China aseguró este viernes (22.11.2024) estar “dispuesta a hablar con Estados Unidos” para “gestionar las diferencias” en el área económica y comercial ante la llegada a la presidencia de Donald Trump, quien en campaña aseguró que impondrá tasas de hasta el 60 % a los bienes del gigante asiático.
“China está dispuesta a dialogar, a ampliar las áreas de cooperación y a gestionar las diferencias con Estados Unidos a fin de promover un desarrollo estable de las relaciones económicas y comerciales”, dijo en rueda de prensa el representante de Comercio Internacional de China y viceministro de Comercio, Wang Shouwen.
Wang puntualizó que para ello las relaciones deberán basarse en “el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación”.
Asimismo, advirtió de que el país asiático “salvaguardará firmemente su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo durante este proceso”.
“China puede resistir el impacto de choques externos” porque la economía china ha demostrado “una fuerte resiliencia y un gran potencial”, señaló en respuesta a una pregunta sobre la posible imposición de aranceles, que augura más tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
Economías “altamente complementarias”
Wang indicó que las economías de China y Estados Unidos son “altamente complementarias” y que un desarrollo “estable, sano y sostenible” de las relaciones comerciales será “beneficioso para ambos y para todos los países del mundo”.
“Además, la historia reciente ha demostrado que si un país impone aranceles a China, no resolverá el problema del déficit comercial de esa nación. Al contrario, el costo final del aumento de los aranceles lo asumirán sus consumidores”, apostilló.
Según algunos expertos, Trump podría imponer aranceles de casi el 40 % a las importaciones de China a principios el próximo año, lo que impactaría en el crecimiento de la segunda economía más grande del mundo en hasta un punto porcentual.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron drásticamente durante la primera presidencia de Trump (2017-2021) con colisiones en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico y, ya con Joe Biden en la Casa Blanca, la tensión se reavivó con rifirrafes a cuenta de Taiwán o por las restricciones a las exportaciones a China de semiconductores y otra tecnología clave.
En 2018, tras llegar al poder por primera vez, Trump impuso varias tandas de aranceles a productos chinos por valor de unos 370.000 millones de dólares anuales, unas tres cuartas partes de las exportaciones del gigante asiático, a lo que Pekín respondió con represalias contra las exportaciones estadounidenses.