Antología orotinense reconoce a los ganadores del Certamen Luis Ferrero Acosta / CRHoy.com / Noticias 24/7 / Periódico Digital

El cantón de Orotina sigue a pasos de gigante con tal de promover las distintas manifestaciones artísticas que germinan en la zona y, cómo no, si es nuestra prioridad brindar el apoyo necesario a todo aquel que sume al acervo cultural con propuestas sublimes y a quien, por fin, decida pisar los peldaños de la ejecución. Ese último asunto es, a fin de cuentas, lo que marca la diferencia entre un hablador y un hacedor.
En esta coyuntura actual de nuestra tierra, que actualmente también incluye la posible creación de la Casa de la Cultura Orotinense aunado a la visualización del quehacer; el Colectivo Cultural Birlocha en coordinación con la Municipalidad de Orotina, la UNED con sede Orotina, el Comité Cantonal de la Persona Joven, sumado a los actores y agrupaciones que se nos han aportado; tomamos, pues, la iniciativa de crear y difundir el Certamen Luis Ferrero Acosta en la modalidad de relato. Lo anterior en honor a ese gran titán de las letras orotinenses y costarricenses que escribió más de cien libros en vida.
Desde la redacción sesuda de las bases y disposiciones de nuestro certamen, pasando por encontrar los miembros idóneos para fungir como jurados para, luego, buscar los medios aptos de divulgación y, finalmente, la obtención de capital para ejecutar este megaproyecto; todo ha sido complejo, arduo, pero desinteresado.
¿Cómo se dio esto de la antología? Pues, por estas cosas de la vida, yo, Calú Cruz, comencé a concursar en varios certámenes propuestos por Ediciones Rubeo (editorial española de renombre y de gran compromiso para con las letras). Fue, quizás, mi constancia sumada a la gentileza del gran editor y profesional José Antonio Quesada Montilla, lo que, dichosamente, propició algo inevitable: un trabajo en conjunto en pro de los libros, la promoción a escritores y el quehacer cultural. Tal vez este asunto se nos hizo sencillo pues ambos, mi amigo José y yo, perseguimos ideales humanistas.
Así las cosas, le envié la compilación con los ganadores de nuestro certamen comprendido entre los años 2015 y el 2023, bajo el título Árbol de Cuentos.  El título fue acordado entre la profesora de la Universidad de Costa Rica, Marjorie Jiménez, y mi persona; lo anterior en honor a un libro que escribió Ferrero Acosta titulado Árbol de recuerdos donde nos narra parte de su vida en Orotina. Para nuestra grata sorpresa, el proyecto fue acogido de buena manera por la editorial española y hoy ya es una realidad.
Para esta primera edición, los escritores Andrey Araya Rojas (autor de la obra Ojo de ballena), Carlos Cárdenas García (escritor de Semblanza de Cíncel Häussler), Henry Vargas Carmona (escritor del relato El tulpa), Eduardo Cárdenas Ramírez (autor del cuento El infame), Julio César Hidalgo Calderón (quien escribió Viendo pasar el tiempo), Wilbert Arguedas Pizarro (escritor de Con los pies color de mostaza) y Walter Torres Rodríguez (autor de la obra La piel negra de los osos polares); fueron consultados en cada uno de los procesos de confección del libro para que, de este modo, el trabajo fuese conjunto, gratificante y significativo para todos. La calidad de los textos enviados y la distinción obtenida en el certamen, nos comprometió a ofrecerles esta vitrina española de altísima calidad que, incluso, se distribuye a través de Amazon y de una plataforma propia de la editorial. Sin lugar a dudas, todos anhelamos tener el libro en nuestras manos para ver materializado el fruto de este esfuerzo mancomunado.
Asimismo, es indiscutible el rigor y aplomo de la profesora Marjorie Jiménez Castro quien vino a inyectar esa dosis de profesionalismo y entusiasmo al proyecto. Ella, en su presentación interna del libro, incita a las futuras escritoras para que tomen las armas de la palabra y que no desistan en cuanto a intentarlo se trate. El respaldo y profesionalismo que se percibe de parte de la profesora Marjorie es asombroso y nos hizo sentir seguros y bien encaminados.
Ya para finalizar solo deseo añadir un pensamiento muy personal que poseo sobre este terruño llamado Orotina: “Cuando Orotina quiere soñar, debe hacerlo en grande”. Y es por esto que, desde lo más profundo de mi ser, anhelo que una actividad como la nuestra perdure a pesar de las inclemencias del tiempo para que tengamos Birlochas Literarias y certámenes por el resto de nuestros días y, ojalá, a lo largo y ancho de todo el país.
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