UNA Comunica – Estudiantes utilizaron biometría facial en proyectos sociales

Cuando la tecnología y las ciencias sociales se dan la mano, los resultados se pueden acercar a hallazgos que contribuyan a obtener respuestas a problemáticas sociales. Así lo hicieron estudiantes de la Escuela de Administración de la Universidad Nacional (UNA) durante la presentación de proyectos que emplearon equipos de biometría y neurociencia. 

En la exposición de 15 proyectos, en los que se emplearon equipos oculares de eye tracking y face reader, se detectaron comportamientos humanos en temas relacionados con el mercadeo, la administración y otros más como el acceso pleno a los derechos de las personas.

Un ejemplo de ello fue la propuesta de la estudiante Fabiola Lewis, junto con nueve proyectos, para analizar las reacciones humanas ante la aporofobia, concepto relacionado con el rechazo o la aversión hacia las personas en condición de pobreza o vulnerabilidad social.

El docente Cristian Figueroa, quien acompañó a los estudiantes en sus proyectos, les dio la libertad para que presentaran sus propuestas de investigación. Con ello en mente, un día de tantos, Fabiola, mientras esperaba el tren en el andén de Cartago, de donde es oriunda, vio a una persona en situación de calle acercarse a los usuarios del transporte público para ofrecer popis.

De su propia observación, ella notó cómo los comportamientos de las personas variaban entre la indiferencia, el rechazo o incluso algunos quienes prestaron atención al señor que les contaba detalles acerca de su vida y de la necesidad de vender el producto.

Aquella experiencia fue la punta de lanza para que Fabiola le propusiera realizar la investigación sobre este tema al resto del equipo. “A los otros compañeros les interesó y vimos que era un tema muy poco investigado, con menos de 100 publicaciones y que se trata de un término que se dio a conocer en el 2017, por parte de una filóloga Adela Cortina”.

El siguiente paso fue trabajar en un cuestionario que se aplicó a una muestra de 14 personas dentro de la Universidad Nacional (UNA), con el objetivo de determinar cuál sentimiento aflora frente a una persona en condición de vulnerabilidad. Para ello determinaron tres emociones: miedo, rechazo y empatía.

Es ahí donde aprovecharon los equipos de biometría. Con dos imágenes en comparación (una que mostraba una calle vacía y otra que tuviera a una persona pidiendo dinero), se puso a escoger a los entrevistados por cual vía transitarían. Entonces, por medio del face reader analizaron expresiones faciales que determinaron reacciones específicas ante una situación particular.

“Grabamos las reacciones de las personas para identificar si están relacionadas con la tristeza, con la felicidad, si le genera aburrimiento o incluso enojo. Y esas reacciones con las imágenes las comparamos luego con las respuestas que las personas nos dieron en los cuestionarios”, explicó Lewis.

Al tratarse de un proyecto exploratorio con fines académicos, la estudiante resaltó la oportunidad que, desde la carrera de Administración, se brinda para incorporar la tecnología en la resolución de temas que son de alto interés público.

Análisis mercadológico

El uso de estas mismas herramientas llevó a Fabián Vega y sus compañeros a proponer el proyecto Percepción de los colores en los anuncios comerciales dirigidos a niños.

A pesar de su nombre, la investigación buscó determinar cómo reaccionan personas compradoras ante la publicidad de juguetes que podrían interesar a niños y niñas. Utilizaron como modelo carros de una conocida marca comercial.

Por medio de eye tracking y cono el empleo de equipos de cómputo identificaron cómo reaccionaban las personas ante ciertos anuncios. Para ello, cambiaron la posición de imágenes y textos, variaron los colores e hicieron versiones para identificar distintos estímulos.

Entre los resultados obtenidos, explicó Vega, detectaron que a las personas les llaman más la atención los anuncios luminosos y no tanto aquellos que concentran colores negros o blancos. “Hicimos cuatro versiones donde cambiábamos la distribución de las letras, de los números, el precio y hasta el juguete en sí. Una de las conclusiones que obtuvimos es que les generaba más atracción los que estaban centrados”, agregó el estudiante.

Además, encontraron que el ojo humano tardó entre uno y cuatro segundos en determinar el producto de venta dentro de la publicidad.

Tanto el proyecto de la aporofobia como el de la publicidad infantil resaltaron la vinculación y aprovechamiento de estas herramientas para extrapolar información que puede utilizarse en una investigación más amplia. Otros proyectos que se presentaron trataron temáticas como el mercadeo de productos de bisutería, el uso de la tecnología en la vida universitaria, la gestión de sodas universitarias, las dificultades que enfrentan estudiantes con discapacidad visual y auditiva, y las percepciones estudiantiles acerca de la Inteligencia Artificial (IA).

También abordaron la violencia de género, los prejuicios sociales en torno a la migración, percepciones acerca de las soluciones al congestionamiento vial, el sistema ferroviario, las condiciones de vida de las personas becadas de la UNA, la discriminación laboral en la población indígena y el estrés laboral en la docencia. Los proyectos se presentaron en una actividad en el auditorio Cora Ferro Calabrese, del Centro Universitario Emilia Prieto Tugores, el pasado 26 de junio.

Source
Guillermo Solano Gutiérrez

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