Una travesía que fácilmente podría ser parte de una película de supervivencia se vivió en las montañas Uinta, en Utah, Estados Unidos. El protagonista: Jacob «Jake» Schmitt, un joven aventurero de Ogden que, tras un brutal accidente automovilístico, luchó contra el dolor, la oscuridad y sus propias limitaciones físicas para sobrevivir contra todo pronóstico.
Una caída brutal en medio de la nada
El pasado 20 de julio, Jake conducía solo por un camino montañoso en su todoterreno acompañado únicamente por su fiel perro, Buddy, cuando perdió el control del vehículo y cayó por un precipicio. Según su propio testimonio, el carro dio entre 15 y 20 vueltas antes de detenerse. En una de ellas, Jake fue lanzado fuera del vehículo y perdió el conocimiento.
Cuando despertó, se encontraba gravemente herido: fracturas en una pierna, en ambos tobillos y varias costillas rotas. Incapaz de ponerse de pie y sin acceso a su celular, que perdió en la caída, supo que tendría que depender únicamente de sí mismo para sobrevivir.
La férula improvisada y una travesía épica
Sin ayuda a la vista, sin comunicación, y solo con la luz del collar de su perro, Jake improvisó una férula casera para estabilizar su pierna. Luego, con un dolor insoportable, comenzó a arrastrarse montaña abajo. El terreno era empinado, cubierto de maleza y rocas. Pero él no se detuvo.
Durante más de 11 horas, Jake se desplazó lentamente hasta llegar a su camioneta, estacionada a varios kilómetros del lugar del accidente. A pesar de estar dañada, logró arrancarla y condujo hasta el restaurante The Oakley Diner, donde fue finalmente asistido por personal del lugar que llamó de inmediato a los servicios de emergencia.
Internado, acompañado y conmovido
Schmitt fue trasladado en ambulancia al Hospital de Park City, donde fue tratado por sus múltiples lesiones. Durante su recuperación, recibió la visita de su madre, quien viajó desde Nueva York, y el apoyo de su comunidad.
Mientras tanto, Buddy, su inseparable perro y compañero de aventura, fue resguardado por los bomberos locales. El reencuentro entre ambos en el hospital fue descrito como un momento profundamente emotivo por sus familiares.
Campaña solidaria y un mensaje de resiliencia
Jake fue dado de alta el 29 de julio y continúa su recuperación en casa, aunque no podrá trabajar por un largo tiempo. Por eso, sus amigos y familiares crearon una campaña de recaudación en GoFundMe, destinada a cubrir sus gastos médicos y de rehabilitación.
La comunidad lo describe como alguien que siempre ayudó a los demás sin esperar nada a cambio: un soldador, un cazador, un amigo leal. «Nunca pediría ayuda, pero ahora la necesita», señala la campaña.
En entrevistas posteriores con medios locales como Fox 13 y KSL, Jake confesó lo difícil que fue mantenerse con vida durante esas horas:
“Quería rendirme todo el tiempo. Pero pensaba: o muero aquí o encuentro una forma de seguir adelante.”
Hoy, su historia no solo es un testimonio de resistencia física y mental, sino un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el instinto de supervivencia puede abrirse paso.
Buddy, el perro que no lo dejó solo ni un segundo, también es parte del milagro. Porque, como bien lo dijo Jake, «en esa montaña, éramos solo él y yo… y eso fue suficiente para no rendirme».
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