Amenazas de muerte, negocios atacados a balazos y uno reducido a cenizas por un incendio provocado intencionalmente, son algunas de las acciones que investigan las autoridades como parte de represalias de contrabandistas contra comerciantes que se niegan a vender sus productos ilegales.
Estos criminales vinculados con el trasiego de cigarros de contrabando, han tomado su poderío instaurado en otros negocios como el narcotráfico para incursionar en ese negocio y emplear el matonismo para imponer sus ventas.
La Policía de Control Fiscal (PCF) confirmó que conocen de varios casos, principalmente en los cantones de Pococí, Guácimo y Siquirres de Limón, sobre los cuales se mantienen indagaciones para conocer cuáles grupos delincuenciales habrían actuado.
“Ahorita la zona de Siquirres y Guápiles es el epicentro de muchas cosas que están pasando en temas de trasiego como contrabando de todo tipo de mercancías. A partir del 2024 que estamos coordinando un poco más con el OIJ y combinando inteligencia policial y ahí es donde nos estamos dando cuenta de estos casos y hasta de proveedores de eventos de Sixaola con almacenamiento en Guápiles y ruta por Turrialba”, dijo Melissa Rodríguez, directora de la PCF.
Pero no solo los ataques violentos son formas de operar por parte de estos grupos, pues recientemente también se identificaron casos en los que cobran a los pulperos y dueños de minisúper un peaje o tributo a cambio de dejarlos vender libremente el producto que deseen.
“Policialmente tenemos información también de que hay personas ligadas a marcas que están de una u otra forma extorsionando para que vendan solo esa marca de cigarros y no le compren a nadie más, les dicen cuáles productos pueden comerciar y si no los quieren vender entonces tienen que pagar rentas mensuales de hasta un millón de colones para que pueda vender lo que quiera“, explicó Rodríguez.
La jefa policial asegura que pese a que realizan incursiones en algunos locales donde se tiene identificada la venta de estos productos de contrabando, usualmente los comerciantes ya tienen su estrategia de esconder los cigarros para evitar decomisos, y debido a que los oficiales llegan a hacer inspección y no con orden judicial, no tienen forma de incursionar en bodegas o sitios cerrados donde los almacenan.
“(…) los esconden. Los cigarros desde el punto de vista de regulación no pueden estar expuestos, eso para nosotros como autoridad de control es complicado, pero el licor si ustedes van a un minisúper oriental detrás de donde le compran a uno tienen mucho, pero cigarros no, porque los tienen en lugares que no son de acceso para nosotros. Es importante que el OIJ esté investigando estos casos donde el crimen organizado está permeando en el tema de contrabando, porque cuando ellos entren nos van a llamar para capturar esa mercancía, esa una de las mejores estrategias”, amplió.
Al ser consultado sobre este tema, Mauricio Boraschi, fiscal adjunto de la Fiscalía General de la República, indicó que “yo me imagino que sí, pero hasta ahora no conozco de algún conflicto directamente ligado, tendríamos que revisar en las fiscalías territoriales”.
Lo que sí detalló fue el análisis y seguimiento que le han dado a grupos de crimen organizado que se metieron a este negocio, el cual les resulta sumamente rentable para sus intereses.
“Es un producto que se coloca muy fácil en el mercado y genera muchísimas ganancias. Al precio que se venden los cigarros, ellos obtienen hasta 100% más de lo que invirtieron en el valor original o a veces hasta más, y son más baratos que los legales que pagan todos las cargas fiscales”, señaló.
Necesidad de evolucionar
Para Rodríguez el hecho de que recientemente Panamá reconociera que el contrabando es un problema con el que están luchando, es un avance para que en nuestro país se pueda tener más claridad de algunos aspectos relacionados con la movilización de estas mercaderías con destino a Costa Rica, pues se están involucrando más organizaciones canaleras que buscan alianzas con grupos ticos, como lo expuesto por crhoy con Alejandro Arias Monge, alias Diablo.
“Como ustedes lo han demostrado en sus investigaciones, es algo histórico que Panamá está decomisando cigarros de contrabando que ingresan por la Zona Libre de Panamá. ¿Qué pasó con los pulpos? (empresas que diluyen el producto) Ellos saben que si esa mercadería salía del Panamá había riesgo de que se alertara de que mucho venía para acá.
Nosotros detectamos mucho tránsito de cigarros y nos enteramos que los llevaban para Nicaragua y luego se devolvían a Costa Rica. Ahora en Panamá las tabacaleras están sorprendidas porque mucho de esos cigarros de contrabando se están quedando, porque las estructuras están buscando dejar un porcentaje en ese país para no exponer las cargas en el traslado”, destacó.
Al aceptar ellos que la situación en Panamá está fuera de control, a criterio de la jefa policial, se abre la puerta que existía de bloqueo en Panamá, pues antes no era tan fácil obtener información de investigación en ese país para atacar el delito de manera transnacional, tomando en cuenta que “nunca un cuerpo policial va a ser más grande que el crimen organizado”.
Para Rodríguez es necesario evolucionar en la investigación de estos casos, debido a que ya en la calle o en retenes no es normal decomisar cigarros de contrabando, debido a que estos grupos ahora funcionan con logística de narcotraficantes y cuentan con más herramientas para conocer las rutas por las que pueden evadir a los oficiales.
Fernando Ramírez, director del ICD insistió en que uno de los mecanismos que están utilizando los narcotraficantes para lavar dinero es el contrabando de cigarros, lo cual explica el ferviente interés de colocar este producto ilegal en diferentes mercados que funcionan con todos los permisos al día, como lo son pulperías o comercios pequeños en diferentes localidades.
“Es la PCF la que se encarga de desarrollar las investigaciones y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) brinda apoyo en todos aquellos eventos previos a la investigación que permitan vincularlos con legitimación de capitales, así las cosas podríamos señalar que en efecto la PCF tiene identificados grupos criminales que se están dedicando al contrabando de cigarrillos desde el sur del continente hacia el norte y muchos de estos quedan en nuestro país. Precisamente hemos visto golpes importantes que han hecho donde en varias oportunidades se les ha vinculado con legitimación de capitales”, reveló.
Fenómeno que viene de Colombia
David Jaramillo, jefe del programa antitabaco de la Federación Nacional de Departamentos (FND) de Colombia, en una entrevista con crhoy había advertido que el fenómeno de las extorsiones ya era conocido en su país, donde los grupos armados también han llegado al punto de obligar a vender a los dueños de pequeños negocios, llamados localmente tenderos, únicamente mercadería ilícita que ellos les suministran.
“Hemos identificado que a las estructuras criminales como el Clan del Golfo los están obligando a vender cigarrillos de contrabando, marcan las cajetillas, van a los tenderos y les dicen que solo pueden vender ese producto”, indicó Jaramillo.
Para Ramírez es usual que las organizaciones en nuestro país copien esos patrones tomando en cuenta que comparten información sobre la logística de otras mercancías y delitos en los que convergen.
“Las organizaciones criminales muchas veces copian los modelos o logísticas y eso ocurre en nuestro país, que son informados por organizaciones hermanas que les brindan insumos y detalles de como es que pueden lograr camuflar esos cigarrillos y de esa forma facilitar el ingreso y distribución en nuestro país”, señaló el director del ICD.
Contrabando en Colombia. Foto: Polfa
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Carlos Castro