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Cerca de un 20 % de las rutas regulares de autobuses están operando bajo un estado de abandono en Costa Rica, según estadísticas de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP).
De acuerdo con la entidad reguladora, este comportamiento se acrecentó principalmente tras el periodo de la pandemia por COVID-19.
A casi 5 años de haber llegado este virus al mundo, aún permanecen compañías autobuseras que no se recuperan por la situación financiera que representó la caída en la cantidad de pasajeros.
El regulador general de la República, Éric Bogantes, indicó a crhoy.com que esta quinta parte de rutas abandonadas se encuentran distribuidas prácticamente en todo el país, por lo que ninguna provincia se escapa de esta problemática.
Sin embargo, detalló que las comunidades más vulnerables a raíz de estos incidentes se encuentran ubicadas en las zonas rurales o más alejadas de la Gran Área Metropolitana (GAM), como Upala, Guápiles o El Roble de Puntarenas, entre otros.
Según Bogantes, el problema con estas rutas abandonadas, es que no se pueden establecer tarifas de manera periódica porque no se tiene claridad con la regulación de las unidades autobuseras que operaban estos servicios y que por cuestiones económicas debieron declinar de ofrecerlo de manera regular.
El regulador general añadió que este escenario ya es de conocimiento de las autoridades del Consejo de Transporte Público (CTP), entidad con quienes están conversando activamente para trazar hojas de ruta con miras a darles apoyo en este tipo de actividades.
“Para el año entrante en las prioridades están acciones regulatorias relacionadas con las rutas en abandono que durante la pandemia, poco antes y después, hemos llegado a tener alrededor de 100 rutas en abandono de cerca de 500 que tiene el país, entonces es como un 20%.
“De ese servicio público que se está prestando en este momento o no se está prestando o se está prestando en forma irregular o por operadores informales. Eso también tiene consecuencias indeseables para el público porque un servicio irregular no cumple requisitos. Por ejemplo, de calidad o de seguridad. Sobre todo, ustedes han visto como casi a diario aparece la noticia de un autobús incendiado alarma bastante”, aseguró Bogantes.
El regulador aseguró que incluso podría estarse presentando situaciones de que el vehículo no se encuentre al día o el conductor ni siquiera cuente con una licencia óptima para el transporte público, lo cual representa un asunto del cual se tiene que corregir.
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Diagnóstico
De acuerdo con el regulador, como las rutas que aparecen como abandonadas pueden estar siendo operadas irregularmente, debe aplicarse con urgencia un diagnóstico, entre ellos, efectuar inspecciones de campo con el fin de verificar y reordenar el servicio a los usuarios.
Bogantes urgió la necesidad de un diseño operativo que le dé transporte a las personas con base en las necesidades existentes, en un marco que sea rentable para el prestador (la empresa) porque de lo contrario podrían continuar dándose pérdidas.
Al respecto, precisó la necesidad de contar de manera urgente con información periódica para saber las rutas prioritarias y las que requieren de un tipo de ordenamiento en momentos por los cuales se requieran verificar los aumentos o las rebajas en las solicitudes tarifarias.
Bogantes detectó que detrás de este trabajo existe un nivel de complejidad en el momento de efectuar los procedimientos respectivos.
“No es fácil porque van a ocurrir cosas complicadas. Por ejemplo, si una ruta quedó abandonada hace 5 años y la gente decía, es que yo antes pagaba 400 colones por eso, después si la demanda disminuyó, o sea, si hay menos gente que usa el bus es eso, eso es muy simple.
“El total del gasto hay que dividirlo entre el total de la gente. Si el gasto es el mismo y hay menos gente y la tarifa es más alta, entonces es muy posible o puede ocurrir que un servicio que antes costaba 400 colones. Cuando se hace el nuevo diseño nos va a dar 750 colones, entonces la gente va a decir, pero es que subió el doble y es eso que a veces la gente no lo comprende”, indicó Bogantes.
El regulador detalló que lo más importante es que la gente utilice el servicio autobusero para que baje la tarifa.
El viceministro de Transportes, Carlos Ávila Arquín, indicó a crhoy.com que el CTP y Aresep están en coordinación en establecer estrategias para atender las rutas que están en esta situación.
Según Ávila, actualmente se tiene una situación que preocupa porque representa un problema multifactorial.
“Se están manejando alternativas que representan las competencias de cada una de las instituciones y tratar de identificar cuáles serían los cuellos de botella que impiden tener una solución definitiva en los distintos supuestos que se dan.
“De esa manera estamos buscando consolidar estrategias que permitan atenderlo“, indicó Ávila.
El jerarca puntualizó que ese escenario de mejora dependerá de algunas rutas porque en casos el asunto obedece a baja de demanda u otros a patrones de movilidad.
Source
Greivin Granados