La ONU pidió el miércoles más de 47.400 millones de dólares para proporcionar ayuda a casi 190 millones de personas que sufrirán las consecuencias de los conflictos y del cambio climático en 2025.
“El mundo está en llamas” advirtió en Ginebra Tom Fletcher, jefe de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. “La combinación de conflicto, crisis climática y desigualdad creó una tormenta perfecta”, explicó.
“Estamos enfrentando una crisis múltiple a escala mundial y las personas más vulnerables pagan el precio”, señaló.
El año pasado, la ONU logró ayudar a 116 millones de personas en todo el mundo.
Se estima que unos 305 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria el próximo año, pero los 47.400 millones de dólares solicitados —cifra ligeramente inferior a la requerida hace un año— están destinados a asistir solo a 190 millones.
Fletcher, que recién asume su puesto, afirmó que habría sido más fácil pedir un monto récord, como en años anteriores. Sin embargo destacó la importancia de “establecer prioridades ante la falta de financiamiento”, aunque esto implique “decisiones difíciles”.
“Si logramos un año excepcional de financiamiento podríamos superar los 190 millones”, indicó.
En noviembre la ONU solo había recibido 43% de los casi 50.000 millones de dólares solicitados para 2024.
“Debemos enfocarnos en llegar a quienes más lo necesitan y ser realmente implacables en cuanto a la asignación de fondos y los ámbitos donde podamos tener el mayor impacto”, subrayó.
Un año catastrófico
Las consecuencias del déficit de financiamiento son “graves”, lamentó la organización.
En 2024 la ayuda alimentaria se redujo 80% en Siria, mientras que la asistencia en agua y saneamiento tuvo que disminuirse en Yemen, país afectado por el cólera.
“El sistema humanitario está desbordado, subfinanciado y es víctima de ataques”, expresó Fletcher.
“Hace falta un impulso de solidaridad global” ante el “agotamiento de los donantes”, añadió.
Camilla Waznick, del Consejo Noruego de Refugiados, calificó como “devastador” el hecho de que el llamamiento reconociera que no se llegaría a millones de personas.
“Cuando las personas más ricas en la Tierra pueden ir al espacio como turistas y el mundo destina billones de dólares anualmente a gastos militares, es incomprensible que seamos incapaces como comunidad internacional de encontrar el financiamiento necesario para brindarle abrigo a las familias desplazadas e impedir que los niños mueran de hambre”, declaró.
Temiendo que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reduzca su apoyo financiero a las organizaciones internacionales, Fletcher anunció que viajará a Washington en los próximos meses para “dialogar con la nueva administración”.
Pero la fatiga de los donantes no se limita a Estados Unidos, explicó. Planea visitar otras capitales para “abrir puertas” y convencer a los donantes tradicionales, además de buscar “nuevos aliados”.
Sin embargo el mayor obstáculo para brindar asistencia y proteger a las personas en conflictos armados es la violación generalizada del derecho internacional humanitario, advirtió la ONU.
El año 2024 ya se considera el más letal para los trabajadores humanitarios, con un saldo que supera las 280 muertes de 2023.
Según Fletcher 2024 fue “catastrófico” para las poblaciones que la ONU apoya.
Gaza, Ucrania, Sudán, Líbano, Siria… 2024 fue “uno de los años más brutales de la historia reciente” para los civiles atrapados en conflictos, señaló la ONU, y “si no se toman medidas urgentes, 2025 podría ser aún peor”.
A mediados de 2024, casi 123 millones de personas habían sido desplazadas por conflictos y violencia, marcando el duodécimo aumento anual consecutivo.
Paralelamente, desastres climáticos devastan regiones, provocando desplazamientos masivos de población.
“No se trata solo de que haya tantos conflictos al mismo tiempo, sino de que duran más tiempo, en promedio diez años”, destacó Fletcher.
“Cuanto más duran las crisis, más sombrías son las perspectivas. La esperanza de vida disminuye, las tasas de vacunación colapsan, la educación sufre, la mortalidad materna se dispara y el espectro de la hambruna se intensifica”, concluyó.