas, confesó, son de su propia experiencia y otras contadas por familiares o amistades cercanas.
El insomnio, los sofocos y hasta la pérdida del apetito sexual fueron tratados en un espacio que combinó comedia, reflexión, crítica y hasta catarsis. Todos, son síntomas propios de la menopausia, etapa de la vida en la que se marca el fin de la menstruación mensual y se detiene la producción de óvulos que puedan ser fecundados.
La ciencia determina que este proceso ocurre de manera natural entre los 45 y los 55 años. Sin embargo, puedan darse menopausias a edades tempranas (incluso antes de los 40 años), cuando los ovarios dejan de producir hormonas como los estrógenos.
Por esta razón, el monólogo hace un llamado a la conciencia generalizada sobre los efectos que tienen sobre los cuerpos de las mujeres la baja en la producción hormonal y cómo esto impacta en su propia autoestima y en la forma en que se interrelaciona con otras personas, incluso su pareja.
No se trata de un ataque al tema, sino de un esfuerzo por sensibilizar y aprender, en una sociedad que continúa reproduciendo patrones machistas en medio de las diversas formas en que se comete violencia en contra de las mujeres.
“Ahora ya lo entiendo todo”, dice Raquel que le manifestó un señor en una de sus presentaciones, luego de ver el monólogo y de ponerse en los pies de su esposa, que atravesaba situaciones alrededor de la etapa de la menopausia.
La obra, que la escribió y la estrenó en el 2022, justo cuando cumplió 50 años, es un esfuerzo social para que se pueda hablar de estos temas sin tapujos, para que por medio de la comunicación asertiva pueda entenderse con mayor empatía las situaciones fisiológicas por las que atraviesan las mujeres y sus derivaciones.
Al final del monólogo, las mujeres presentes se levantaron de su asiento para aplaudir la presentación. El recorrido en escena fue una aproximación muy directa a lo que cada una vive, en mayor o menor medida.
Mesa abierta
Luego del monólogo se abrió un espacio de diálogo en el escenario del auditorio Clodomiro Picado Twight, del Campus Omar Dengo, en el que participaron Hernández, la experta en temas de género y derechos humanos, Andrea Campos, y la especialista en medicina holística Gabriela Mercuri.
El tratamiento y el abordaje desde la medicina ha incluido múltiples sesgos cuando se trata de la menopausia, de acuerdo con Campos. Para ella, se debe hablar de estos temas desde un enfoque de género. “El conocimiento médico ha sido patriarcal. Desde la intersexualidad, por ejemplo, se sigue hablando sobre cuerpos defectuosos y eso debemos erradicarlo”, ejemplificó la experta.
La industria farmacéutica, denunció, ha hecho a lo largo de la historia eco de estas situaciones con el objetivo de “medicalizar los procesos fisiológicos de las mujeres”. Puso como ejemplo el uso del fármaco Talidomida, comercializado entre 1953 y 1963, y que se aplicó como sedante para los primeros tres meses de embarazo. Luego se constató que su uso produjo miles de malformaciones congénitas en los bebés. Actualmente, su comercialización está prohibida.
Más allá de la esfera de la medicina, Campos también se refirió a la concepción del rol de la mujer bajo un contexto del mercado capitalista. Desde su punto de vista, se les ha asignado una función meramente reproductiva y de fecundidad, para la sostenibilidad de los sistemas económicos.
Por su parte, la doctora Gabriela Mercuri inició su exposición haciendo un llamado hacia el verdadero empoderamiento de las mujeres en estos temas y frente a la sociedad. “A veces, hemos buscado el tema de la menopausia para excusarnos de cosas que no queremos hacer. Y sí, la verdad es que no nos interesa tener relaciones sexuales, por ejemplo, debemos decirlo y no justificarlo”.
Recomendó, asimismo, prestar mucha atención a las manifestaciones relacionadas con la menopausia temprana. En esa línea, sugirió mantener siempre una vida activa, hacer ejercicio (el que más le llame la atención) y cuidar la alimentación, más aún porque después de los 40 años el calcio que genera el cuerpo deja de adherirse a los huesos y puede provocar a futuro males como la osteoporosis.
Sugirió también utilizar estrógenos y lubricantes naturales que puedan aportarle nutrientes a la piel de la mujer. También, considerar un abordaje personalizado de su situación particular, en vista de que se han dado casos incluso en que un año después de la menopausia, ocurren embarazos.
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Guillermo Solano Gutiérrez