Independizarse y tener una vivienda propia se ha convertido en un sueño cada vez más inalcanzable para la juventud costarricense. Un nuevo informe revela una realidad contundente: Costa Rica es el país de Latinoamérica miembro de la OCDE donde más adultos jóvenes permanecen en el hogar familiar, con una alarmante cifra del 60%. Este fenómeno es un síntoma directo del alto costo de la vida, los salarios insuficientes y el desempleo.
Salarios bajos y créditos inaccesibles: La tormenta perfecta
El informe «Balance y Tendencia del Sector Vivienda», presentado por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), pone a Costa Rica a la cabeza de una lista regional, superando ampliamente a países como Chile (50%), México (46%) y Colombia (35%).
La razón principal es una «tormenta perfecta» económica que frena la independencia. Por un lado, los salarios de entrada al mercado laboral a menudo no son suficientes para cubrir los elevados precios de los alquileres, que se han disparado en el mercado inmobiliario. Por otro, el desempleo juvenil, que afecta a esta población de manera desproporcionada, les impide demostrar la capacidad de pago necesaria para que los bancos les aprueben un crédito hipotecario.
Un freno al desarrollo personal y un desafío para el país
Expertos consultados en el informe advierten que esta situación va más allá de una simple estadística. El retraso en la emancipación tiene profundas consecuencias sociales, ya que frena el desarrollo personal, la autonomía y los proyectos de vida de toda una generación.
La situación plantea un reto urgente para el país. Los especialistas coinciden en la necesidad de replantear las políticas públicas para crear opciones de vivienda más accesibles y, de manera crucial, mejorar las oportunidades de empleo estable y bien remunerado para los jóvenes. El alto costo de la vida en Costa Rica se ha convertido en una de las principales preocupaciones para las familias.
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