Son las tres de la tarde del 20 de noviembre. En el edificio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional (UNA) reina la quietud, las clases ya terminaron y hay poco movimiento. Excepto en un aula.
Allí están concentrados más de 10 estudiantes de la carrera de Administración, quienes, de manera voluntaria, aceptaron el reto de llevar un módulo adicional a sus lecciones, para formarse en habilidades blandas: liderazgo, mentoría, coaching, inteligencia emocional, comunicación.
Se trata de un plan piloto que comenzó a implementarse en octubre de este año con 18 estudiantes de dicha carrera. Son nueve módulos que finalizarían el próximo año y en cada uno de ellos los participantes recibirán un certificado que acredite su formación.
Detrás de esta iniciativa está el docente Michael Muñoz, quien propuso la iniciativa a la Dirección de la Escuela de Administración. La idea tuvo acogida y se propuso al Consejo de Unidad, donde recibió el aval.
Al cierre de este año, este grupo inicial habrá finalizado el primer módulo que lleva por nombre Principios de liderazgo y coaching, y consta de 20 horas certificadas de aprendizaje. Continuarán en el 2025 con el proceso, a sabiendas de que es un plus a la carga académica regular de su carrera.
De esto es consciente Kendall Solís, estudiante de tercer año de la carrera de Administración. Este vecino de Purral de Goicoechea y de 24 años, afirma que esta es una oportunidad para “abrir la mente” más allá del conocimiento tradicional. “Te hace sacar el máximo potencial de cada uno. Incluso nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, para saber cómo explotar las habilidades y redescubrirnos. Es sin duda un valor agregado”, manifestó.
El objetivo, de acuerdo con Muñoz, es que este proyecto tenga un efecto multiplicador y que abarque otras sedes de la UNA. “La idea es que este primer grupo vaya teniendo las herramientas y los conocimientos para que también enseñen a otros sobre estos temas. Ha sido muy bonito porque estos muchachos ya están de vacaciones y vinieron aquí de manera voluntaria”, indicó el académico.
La expectativa es que en la universidad se puedan desarrollar congresos con un enfoque sobre estos temas, con participaciones de expertos en la materia que puedan ampliar los horizontes entre la comunidad estudiantil.
Mayor competitividad
La clase que forma parte de este primer módulo combina la teoría y la práctica, con una alta participación del estudiantado. Todos son conscientes que, ante la competitividad del mercado laboral, es fundamental para los aspirantes a un puesto de trabajo mostrar habilidades que hoy demandada el mercado laboral.
“El mercado hace que lleguen cinco personas, cada una de ellas hasta con un grado de maestría a optar por un único puesto. Entonces te van a evaluar por tu personalidad, la capacidad que tienes de liderar, adaptarte al cambio, resolver problemas, comunicar de manera asertiva y vender tus ideas”, reflexionó Muñoz.
Esta idea cala entre sus estudiantes y van de la mano con las tendencias globales. Un estudio del Foro Económico Mundial determinó que para el 2025, al menos un 35% de las habilidades que se considerarán importantes en el ámbito laboral serán blandas.
La propia red social LinkedIn, cuyo enfoque es la relación en nichos profesionales y laborales, señala que el 57% de los líderes de recursos humanos estiman que las habilidades blandas son más importantes que las habilidades técnicas al momento de contratar.
La semilla que procura plantar este plan piloto pretende que los participantes opten por alguno de dos caminos: especializarse en esta rama, en paralelo con la carrera que llevan adelante, o aplicar los conocimientos en su liderazgo personal, más allá incluso de su esfera profesional.
“Al final llegas a un equipo interdisciplinario y te vas a topar con personas y con situaciones muy variadas, que arrastran frustraciones o complejos y debo tener las herramientas ahora que estos factores no me toman por sorpresa, sino que pueda trabajar a partir de ello y construir”, enfatizó el docente.
Nuevas tecnologías
La irrupción acelerada de nuevas tecnologías, de la mano con el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), antepone la inquietud de cómo podrán integrarse las habilidades blandas dentro de este ambiente de innovación constante.
Para Muñoz, las nuevas tecnologías son una herramienta útil pero no podrá reemplazar el contacto propio de las relaciones humanas. “Detrás de una inteligencia artificial hay alguien que la está dirigiendo, tomando decisiones y eso no desaparece. La tecnología está presente y avanzará, pero no quita la parte humana”.
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Guillermo Solano Gutiérrez