Gracias a una alianza público-privada, el Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA) pone en marcha un proyecto pionero en el Parque Nacional Tortuguero, que se centra en la captura y la colocación de collares satelitales en jaguares (Panthera onca) para el estudio de su ecología. Esta iniciativa busca generar información científica sobre patrones de movimiento, uso del espacio y comportamiento, entre otros aspectos clave, con el fin de fortalecer el conocimiento ecológico y contribuir a la conservación de la especie.
Del 18 al 26 de setiembre, investigadores del Icomvis-UNA, Namá Conservation, Amazon Conservation Team, Rescate Wildlife Rescue Center–Zoave y funcionarios del Área de Conservación Tortuguero (ACTo), con el apoyo logístico de la empresa Böëna, recorrieron el parque en busca de rastros de jaguares y sus presas. Tras seis días de intensas labores y noches de vigilancia, se logró la captura de una hembra adulta, saludable y en óptimas condiciones físicas.
“El ejemplar fue capturado para colocarle un collar satelital, una tecnología de punta que brinda datos muy precisos sobre sus desplazamientos. Con esta información será posible comprender mejor el comportamiento y el uso del espacio de los jaguares, lo que a su vez contribuirá a diseñar estrategias más efectivas de conservación y protección de la especie”, explicó Víctor Montalvo, investigador del Icomvis-UNA.
Este tipo de estudios, aunque de alto costo financiero y gran demanda de conocimiento especializado, de acuerdo con Montalvo, permiten obtener información fundamental para la protección de la especie.
La captura se realizó mediante la técnica de lazo, utilizada en estudios de grandes felinos. El procedimiento contó con la presencia de una médica veterinaria, quien administró anestésicos, monitoreó signos vitales y recolectó muestras de sangre. Asimismo, se tomaron medidas corporales para evaluar la viabilidad de colocar el collar satelital, el cual debe pesar menos del 5 % del peso corporal del individuo. Posteriormente, se colocó un collar GPS que permitirá obtener localizaciones remotas del animal, facilitando el monitoreo continuo y la generación de datos científicos relevantes para su conservación. Este dispositivo cuenta con un sistema de liberación automática que permite su apertura al concluir el periodo de estudio, evitando la necesidad de recaptura.
“Los primeros datos transmitidos por el collar ya han confirmado la ubicación del jaguar, y los análisis de laboratorio indican que se encuentra en buen estado de salud”, explicó el investigador. Además, sus parámetros hematológicos y bioquímicos están dentro de los rangos normales. También se le realizarán estudios complementarios para detectar la posible presencia de agentes patógenos de relevancia para la especie.
“La duración del monitoreo depende en gran medida de la duración de la batería del dispositivo, que suele mantenerse activa entre dos y tres años. El collar incorpora un mecanismo denominado autoliberante, lo que significa que no es necesario recapturar al animal: el dispositivo se desprende de manera automática una vez cumplido su ciclo”, detalló el académico.
Este es el primer esfuerzo de este tipo realizado en la costa atlántica de Costa Rica y representa un avance significativo en el conocimiento de la especie. “Nuestro equipo es relativamente nuevo en la zona. Sin embargo, otros investigadores han trabajado anteriormente con cámaras trampa y ya cuentan con registros de jaguares. De hecho, la hembra adulta que capturamos recientemente parece haber sido identificada en el pasado gracias a estos dispositivos”, dijo Carolina Sáenz investigadora del Icomvis-UNA.
Por ahora, de acuerdo con la investigadora, se centrarán en el monitoreo de esta hembra. “Contamos con los datos satelitales que envía el collar, pero también realizaremos recorridos para hacer rastreo manual con antena. Existe interés en colocar un segundo collar, aunque eso requiere gestionar recursos adicionales para cubrir los costos de adquisición del equipo y de las giras de campo. Es una posibilidad latente, que dependerá también del apoyo que puedan brindar otras instituciones”.
Según Elena Vargas, directora regional del Área de Conservación Tortuguero (ACTo), uno de los objetivos fundamentales del parque es la conservación de la población de jaguares. “Para lograrlo, es indispensable contar con información científica sólida que nos permita comprender mejor sus movimientos, las zonas que utilizan y las rutas más frecuentes, con el fin de fortalecer la protección y la gestión de su hábitat. Desde el SINAC avanzamos en la generación de información de base, pero este esfuerzo requiere un trabajo conjunto. Es clave sumar la experiencia de las universidades, el compromiso de las organizaciones no gubernamentales, y el apoyo de la empresa privada y de las comunidades locales. Solo a través de esta alianza podremos garantizar la conservación de esta emblemática especie para el bienestar y el disfrute de las generaciones presentes y futuras.”
Conocer los movimientos de un jaguar resulta clave para la conservación. Estos datos permiten identificar las áreas de descanso, los sitios donde obtienen alimento y las rutas que utilizan para desplazarse entre diferentes zonas. Al comprender estos patrones, es posible generar insumos para los tomadores de decisiones y, con ello, fortalecer la protección de los ecosistemas y los hábitats donde vive esta especie.
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UNA