El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, afirmó este lunes que no entregará a su predecesor Rodrigo Duterte (2016-2022) a la Corte Penal Internacional, que investiga posibles abusos en el marco de su guerra al narcotráfico, que dejó miles de muertos.
“No reconoceremos la orden que nos envíen. Eso es un no”, dijo Marcos en un foro con la asociación de corresponsales extranjeros de Filipinas.
Miles de personas murieron en la campaña antinarcóticos que inició el entonces presidente Duterte en 2016, y que continuó con Marcos.
En 2019 Duterte sacó a Filipinas del Estatuto de Roma, el tratado fundador de la CPI, después de que este tribunal con sede en La Haya empezara a investigar presuntos abusos contra los derechos humanos, cometidos en el marco de su guerra al tráfico de drogas.
Ferdinand Marcos a su vez ha descartado en repetidas ocasiones volver a esta jurisdicción.
La CPI lanzó su investigación formal en septiembre de 2021, pero dos meses después la suspendió cuando el gobierno de Manila dijo que estaba reexaminando cientos de operativos antidrogas, en los que murieron personas a manos de policías y agentes de seguridad.
El entonces fiscal jefe de la CPI pidió más adelante reabrir la investigación en junio de 2022, y en enero de 2023 los jueces del alto tribunal dieron luz verde. Manila apeló esta decisión, pero perdió su recurso.
Más de 6.000 personas murieron en la campaña antidrogas de Rodrigo Duterte, según datos oficiales publicados por el país asiático. La fiscalía de la CPI hace un balance muy superior de entre 12.000 y 30.000 muertos.
