Tribunal Contencioso Administrativo dicta fallo en favor del afectado
En un fallo que sienta un precedente en materia de derechos laborales e inclusión, el Tribunal Contencioso Administrativo condenó a una entidad bancaria a pagar una indemnización de 10 millones de colones a un extrabajador que sufrió acoso, burlas y discriminación debido a su orientación sexual.
El caso, que tardó cinco años en resolverse, evidenció la falta de acción por parte del banco para frenar el ambiente hostil y degradante que enfrentó el empleado, quien terminó abandonando el país en busca de protección.
Ambiente laboral marcado por el hostigamiento
Según el expediente judicial, el trabajador —cuya identidad se mantiene en reserva— fue objeto de comentarios ofensivos y ataques verbales constantes por parte de sus compañeros. Entre las expresiones utilizadas en su contra destacaban frases como:
️ “Todos los hombres le deberían tener miedo por ser gay”
️ “A usted le gusta por delante o por detrás”
️ “Ay, qué loca”
Este trato hostil generó un impacto devastador en la salud mental del afectado, quien desarrolló ansiedad, insomnio, pérdida de peso y episodios depresivos severos que lo llevaron al borde del suicidio.
Un sistema que falló en protegerlo
El tribunal determinó que el banco no aplicó de manera efectiva sus protocolos internos contra el acoso, permitiendo que la situación se prolongara sin consecuencias para los responsables.
Como medida desesperada, el afectado solicitó un permiso sin goce de salario y emigró a Estados Unidos, donde consiguió estatus migratorio como víctima de persecución por su orientación sexual.
Además de la indemnización económica, el tribunal anuló las resoluciones administrativas previas que desestimaban la denuncia del trabajador, dejando en evidencia la negligencia institucional en el manejo del caso.
Un hito en la lucha contra la discriminación laboral
Este fallo es considerado un avance en la protección de los derechos de las personas LGTBI en el ámbito laboral, al tiempo que envía un mensaje claro sobre la responsabilidad de las empresas en garantizar un ambiente de respeto e inclusión para sus colaboradores.
