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El amor por su hija Alana sacó a Andrés Cambronero del mundo oscuro en el que vivía, rodeado de drogas y alcohol, y ahora busca una forma de motivar a los jóvenes a tener un mejor futuro lejos de los vicios.
Durante 8 años, Cambronero, quien es un boxeador oriundo de Alajuela, estuvo alejado de sus amistades y familia debido a las malas influencias.
Tras perder a su padre a los 9 años, tuvo que aprender a crecer solo y a valerse por sí mismo.
“Conocí cosas malas, no tenía a nadie que me guiara en el camino hasta que decidí tomar las riendas de mi vida y decir que eso no era lo que quería para mí. Tenía que seguir adelante y dar un ejemplo”, dijo.
“No tuve esa corrección de un padre que me dijera qué estaba bien y qué estaba mal. Todo lo tuve que aprender solo”, añadió.
Cuando estaba sumergido en los vicios, conoció a su pareja, quien quedó embarazada de su hija Alana.
Al enterarse de que la pequeña nacería con una condición de salud, Cambronero decidió cambiar para atender a su pareja y a Alana. Él hizo una promesa por el bienestar de su familia.
“Fue un golpe muy duro para mí, al punto de que me senté llorando en la acera y dije: ‘Padre celestial, le juro dejar todos los vicios, todas las cochinadas, mientras que haga que mi hija venga sana a este mundo, porque quiero que sea una niña feliz, que juegue y disfrute de la vida’”, relató.
Su hija nació con hidrocefalia y tuvo que someterse a dos cirugías para drenar el líquido acumulado en su cerebro.
Como un padre orgulloso, contó que su hija ahora tiene 7 años y es muy enérgica.
“Ella me enseñó a salir adelante, a luchar por vivir, y eso me motivó a boxear”, dijo.
No ha sido fácil
El proceso de abstinencia de las drogas y el alcohol no ha sido fácil para Cambronero, pues sufrió episodios de ansiedad y estuvo a punto de recaer en varias ocasiones, pero siguió luchando.
“Cuando dejé el alcohol, la cocaína, la marihuana y los cigarrillos, tuve ataques de ansiedad muy severos y difíciles de manejar, pero recordaba a mi hija y rezaba. Le pedía a Dios ayuda para combatir como un guerrero”, dijo.
Su pareja y sus dos hijos, Alana y el menor, Emiliano, han sido un pilar fundamental, ya que lo motivan a seguir luchando y demostrar que los vicios no pudieron controlarlo cuando decidió dejarlos.
“Es una vida que no tiene paz, está llena de falsas esperanzas y deja solo muerte, cárcel u hospital. No se la deseo a nadie. Es una cadena que arrastra a las personas y genera problemas; incluso la familia puede convertirse en víctima colateral de las malas decisiones. Todos merecemos ver la realidad y hacer un cambio para tener paz y tranquilidad”, expresó.
“Decidí hacer un cambio, ser un ejemplo y mantenerme alejado de los vicios para tener paz y ser un padre presente y responsable”, añadió.
El boxeo es su motivación
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Cambronero boxea desde el 2010, y este deporte se ha convertido en su otra gran motivación. Su padre lo inspiró a practicarlo después de compartir con él la afición por las peleas de boxeo cuando era pequeño.
Su padre era fan de Óscar de la Hoya, quien también se convirtió en un ejemplo para el joven a nivel deportivo.
“Siempre amé el deporte gracias a mi padre, que en paz descanse. Él me inculcó esa pasión. Veíamos juntos peleas de Óscar de la Hoya y Mike Tyson”, dijo.
El joven se describe como un “guerrero de Dios” y busca transmitir un mensaje de esperanza a otras personas a través del deporte, basándose en las lecciones de vida que ha aprendido.
Cambronero no se imagina vivir sin el boxeo, ya que representa todo para él.
“Significa que luché con todo y contra todo para dejar atrás lo malo, para ser una persona de bien y un ejemplo para todos. Si uno quiere hacer un cambio en la vida, se puede lograr”, expresó.
Después de su jornada laboral, el joven viaja a un gimnasio ubicado en La Aurora de Heredia para entrenar.
Además de boxeo, practica CrossFit y calistenia.
Actualmente, Cambronero no cuenta con el apoyo de ninguna promotora, por lo que pelea contra cualquier boxeador disponible.
Retomó sus estudios
Tras recuperar su vida, Cambronero decidió retormar sus estudios para obtener el bachillerato por madurez.
Sin embargo, tuvo que abandonarlos en el pasado debido a la falta de tiempo por su trabajo anterior.
Su deseo de volver a estudiar se mantuvo hasta que el año pasado logró retomarlos, ya que su nuevo empleo le permitió tener un mejor equilibrio entre el trabajo y sus demás actividades.
Cuando finaliza su jornada laboral, Cambronero, además de entrenar, aprovecha parte de su tiempo para estudiar en la noche.
Source
Ingrid Hidalgo
