Por qué el Cartel de los Soles es una amenaza para América

La mayoría de los grupos armados en América Latina han perdido fuerza respecto a las décadas de 1980 y 1990, cuando organizaciones como Sendero Luminoso en Perú y las FARC o el ELN en Colombia ejercían control territorial. Hoy, el poder lo ostenta el narcotráfico, y el llamado Cartel de los Soles se considera la amenaza más oscura para la región.

En 2020, Estados Unidos lo tipificó como organización criminal liderada por altos mandos del Ejército Bolivariano. En julio pasado, el expresidente Donald Trump lo designó como grupo terrorista, señalando al mandatario venezolano Nicolás Maduro como su principal responsable.

Recientemente, Ecuador también lo declaró grupo terrorista. El presidente Daniel Noboa ordenó al Centro Nacional de Inteligencia analizar la influencia del cartel en organizaciones criminales dentro del país y coordinar acciones con otros Estados de la región.

“No es raro que Ecuador siga los pasos de Estados Unidos en la tipificación del Cartel de los Soles como grupo terrorista. Son países aliados y esto facilita un trabajo conjunto que puede beneficiar a Ecuador, considerando que se encuentra en medio de una lucha contra la violencia generada por los narcotraficantes”, explica a DW Evan Ellis, experto en estudios latinoamericanos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EE. UU.

Narcoterrorismo y rutas de droga

Según la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), el cartel apoya logística y operaciones a grupos como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa, y facilita el tránsito de drogas desde Colombia hacia EE. UU. y Europa. 

El respaldo del régimen chavista permite a los narcotraficantes ejecutar operaciones de lavado de dinero con relativa impunidad.

Para Pedro Trujillo, analista político de la Universidad Francisco Marroquín, “señalar al Cartel de los Soles como grupo terrorista permite a los gobiernos actuar legalmente contra sus miembros y contra Venezuela, generando un marco internacional de presión que antes no existía”.

Ellis agrega que la designación también tiene un efecto político: “Es una señal de apoyo a Washington en la lucha contra el narcotráfico y reconoce que gran parte de la cocaína que sale de Colombia pasa por Ecuador antes de llegar a otros países”.

Expertos coinciden en que la mejor manera de enfrentar al cartel es la cooperación entre Estados. Esto incluye operativos policiales conjuntos, investigaciones compartidas y bloqueos financieros para debilitar la red de financiamiento.

“Este tipo de acciones se puede llamar guerra silenciosa financiera contra el narcotráfico. Busca debilitar al adversario sin necesidad de un conflicto abierto”, señala Trujillo.

Ellis concluye que aunque no todos los países latinoamericanos coincidan con la valoración de EE. UU., la colaboración regional es clave: compartir información, participar en operaciones, ofrecer capacitación y atacar en conjunto la estructura financiera del cartel.

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