Se apagó la leyenda del tex-mex: Flaco Jiménez deja un legado que vivirá por siempre – NCR Noticias

El mundo de la música despide a una de sus figuras más influyentes: Flaco Jiménez, el legendario acordeonista que llevó el sonido del tex-mex a cada rincón del planeta, falleció a los 86 años en San Antonio, Texas, rodeado del amor de su familia y del respeto de generaciones enteras que crecieron escuchando su inconfundible estilo.

Leonardo “Flaco” Jiménez, nacido el 11 de marzo de 1939, creció respirando música. Su padre, Santiago Jiménez Sr., fue uno de los pioneros del género tejano, y desde pequeño, Flaco ya mostraba su pasión por el acordeón. No tardó en destacar, y con el tiempo, se convirtió en el mayor embajador del tex-mex a nivel internacional.

Aunque su nombre puede ser desconocido para algunos ticos, sus notas han sonado en miles de celebraciones, pistas de baile y emisoras. Uno de sus temas más emblemáticos, “Hey Baby, Qué Pasó”, interpretado junto a los Texas Tornados, se convirtió en un clásico del spanglish musical. En Costa Rica, el artista Jecsinior Jara también popularizó una versión que forma parte del repertorio fiestero de muchas actividades.

Pero Flaco no solo brilló en su propio género. Su talento lo llevó a colaborar con gigantes de la música como Bob Dylan, Ry Cooder, Dr. John y hasta los mismísimos Rolling Stones. Su versatilidad como músico y su habilidad para fusionar culturas musicales lo convirtieron en un ícono global.

Su trayectoria fue reconocida con cinco premios Grammy, incluyendo el Grammy a la Trayectoria en 2015, y la Medalla Nacional de las Artes de Estados Unidos en 2022, uno de los más altos honores culturales en ese país.

Un legado que trasciende generaciones

La partida de Flaco Jiménez no solo marca el fin de una era, sino que también deja un legado sonoro que sigue más vivo que nunca. Su música, su estilo y su forma de contar historias a través del acordeón continúan inspirando a músicos jóvenes tanto en Estados Unidos como en América Latina.

Cada vez que suene un acordeón con ritmo tex-mex, estará presente su espíritu. Cada vez que alguien cante “Hey baby, qué pasó”, estará Flaco, sonriendo desde donde esté, sabiendo que su música no murió, sino que se multiplicó.

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