A falta de pocos días para uno de los partidos más esperados del campeonato, el clásico nacional ante Saprissa, la Liga Deportiva Alajuelense atraviesa momentos de alta tensión. La continuidad del técnico Alexandre Guimaraes está siendo evaluada con lupa por la directiva rojinegra, en medio de un ambiente cargado de presión y descontento generalizado por los empates consecutivos que ponen en riesgo su pase a la siguiente ronda.
La gota que derramó el vaso fue el empate sin goles frente a Sporting, resultado que no solo dejó un sabor amargo en las gradas del Morera Soto, sino que encendió las alarmas en los pasillos de la institución. Los manudos acumulan ya 10 empates en el torneo, una estadística que refleja la falta de contundencia ofensiva, aunque el equipo ha logrado mantener su arco en cero en 11 encuentros, gracias a una defensa bien plantada.
Tras ese último tropiezo, los miembros de la junta directiva se mantienen en reuniones constantes. Según trascendió en el programa Al Pie del Deporte, la idea de separar a Guimaraes del cargo está sobre la mesa, pero aún no se concreta por una razón clave: no hay un relevo claro definido y, además, el presidente Joseph Joseph se encuentra fuera del país, específicamente en China, lo que ha complicado la toma de decisiones inmediatas.
En conferencia de prensa, Guimaraes no esquivó los cuestionamientos y se defendió señalando que, en varios de los empates, las estadísticas han favorecido ampliamente a su equipo, aunque eso no ha sido suficiente para calmar la frustración de una afición que ya ha pedido su salida con cánticos desde las gradas.
Con el clásico a la vuelta de la esquina y la presión aumentando por parte de la afición y la prensa, las próximas horas podrían ser determinantes para el futuro del banquillo rojinegro. Si bien Guimaraes ha logrado mantener al equipo invicto gracias a su solidez defensiva, la falta de goles y victorias empieza a cobrarle factura.
Todo apunta a que el partido ante Saprissa, en un Morera Soto que promete estar a reventar, podría marcar un antes y un después en la era Guimaraes. ¿Habrá un golpe de timón antes del clásico? ¿O esperarán al pitazo final para tomar decisiones?
