
Publicado: marzo 12, 2025
Un niño de tan solo dos años de edad, identificado como Juwan, perdió la visión de su ojo izquierdo luego de que una persona con herpes labial lo besara. El caso, ocurrido en Namibia, ha generado gran impacto y ha servido como un llamado de alerta sobre los riesgos de este virus en la salud ocular.
Un diagnóstico inesperado
Todo comenzó hace siete meses, cuando el pequeño presentó una infección en el ojo que no mejoraba a pesar del tratamiento con antibióticos. Su madre, Michelle Saaiman, no imaginaba que la causa del problema podía ser el virus del herpes simple (HSV).
Conforme la condición del niño empeoraba, los médicos determinaron que el herpes había provocado daños irreversibles en la córnea, lo que afectó severamente la sensibilidad del ojo hasta el punto de perder por completo la visión de ese lado.
Consecuencias graves y riesgo de perder el ojo
La progresión de la enfermedad ha sido alarmante. La falta de sensibilidad ocular hizo que el cerebro del pequeño dejara de reconocer el ojo afectado, provocando sequedad extrema y la formación de un agujero de 4 milímetros en la córnea.
Esta complicación ha obligado a sus padres a someterlo a múltiples tratamientos para evitar la pérdida total del ojo y controlar las constantes infecciones que han surgido como consecuencia de la condición.
Una cirugía como esperanza
Con la intención de preservar el órgano afectado, Juwan fue trasladado a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, donde especialistas realizaron un injerto de membrana amniótica y cerraron temporalmente sus párpados para proteger la córnea.
El próximo mes de abril, el niño deberá someterse a una cirugía en la que se trasplantarán nervios de su pierna al ojo con la esperanza de restablecer parte de su funcionalidad. Si la intervención es exitosa, en el futuro podría recibir un trasplante de córnea para intentar recuperar algo de visión.
Un llamado de alerta sobre el herpes labial
Michelle, madre del menor, manifestó su tristeza y frustración por lo ocurrido, pero aseguró que desconoce quién le transmitió el virus. “Estoy molesta, pero sé que la persona que lo besó no tenía la intención de hacerle daño”, expresó.
El herpes labial es altamente contagioso y puede transmitirse a través de contacto directo, saliva o el uso compartido de objetos. Una vez que el virus ingresa al cuerpo, permanece de por vida y puede reactivarse en cualquier momento.
El caso de Juwan ha servido como advertencia para que los padres extremen precauciones con el contacto físico de sus hijos y tomen en cuenta los riesgos que puede representar un virus aparentemente inofensivo.