México y el precio de la austeridad en salud: regresan la tosferina y el sarampión

En marzo 2021, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) prometió al país un sistema de salud como Dinamarca. Cuatro años después, hay una doble alerta epidemiológica por un rápido aumento de casos de sarampión y tosferina, dos enfermedades prevenibles por vacunación y antes ausentes en México.

Expertos consultados por DW hacen un análisis alarmante de un sistema de salud en crisis por recortes financieros y malas decisiones políticas.

Resurgen infecciones erradicadas

“El sarampión estaba a punto de ser erradicado en México en 2015”, recuerda a DW Xavier Tello, médico cirujano y consultor independiente en salud. “Hoy tenemos un sarampión autóctono, lo cual refleja lagunas en la cobertura de vacunas”, advierte, añadiendo que se trata de una enfermedad muy infecciosa y potencialmente mortal.

Según la Organización Mundial de Salud (OMS), México tiene hoy una cobertura de vacunación menor que en 2013. Y la encuesta Nacional de Salud y Nutrición arrojó en 2023 que menos de la mitad de los infantes hasta los dos años recibieron un esquema completo de vacunación, contra el 90 por ciento hace diez años.

Tello, autor del libro La tragedia del desabasto, lo adjudica a tres causas: “Menos vacunas disponibles en los centros de salud, un presupuesto recortado y la falta de notificación a la población”.

El experto descarta que se deba a un aumento de población escéptica sobre las vacunas. “Esto es cierto en Europa y EE. UU., pero en México tiene poca relevancia, la gente aquí sí se quiere vacunar”, dice.

Cierre del Seguro Popular y recortes de presupuesto

Para Mariana Campos, analista de la organización México Evalúa, el sistema de salud no se ha recuperado del doble embate de 2020: por un lado, la pandemia de COVID-19 y por otro el cierre del Seguro Popular que cubría a unos 50 millones de mexicanos, trabajadores del sector informal. Un cierre que AMLO justificó diciendo que el sistema era oneroso y corrupto.

“El problema es que el sistema que iba a reemplazar ese seguro, nunca entró en operación, y hasta tres años después se crea su reemplazo, el Instituto Mexicano de Seguridad Social del Bienestar”, explica Campos.

Pero ese nuevo sistema del IMSS-Bienestar tiene varios problemas de diseño, según la experta. Por ejemplo, no está bajo el control de la Secretaría de Salud, sino que depende de la discrecionalidad del Ejecutivo, lo cual lo hace mucho más vulnerable a los vaivenes de la coyuntura política.

Ahora que las finanzas públicas de México están bajo presión, el Gobierno de Claudia Sheinbaum (MORENA) recortó el presupuesto para sanidad pública en 12 por ciento y casi todo ese recorte fue en el IMSS-Bienestar donde están los más pobres del país, destaca Campos.

Esto se agrava cuando se pone en contexto del ya por sí raquítico presupuesto en salud: hace poco, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó un estudio que ubica a México en el lugar 19 de 24 países de la región con el menor gasto gubernamental per cápita en salud en 2023.

México gasta el 2,4 por ciento de su PIB en salud, menos de la mitad del 6 por ciento que recomienda la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para poder cumplir con el derecho a la salud.

Manejo político e ideológico de pocos recursos

La escasez se agrava un paso más con un manejo ideológico de los recursos. Tello menciona como ejemplo la campaña mediática del Gobierno contra el abuso de las drogas, especialmente del fentanilo: “¡Es increíble que estemos escuchando cada tres minutos un anuncio contra adicciones y ni uno sobre vacunación!”, exclama.

Para el médico, es un tema político por las presiones del presidente estadounidense Donald Trump que exige a México actuar contra el fentanilo. Pero también tiene connotaciones ideológicas: “No es un tema de salubridad, es un tema policiaco, se trata de criminalizar las adicciones”.

También hay muchos spots sobre comida saludable; el Gobierno argumenta que es mucho más barato prevenir que tratar. Para Tello, sin embargo, no es suficiente: “Los anuncios no le van a salvar la vida a la tía que tiene diabetes y necesita medicamentos hoy”.

Los mexicanos pagan la salud de su bolsillo

“Los más afectados son los más pobres”, afirma Mariana Campos, de México Evalúa. Ya no obtienen vacunas para sus hijos en salud pública y tienen que recurrir a consultas privadas cuando se enferman. Los grandes beneficiados son los consultorios privados, especialmente los que han implementado las grandes cadenas de farmacias en el país. “Eso lleva a una privatización de la salud”, critica.

Lo confirma un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): de cada peso en salud que se gasta en México, 41 centavos salen directamente del bolsillo de los mexicanos.

Protestas por carencias y ningún plan de emergencia

Los resultados ya son visibles: médicos y pacientes protestan por escasez de insumos y medicamentos. Y reaparecen epidemias prevenibles. Para los expertos, las consecuencias a largo plazo serán aún más graves: “En pandemia, retrocedimos diez años en esperanza de vida, y podemos retroceder más por malas políticas de salud”, advierte Tello.

“A la larga, esto nos va a salir muy caro”, coincide Campos. Y de una próxima pandemia, mejor ni hablar: “No estamos preparados para nada, el sistema de salud está peor que en 2019”, dice la experta. Tello apunta las carencias: “No hay plan de respuesta ante una nueva pandemia”. Tampoco hay un responsable federal designado ni una partida presupuestal.

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