
Publicado: marzo 5, 2025
En una era marcada por la conectividad constante, los avances tecnológicos no solo han transformado la manera en que nos comunicamos, sino también los riesgos a los que nos enfrentamos como sociedad. Uno de los temas más preocupantes es el uso indebido de plataformas electrónicas para contactar a menores, un problema que quedó al descubierto en un reciente caso que ha conmocionado al país.
En una investigación liderada por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), un hombre de apellidos Álvarez Ulate, de 29 años fue detenido bajo sospecha de contactar a una menor de edad por medios electrónicos con intenciones ilícitas.
Este hecho pone de relieve no solo el papel crucial de las autoridades en la protección de los menores, sino también la necesidad de educar a las familias sobre los peligros que acechan en el entorno digital.
El hombre, identificado por las autoridades como un sospechoso en múltiples casos relacionados con abuso y violación, ya enfrentaba cargos previos por delitos graves contra menores. Según la fiscalía, el caso más reciente resalta la importancia de avanzar rápidamente en los procesos judiciales para garantizar justicia y protección para las víctimas.
“Se trata de un caso por dos presuntos delitos de violación, uno de abuso sexual contra menor de edad y una seducción de menores por medios electrónicos, ocurridos, según la fiscalía, en el sector de Boca Vieja, El Cocal, en Quepos. La víctima es una niña de 12 años de edad”.
Las imágenes de cámaras de seguridad y el rastreo de actividades digitales fueron herramientas esenciales en esta operación. Estos avances muestran cómo la tecnología puede convertirse en aliada de las investigaciones, pero también subrayan la responsabilidad compartida que tienen las plataformas digitales y los usuarios en prevenir este tipo de delitos.
Este caso ha generado un llamado colectivo a reforzar las campañas de sensibilización sobre el uso seguro del internet y a priorizar recursos que aceleren los juicios en crímenes de este tipo. Más allá de la condena legal, es una invitación a reflexionar como sociedad sobre la importancia de la educación, la prevención y la empatía con quienes han sido víctimas de estos actos atroces.