Un safari en el Delta del Okavango, Botswana, se convirtió en una pesadilla, el pasado fin de semana, cuando un elefante macho enfurecido embistió las canoas que transportaban a cuatro turistas, sumergiéndolos en aguas infestadas de cocodrilos. El incidente, ocurrido en plena celebración del Día Mundial del Turismo, fue captado en video y difundido por medios internacionales como el Daily Mail.
Según testigos y guías locales, el grupo se acercó demasiado a una hembra de elefante con crías, provocando la reacción de un macho protector, que emergió de los juncos y embistió violentamente las embarcaciones con su trompa y colmillos. Los turistas fueron lanzados al agua en medio del caos.
Una de las mujeres fue golpeada y mantenida bajo el agua por el elefante durante varios segundos. Afortunadamente, logró sobrevivir gracias a que el animal perdió su rastro en el agua turbia. Su esposo la rescató y ambos alcanzaron la orilla, ilesos, pero visiblemente afectados, según relataron los testigos al medio británico.
“Podrían haber muerto fácilmente”
Un exguardabosques sudafricano, consultado por el medio, advirtió sobre la gravedad del ataque: “Tuvieron muchísima suerte, porque los cuatro podrían haber muerto fácilmente. La mujer se salvó de ser corneada y de morir ahogada”.
“Si el elefante no los alcanzaba, los cocodrilos o los hipopótamos habrían sido una amenaza mortal. Alguien los estaba cuidando”, afirmó Kakwele Sinyina, otro testigo.
Aunque los turistas resultaron ilesos, perdieron cámaras y teléfonos de alto valor. La empresa responsable del safari no fue identificada, y las compañías consultadas evitaron emitir comentarios.
Patrimonio de la Humanidad
Según los registros compartidos por el Daily Mail, el Delta del Okavango, declarado Patrimonio de la Humanidad, atrae a más de 2 millones de visitantes al año por sus paisajes únicos y la posibilidad de encuentros cercanos con elefantes, hipopótamos y cocodrilos. Figuras como el príncipe Harry han visitado la zona, consolidando su fama internacional.
Los elefantes africanos, considerados una especie en peligro de extinción, tienen una población estimada de 415.000 ejemplares. Son los animales terrestres más grandes del planeta, capaces de correr a 40 km/h, y responsables de unas 500 muertes humanas anuales.