La lectura de la Declaratoria del V Congreso de Extensión Universitaria estuvo a cargo del Dr.Martín Parada Gómez, vicerrector de Extensión de la UNA.
Llevar la extensión a los distintos programas de estudio, donde el estudiante no solo realice pedagogía en el aula, sino que se involucre en las comunidades como un actor social crítico, es lo que se conoce como la curricularización de la extensión universitaria. Asimismo, implementar espacios de formación en incidencia política, para fortalecer las capacidades de académicos y estudiantes, forman parte de los acuerdos estipulados en la declaratoria de cierre del V Congreso de Extensión desarrollado en el Campus Sarapiquí de la Universidad Nacional (UNA).
En sus considerandos la declaratoria señala que desde el V Congreso de Extensión Universitaria, se reiteró la imperante necesidad de reconocer la extensión universitaria como una función sustantiva fundamental de la UNA, cuyo valor radica en su capacidad de reflexión, compromiso y transformación social, al promover una ética-política aplicada en la co-construcción de soluciones con las comunidades.
En cuanto a los desafíos teóricos y metodológicos de la extensión universitaria, es clave un posicionamiento ético y político de la universidad con respecto a la integración de la acción sustantiva en atención a las necesidades y prioridades en los territorios, regiones y comunidades.
Martín Parada, vicerrector de Extensión de la UNA, externó que hay una postura clara de fomentar el desarrollo teórico, pero mancomunados con aquellas demandas y necesidades sociales de las comunidades, las regiones y los territorios, es decir, un proceso de diálogo de saberes muy dialógico.
“El segundo elemento a dimensionar es qué se requiere a lo interno de la universidad, reforzar toda la perspectiva interdisciplinaria, multidisciplinaria y transdisciplinaria para que los grupos de investigación de extensión y docencia trabajen de forma conjunta, integrando las soluciones que las demandas sociales de la realidad nacional tienen hacia la universidad”, dijo Parada.
En tercer lugar, el vicerrector destacó como un reto, reforzar el trabajo con la institucionalidad en los territorios, es decir aunar esfuerzos con los gobiernos locales, cooperativas y organizaciones sociales, para solucionar las problematizaciones del desempleo, las desigualdades, pobreza y falta de oportunidades económicas”, subrayó el vicerrector de Extensión de la UNA.
En términos de rotación, el VI Congreso de Extensión Universitaria se celebrará en el Campus Omar Dengo en Heredia, en 2028.
Articulación de esfuerzos
Juan Gómez, académico del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la UNA, manifestó que este congreso puso énfasis en la necesidad de curricularizar el proceso de la extensión de diferentes formas, mediante cursos, capacitaciones, procesos de formación, así como el hecho de transversalizar la investigación en los programas de estudio.
Nelly López, investigadora del Instituto Sociales en Población, (Idespo) de la UNA, indicó que este congreso marcó pauta en función de los retos que deja la extensión universitaria, incluso en un punto fundamental y es comprender como universidad necesaria lo que es el vínculo sociedad-universidades. “Si curricularizamos la extensión y vemos la investigación con esos nuevos ojos, podríamos hacer una cosa muy diferente y a las universidades públicas no les faltaría el apoyo de la sociedad para fortalecer todo el quehacer universitario”, dijo López.
William Gómez Solís, académico del Centro Mesoamericano del Trópico Seco (Cemede) de la Sede Regional Chorotega de la UNA, acotó que lo más importante de este congreso fue la articulación de esfuerzos; como en las regiones y desde las regiones es que se desarrollan la mayoría de procesos de extensión. “Guiar a los diferentes profesionales, sea desde los Campus o sedes regionales con articulación de esfuerzos y así llegar a todas las comunidades dentro de las regiones”, agregó Gómez.
Olga Guevara, académica del Cide, resaltó la importancia de que la extensión debe ser curricularizada, como eje transversal en la malla curricular de la UNA. “A través de ella llegamos a las comunidades e intercambiamos saberes. Creo que políticamente la universidad debe dar un paso más allá para transversalizar los temas de extensión”, señaló.
Declaratoria en breve
La extensión universitaria es fundamental como área sustantiva de la universidad, debido al contexto y a las políticas que atentan contra la autonomía de la universidad y la misión fundacional de esta, que tiene como eje principal el humanismo, la solidaridad en busca de una sociedad más justa, inclusiva y equitativa.
Promover espacios de diálogo y reflexión sobre la incidencia política de la UNA, incluyendo la participación de gobiernos locales, organizaciones sociales, sector académico y representantes de la institucionalidad.
La curricularización de la extensión demanda una agenda formativa constante y progresiva por parte de la Vicerrectoría de Extensión y las unidades académicas y, como contraparte, el compromiso de la comunidad universitaria de su participación de principio a fin, para garantizar la comprensión histórica, epistemológica y metodológica que nutran su postura moral, ética, política y pedagógica en concordancia con el Estatuto Orgánico.
Extensión como guía política
“La extensión crítica como guía política es la posibilidad que tiene la academia de escuchar los reclamos, sueños, proyectos y todas aquellas cuestiones de impacto social en el territorio, las cuales deben ser parte de lo que la universidad investiga y estudia”, así lo indicó Humberto Tommasino, docente de la Universidad de la República de Uruguay.
Lo anterior en el marco de la apertura del V Congreso de Extensión Universitaria, cuyo objetivo fue analizar críticamente los distintos enfoques teórico-metodológicos en el abordaje de las necesidades y potencialidades de los territorios a partir de la vinculación universitaria. Dicha actividad se realizó del 18 al 20 de marzo, en las instalaciones de la Sección Huetar Norte y Caribe, Campus Sarapiquí de la Universidad Nacional (UNA).
Tommasino agregó que todo lo hecho por la universidad no solamente es académico, sino político; en el sentido de que la perspectiva de la universidad pública es social, ambiental y económica. “La extensión crítica debería propiciar espacios donde los distintos conocimientos confluyan en un proceso virtuoso y el saber científico-académico pueda recibir contribuciones; por ende el saber popular percibir saberes académicos”, resaltó el expositor Uruguayo.
Por otro lado, argumentó que el aula formal del docente con sus estudiantes es clave, sin embargo no alcanza para lo que se conoce como la formación integral del estudiante. “La integración razón-sensibilidad debe incorporar distintos saberes como sueños y proyectos de los sectores populares, los cuales enseñan muchas cosas que el aula sola no puede, por ejemplo formar estudiantes críticos y sentipensantes.
Intercambio de saberes
Asimismo, la comisión de vinculación con pueblos indígenas del Campus Sarapiquí desarrolló el conversatorio denominado “Se Siwa” (nuestro conocimiento), espacio en el cual se generaron diálogos entre los estudiantes y mayores-líderes comunitarios de los pueblos Bribri, Cabécar y Maleku.
Patricia Vásquez, coordinadora de dicha comisión, mencionó que mediante este intercambio, se buscó fortalecer el reconocimiento y la valoración de los saberes ancestrales, promover el respeto y la comprensión de las cosmovisiones, prácticas culturales y formas de vida de estos pueblos originarios.
Agregó que el conversatorio representó una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del conocimiento indígena en la construcción de sociedades más inclusivas y sostenibles. “Los participantes expusieron temas como la relación armoniosa con la naturaleza, la transmisión intergeneracional de saberes y la resistencia cultural frente a los desafíos contemporáneos”, resaltó Vásquez.
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UNA