Encuesta revela que 53.7% de los niños, niñas y adolescentes consideran que saben igual o más que los adultos sobre tecnología.
Luces, cámaras, dopamina. Teléfonos y tabletas llenan nuestra vida de entretenimiento, información y muchas emociones. Nos ofrece un subidón de placer basados en la recompensa rápida, de ahí que a muchos se les dificulta desconectarse o buscar otras formas no digitales de diversión.
El problema se da cuando los adultos modelan con el ejemplo y sus hijos observan e imitan tal comportamiento. De ahí que, si el padre o la madre mantienen atención constante a las notificaciones y redes sociales, es muy probable que sus hijos también estén día y noche “pegados al celular”.
La encuesta Kids Online Costa Rica, que realiza la Fundación Paniamor y el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica (IIP-UCR), reveló que el 94% de los niñas, niños y adolescentes utilizan Internet, principalmente a través de teléfonos móviles, y más del 70% de los participantes acceden a Internet diariamente, lo que demuestra la inmersión de las tecnologías digitales en su vida cotidiana. El estudio indica que los niños costarricenses reciben su primer celular a los 9.5 años.
El programa de televisión UNA Mirada analizó los resultados del estudio y los expertos convocados coincidieron en la necesidad de formar a los adultos sobre el tema de crianza digital, ya que el 53.7% de los niños, niñas y adolescentes consideran que saben igual o más que los adultos sobre tecnología.
“Hicimos una medición de las competencias digitales de padres y madres y encontramos que tienen las mismas habilidades que los chicos y las chicas, lo cual nos pone un aprieto, porque si ellos tienen la responsabilidad de cuidar, acompañar y apoyar a los menores en el uso de herramientas digitales, ¿cómo lo hacen?”, planteó Oscar Valverde Cerros, psicólogo y director ejecutivo de la Fundación Paniamor.
“Lo importante es entender que los papás, mamás y encargados tienen que aprender, porque no podemos rehuir esa responsabilidad. En este momento, el entorno digital es parte de la vida de niños, niñas y adolescentes, y tenemos que formarnos, informarnos y desarrollar competencia. Entonces hay que perderle el miedo” señaló Valverde.
Crianza digital
Los especialistas explicaron la crianza digital como una serie de estrategias que pueden utilizar las personas encargadas de los menores de edad para brindar un uso seguro, responsable e informado de las nuevas tecnologías. “De este modo, los adultos pueden tener un rol de acompañamiento y darle a los menores una serie de pautas que les permita aprovechar el mundo digital sin poner en riesgo su seguridad y bienestar”, destacó Diego Conejo, investigador del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA – UNA).
El director de Paniamor agregó que para proteger a los jóvenes en este “barrio digital”, los adultos deben propiciar una acercamiento que les permita conocer a profundidad las herramientas, juegos y redes sociales que utilizan.
“Hay gente que sigue pensando que existe la vida offline como si fuera separada de la vida online, y en realidad es un continuum. Así como nosotros, nuestras generaciones se desarrollaron en el barrio, ellos se desarrollan en el barrio digital” señaló Valverde. De este modo, los riesgos, el bullying y la creación de vínculos de amistad se desarrollan paralelamente en lo digital como en el mundo físico.
La restricción no es el camino
Los panelistas insistieron en que la restricción de los dispositivos electrónicos no es el camino para ejercer una crianza digital apropiada; todo lo contrario, limitar drásticamente el uso de la tecnología le impide a los jóvenes desarrollar habilidades para tomar decisiones seguras en el ciber entorno.
“Las personas adultas no podemos nada más pensar en la restricción. ¿evito que tengan contacto con la tecnología? El mundo nos está diciendo que no podemos negar el acceso, pero sí hay que hacerlo de una forma acompañada y mediando la tecnología”, sugirió Tatiana Mejía del Centro de Orientación e Información (COI – PANI).
Sugieren crear espacios de convivencia tanto para el uso del teléfono y las tabletas, como para conversar, leer y hacer actividades físicas, con el objetivo de que los padres y encargados fortalezcan los lazos de confianza con los niños, niñas y jóvenes, de modo que puedan pedir ayuda cuando se enfrenten a riesgo como el ciberbullying, el grooming o el sexting.
La encuesta mostró que 1 de cada 5 adolescentes recibió mensajes con contenido sexual no solicitado y el 26% de los niños y niñas entre 12 y 17 años afirmó haber sido contactado por alguien que no conocía en persona. Esto sumado a que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes no hablaría con sus padres si pasa algo incómodo en línea.
“Antes nosotros creíamos que cuando los niños y las niñas llegaban al hogar ya estaban seguros, que el peligro había quedado afuera. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, dejar a un niño sin supervisión en el centro de la ciudad, mientras nosotros hacemos otras cosas. Lo mismo aplica con el mundo digital, porque si nosotros los dejamos aislados en su cuarto, sin la adecuada supervisión, ese mundo de peligros y vulnerabilidades está presente. De ahí la importancia de esta crianza y este acompañamiento”, insistió Conejo.
El Pani ofreció la línea telefónica 1197 para consultas y asesoría en este tema y Paniamor aportó su sitio web www.paniamor.org, donde acceder a cajas de herramientas formativas dirigidas a padres, madres y encargados. Además, sugieren atender las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto al uso del tiempo en pantalla por edad.
Recomendaciones de tiempo frente a pantallas por edad según la OMS
0 a 2 años: Ninguno (evitar el uso)
2 a 4 años: Máximo 1 hora al día (menos es mejor)
5 a 17 años: Máximo 2 horas al día
Puede escuchar el programa completo en Spotify: https://open.spotify.com/episode/7HUf6rZMiAxwBUgTIOFyoV?si=WtHohWCFSS-Z_r5PB7q_tQ
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UNA