Una operación menor terminó en tragedia: mujer perdió una pierna y recibió un corazón nuevo tras complicaciones quirúrgicas
Lo que debía ser un procedimiento rutinario y ambulatorio terminó en una cadena de eventos médicos tan graves que hoy conmocionan a toda Argentina. Alison Calfunao, una joven de 30 años y madre de dos niños, ingresó el pasado 9 de junio a una clínica privada de Neuquén con el objetivo de realizarse una ligadura de trompas. Sin embargo, algo ocurrió en el quirófano de la Clínica San Lucas que desencadenó un drama médico aún sin explicación clara.
Lo que era un control de fertilidad se transformó, en pocas horas, en una lucha por sobrevivir. Según el relato de la familia, Alison sufrió al menos dos paros cardíacos durante la intervención. Su corazón colapsó y, a partir de entonces, comenzó un complejo traslado por distintos centros médicos para mantenerla con vida. Finalmente, fue llevada al Hospital Italiano de Buenos Aires, donde el 17 de julio se le practicó un trasplante de corazón.
La historia, sin embargo, no termina allí. Mientras los médicos intentaban mantener sus funciones vitales, una trombosis y una infección en el pie derivaron en la amputación urgente de una pierna por encima de la rodilla. Todo esto ocurrió en cuestión de semanas. Para su madre, Carina Calfunao, la operación inicial terminó siendo un antes y un después irreparable: “Ese día mi hija murió. Murió como era antes”.
Mala praxis o negligencia: una familia exige respuestas
Desde el inicio del calvario, la familia ha intentado sin éxito obtener explicaciones formales del centro médico donde se realizó la operación. Según Carina, ni siquiera recibieron una llamada de parte de los responsables de la clínica: “No hubo disculpas. No hubo solidaridad. No hubo humanidad”.
El caso ya está siendo investigado por la Fiscalía de Delitos contra las Personas de Neuquén, luego de que la familia interpusiera una denuncia el 23 de junio. El fiscal Andrés Azar, quien asumió la causa, solicitó las historias clínicas de Alison en todos los centros de salud donde fue atendida. Según los documentos médicos, habría habido contradicciones: mientras que el parte indica un solo paro cardíaco, la familia asegura que fueron al menos dos. Lo mismo ocurre con la extensión de la amputación, inicialmente descrita como pérdida del pie, cuando en realidad fue de toda la pierna.
En entrevista con radio Río Negro, Carina recordó: “La llevé con sus estudios cardíacos en la mano. Entró bien. Nadie me explicó nada. Solo dijeron que tuvo un paro. Después vi correr al personal porque tenía otro. Desde entonces todo cambió”.
Una historia que pone sobre la mesa el debate sobre el acceso seguro a procedimientos médicos
Este caso no solo sacude a la provincia de Neuquén, sino que reabre preguntas que resuenan en toda América Latina, incluida Costa Rica: ¿qué tan seguras son las operaciones menores en clínicas privadas? ¿Qué mecanismos reales de supervisión existen para detectar errores médicos? ¿Quién responde cuando una intervención de rutina se transforma en una tragedia irreversible?
En nuestro país, donde el sistema de salud público tiene buena reputación, pero donde también se multiplican las cirugías en centros privados por razones de rapidez o comodidad, este caso plantea la necesidad de fortalecer protocolos de auditoría médica, control de calidad y transparencia hacia las familias.
Hoy, la prioridad es que Alison viva y se recupere. Pero la otra prioridad es la verdad
Mientras Alison se enfrenta ahora a una nueva vida con un órgano trasplantado, una pierna amputada y secuelas físicas y emocionales que apenas comienzan a manifestarse, su madre continúa exigiendo respuestas claras y justicia. “Yo no quiero venganza, quiero la verdad. Quiero que me digan qué pasó ahí adentro. Por qué mi hija ya no puede volver a ser la misma”.
Este no es solo un caso médico. Es una historia de humanidad, de derechos vulnerados y de la importancia de que los sistemas sanitarios respondan con claridad, prontitud y respeto ante el dolor de las personas. Porque, como bien dice Carina, “el silencio duele tanto como la herida”.
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