Fines ilustrativos.
Las largas listas de espera en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ahogan tanto a los pacientes como a su familia. A noviembre de 2024 había más de 1.1 millones de pacientes en espera. Además, a esto se suma la falta de soluciones efectivas por parte de la administración activa de la institución.
Ligia Picado, una adulta mayor de 78 años, no pudo acceder a atención en salud de calidad ni a tiempo, por lo que su familia tuvo que adquirir un préstamo para operarla en el sector privado de una enfermedad que de no atenderse a tiempo hubiera afectado grandemente su estilo de vida.
Laura González, hija de doña Ligia, relató a crhoy.com lo que vivieron cuando la salud de su madre comenzó a verse comprometida.
Ella empieza a experimentar una serie de problemas para mover las manos, para subir los brazos, y entonces ella nota que empieza con un hormigueo en las manos que imposibilita realizar tareas muy sencillas como abotonarse el pantalón o abrir la puerta.
Ella va la primera vez a emergencias y lo que le dicen es que le van a recetar unos medicamentos y la inyectan (…) le mandan unos exámenes, contó González.
A los días, las complicaciones de salud reaparecieron y al realizarle unas pruebas, en la Clínica Dr. Ricardo Jiménez Núñez le indicaron que podía ser una lesión del túnel carpiano, pero un fisioterapeuta privado le indicó que la problemática estaba sus cervicales.
Como no hay mejora, mi mamá vuelve a ir por una tercera ocasión y el médico lo que hace es lo mismo, la valora, le da un montón de recetas médicas de acetaminofén, ibuprofeno, le manda también una inyección y le manda a hacer una serie de exámenes y le manda una radiografía de manos.
Le dice que saque cita y le dicen a mi mamá que dentro de 1 año. Mi mamá le dice a él ‘no me puedo esperar, estoy mal’, entonces el médico le dice ‘no puedo hacer nada, tengo la agenda llena’, relató la hija de doña Ligia.
Después de este punto, la familia desesperada buscó opciones en el sector privado y un neurocirujano le ordenó realizarse una resonancia magnética, al ver el resultado, el especialista les pidió sacar cita de urgencia.
Por medio de la resonancia, fue diagnosticada con una mielopatía cervical, es decir, una degeneración de las cervicales y además tenía un problema en su médula ósea, lo que ya le estaba causando incluso problemas para caminar.
Con el diagnóstico se le programó una costosa cirugía para evitar que doña Ligia enfrentara una discapacidad. “Nosotros tuvimos que recurrir a buscar un préstamo para poder enfrentar ese proceso y no podíamos esperar la situación de la Caja”, aseguró González.
González cuestiona la falta de pericia de los médicos de la CCSS, porque la enfermedad con la que fue diagnosticada su madre es común entre adultos mayores, según comentó.
Mandar una placa de manos, cuando la lesión está en el cuello, es una distancia bastante grande. La otra preocupación era que no podíamos esperar ante la falta de especialistas.
El día que operaron a mi mamá se liberó una tensión, estaban otras personas esperando que sus familiares fueran operados y lo mismo, era la misma situación, gente que andaba corriendo para que fueran operados en vista de la situación de la Caja, concluyó González.
Largas listas de espera
Datos de la CCSS indican que, según un corte realizado en noviembre de 2024, 1.175.383 de personas se mantienen en las diferentes listas de espera.
La lista de espera quirúrgica creció desde el 6 de noviembre de 2023 a la misma fecha del 2024, pasando de 177.217 personas a 185.539.
Por su parte, la lista de espera en consulta externa, también aumentó entre 2023 y 2024, en setiembre de 2023 había 306.032 personas esperando una cita en este servicio y para el mismo mes de 2024 el número se ubicó en 308.523.
Finalmente, la lista de espera en procedimientos diagnósticos creció en al menos 20 mil pacientes en un año. Para noviembre de 2023 era de 660.746 personas y al mismo mes de 2024 la lista ascendió hasta los 680.650 pacientes.
Source
Ambar Segura