Aficionados de Liga Deportiva Alajuelense explotan contra Jonathan Moya por este polémico gente y piden su salida inmediata – NCR Noticias

Una celebración que en otro contexto habría pasado como una simple descarga emocional, terminó encendiendo los ánimos en la casa rojinegra. Jonathan Moya, delantero de Liga Deportiva Alajuelense, marcó un gol en el Morera Soto y decidió llevarse el dedo a los labios, en señal de silencio hacia las graderías. Pero en lugar de calmar, su gesto desató una tormenta de reacciones y reproches de una hinchada que se siente herida.

El reclamo de la afición: “¡Al aficionado se le respeta!”

El periodista deportivo Christian Sandoval fue uno de los primeros en reaccionar. En su cuenta de X (antes Twitter), dejó claro su malestar:

“El aficionado paga boleto, compra camisetas y productos del equipo. Gracias a ellos se pagan salarios. Moya tiene una deuda con la Liga y su afición, y un gol no cambia lo hecho. Muy mal gesto del 9 manudo”.

Créditos: Tigo Sport
Créditos: @franja1999 / Zona Técnica

La frase no cayó en saco roto. Decenas de seguidores de la Liga multiplicaron el mensaje, expresando su descontento y pidiendo incluso la salida del atacante. Para muchos, Moya ha tenido un desempeño irregular y el gesto fue percibido como una falta de humildad y desconexión con la realidad del club.

¿Cuál fue el trasfondo del gesto?

Jonathan Moya atraviesa un periodo complicado en su segunda etapa con Alajuelense. Tras regresar del extranjero, su rendimiento ha estado lejos de las expectativas. Con pocos goles y una participación poco determinante, la crítica no ha sido escasa. Es en ese contexto donde su celebración genera un choque emocional con los seguidores.

La señal de “silencio”, usualmente reservada para rivales o críticos externos, se sintió en este caso como un ataque directo al público rojinegro que ha acompañado al equipo incluso en sus peores momentos.

¿Reacción de presión o desconexión emocional?

Más allá de lo futbolístico, el incidente pone sobre la mesa un tema profundo: la relación entre los jugadores y la afición. En el fútbol costarricense —como en toda América Latina— el hincha no es un espectador pasivo. Es parte activa del equipo, del ritual, de la historia. Su respaldo emocional y económico sustenta el espectáculo. Por eso, un gesto como el de Moya, que puede interpretarse como desprecio, duele más allá de lo deportivo.

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