UNA Comunica – Dignificar al docente es clave para atenuar crisis educativa

Especialistas señalan que los maestros se acostumbraron a trabajar en malas condiciones.

 Este inicio de lecciones arrancó con 885 centros educativos con órdenes sanitarias activas, 36 más que el año anterior. Leonardo Sánchez, ministro de Educación, indicó que 89 de ellas están catalogadas como rojas o prioridad 1. Esta situación, sumada a la inseguridad ciudadana que enfrenta el país y las carencias presupuestarias del sector educación, son dificultades mayúsculas que deben afrontar las comunidades educativas de todo el país. 

A pesar de estas dificultades conocidas por todos, padres y madres de familia, estudiantes y docentes iniciaron este mes el curso lectivo 2025. Ante este panorama, el programa de televisión UNA Mirada, abordó las posibilidades que se tienen a mano para recuperar la esperanza en la educación pública, ya que para muchos el entorno les juega en contra.

Graciela Herrera Villalobos, coordinadora de la carrera de Pedagogía con énfasis en I y II ciclo, del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide), comentó que las carencias en infraestructura minan la dignidad de docentes y alumnos; pero más allá de eso, le preocupa la falta de motivación que estas condiciones causen en el estudiantado.  La académica advierte que esto los hace vulnerables a la deserción, pues  no tienen donde sentarse, no cuentan con ventilación ni las condiciones básicas de luz, agua o higiene. “Nos hemos acostumbrado a trabajar en situaciones precarias y la dignificación docente tiene que empezar por nosotras y nosotros”, agregó Herrera.

 Falta de estímulos

“Es muy frustrante escuchar a mi hijo: Mamá, hoy estuve en computación, pero el mouse no funcionó. Tuve que esperar que la compañera terminara su trabajo para que me lo prestara”,  así describió Vivian Rodríguez, madre de familia y miembro de la mesa de diálogo social y productivo, la experiencia de su hijo en clases de cómputo.

Rodríguez clamó a las autoridades de gobierno y legislativas no rebajar más el presupuesto para la educación, pues ha sido testigo de cuánto los jóvenes de su comunidad requieren de las becas para continuar sus estudios. También es consciente del impacto negativo que las carencias presupuestarias han tenido en las condiciones del centro educativo al que asiste su hijo. Le parece impensable que el gobierno no destine el 8% del PIB para la educación, cuando este es el motor de ascenso social del país.

Herrera agregó que el ambiente del aula debe brindarle a los alumnos los estímulos, motivación, alimentación y seguridad, que muchos no reciben en sus casas o barrios, pues si estos recursos faltan, se pierde el interés de asistir a clases.

Las panelistas mostraron su preocupación por el incremento en la deserción estudiantil y la posibilidad de que esos jóvenes cambien la escuela por el crimen organizado o el narcotráfico. También advirtieron que la ausencia de protocolos contra el bullying hacia las poblaciones vulnerables, las puede alejar de las aulas. 

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2023 hubo un aumento del 142% en la cantidad de adolescentes de entre 15 y 17 años fuera del sistema educativo; pasó de 337, en 2022, a 817 en 2023. “Es bastante preocupante, pues así como hay deserción estudiantil, también estamos perdiendo docentes,” señaló Claudia Guerrero Barahona, profesora de secundaria que trabaja en gestión educativa. Considera al docente como el corazón de la educación y es ahí donde se debe hacer el cambio para recuperar la esperanza en el sector educativo. 

Wagner Alfaro, director del Liceo de Belén, en Heredia, enumeró las razones que afectan la credibilidad del sistema de educación pública. “La educación pública ha perdido mucho: uno, los planes de estudio son poco atractivos para los estudiantes y no responden a las nuevas demandas de una sociedad; dos, no logramos tener una estabilidad horaria para el padre y madre de familia, en muchos hogares, los dos trabajan y ocupan la constancia del servicio educativo; y tres, la falta de divulgación de los servicios que el sector público ofrece en cada comunidad”.

Como complemento a esta posición, Herrera señaló que el diálogo del centro educativo con la comunidad es fundamental, aunque reconoció que desde la década de 1920 se ha limitado el papel del educador como líder de la comunidad y poco a poco han perdido autoridad y credibilidad ante la población. “La escuela no habla con su comunidad, la escuela no habla con sus alumnos, no dialoga con sus madres y sus padres de familia”, recalcó la pedagoga. Por esta razón las expertas destacan el diálogo como eje fundamental para recuperar la esperanza, defender el presupuesto del sector y convertir al centro educativo en eje del activismo social.

 Recuperar la dignidad

“No podemos perder esa esperanza.  Y no se refiere a una esperanza pasiva, si no tiene que ser de la que nos hablaba Pablo Freire, pedagogo y filósofo,  que es una esperanza activa, donde yo hago y transformo, en conjunto con las demás personas”, aportó Herrera. De este modo, la dignidad y la credibilidad en el docente se recupera en las aulas, trabajando. 

Shirley Valverde, directora de la Escuela de Laboratorio de Heredia, reconoció que la sobrecarga administrativa de los docentes influye en la calidad y la metodología. Comentó que en esta escuela se promueve la innovación en el abordaje de los contenidos y se trabaja en la construcción del aprendizaje junto con los niños, de modo que todos se motivan en el proceso.

“Una como madre puede ver que hay momentos especiales en donde los chicos y las chicas hacen un click en la clase, con sus docentes, con la materia, con sus libros y eso los ilusionan”, destacó Rodríguez. Para esto los educadores deben sentirse empoderados, tanto del espacio físico como de la materia a impartir. 

Las educadoras coinciden en que los docentes nunca deben dejar de ser estudiantes, por lo que la capacitación continua y el autoaprendizaje debe ser parte de su cotidianidad, a pesar de que el rubro de capacitación docentes del Ministerio de Educación Pública (MEP) decreciera en un 86 % en los últimos 5 años, indicó Herrera.

La docente Guerrero confirmó que parte de la dignificación del maestro está en la constante innovación, en mantener su interés por aprender y capacitarse. Aunque el contexto no está a favor de la dignidad, saberse agente del cambio es la respuesta. “Si yo no saco el tiempo para reflexionar, autoevaluarme y generar un cambio desde mi profesión, no puedo hacer un cambio en grande”, concluyó la profesora.

Source
UNA

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